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SIN RESISTENCIA
Hacen muchos años tomé algunas clases de Latín, y el profesor me enseñó algo que me ha servido mucho y que lo comparto hoy contigo, para diferenciar que palabras tenían raíces latinas y cuales griegas el me dio la clave, el Latín nombra el QUÉ y el Griego, nombra al CÓMO.
¿Porqué te comento esto?
Porque recordando esta parte de mi vida mi di cuenta que esa forma de aprendizaje se ha repetido muchas veces, de mi Maestro espiritual, aprendí el “qué” y con los consejos de mi coach, el “cómo”.
Lo mismo se repite en el Ho´oponopono, que nos da el qué, y cuando comparto contigo todo lo que he aprendido también estoy compartiendo el “cómo”.
Cuando mi Maestro me decía entrégaselo todo a Dios, yo podía entenderlo perfectamente, y ese era mi mejor intención, entregarle todo a Dios, pero en la practica no lo hacia por que el miedo me ganaba.
Cuando gracias al Ho´oponopono, me di cuenta que, ese era el mejor instrumento de la entrega, entonces supe el “cómo”, y conseguí llegar a la entrega, yo se que aun no es total, pero si te puedo decir, que ya no me resisto a nada, ahora acepto y entrego aunque muchas veces me cueste hacerlo.
Otra enseñanza que también he compartido contigo y que recordarla me ayuda mucho es la siguiente:
“Hay que ser a la vida, como los gatitos a la gata, cuando la gata quiere llevar a uno de sus gatitos de un lugar a otro, lo toma con su hocico y el gatito se relaja totalmente mientras su madre lo lleva sin daño alguno. En cambio si esa misma gata atrapa a una rata, la rata se resiste y la gata la destroza”
La vida es así, cuando nos resistimos a la realidad, nos destrozamos, en cambio al aceptarlas con tranquilidad, salimos ilesos y no sólo eso sino que también podemos ver todas las posibilidades para sortear las dificultades.
“A lo que me resisto, persiste, lo que acepto se transmuta”
Muchas veces en el pasado he tenido miedo a “lo que vendrá”, hoy estoy dispuesta a vivir lo que venga con la confianza de estar tomada, a cada instante de mi vida, de la mano de Dios.
Eso no quiere decir que Dios no estuvo siempre conmigo, pero mientras yo no haga uso de mi voluntad, y permita que, Él sea visible, será un acompañante silencioso que respeta mi libre albedrío.
Muchas veces he compartido contigo que cada vez que decimos “te amo, gracias”, estamos diciendo, por favor interviene, y la Divinidad lo hace en ese mismo instante.
Rumí, el poeta sufí, dice en un párrafo de “El Masnavi”,: “Cada ¡Oh! Señor”, es un, ¡Aquí estoy!”
Esa sola frase me llenó de gozo, la primera vez que la leí, ya que significa que no hay tiempo ni distancia entre Dios y nosotros, la respuesta es inmediata.
Cuando le oramos a un Dios lejano, que vive en el cielo, lejos de nosotros, nos sentimos separados y desvalidos.
Pero cuando finalmente entendemos que Dios está, en nosotros, delante de nosotros, atrás de nosotros, a nuestro costado y en nuestra propia casa, nunca más volvemos a sentirnos solos..
Hoy puedo compartir contigo mi ultima experiencia; yo tengo una rutina madrugadora, de oración para comenzar el día, es un momento dedicado solamente a la oración, ya que el resto del día me mantengo en un dialogo constante con Dios, pero en medio de todas mis actividades.
Durante mi oración de madrugada, voy haciendo la entrega de todos y cada uno de mis hijos, nietos, de mi esposo y de cada una de las actividades que planeo realizar durante el día.
El lunes pasado se me hizo tarde y no puede hacer la entrega especificando cada cosa y solo dije: ”Dios mío te entrego todo y Tú ve que haces”
Bueno fue un día sorprendente, era como mágico, a donde llegaba, las cosas estaban mejor que nunca, conseguí estacionamiento en la puerta de cada lugar, tuve respuesta a muchas cosas que estaban detenidas y me cruce con dos personas que hacia mucho tiempo que no veía y con las que converse por separado y ambas me hablaron de temas espirituales maravillosos, que llenaron mi corazón.
¡Que maravilla¡ ¡ Fue un día DIVINO¡
No tuve expectativa, no pedí nada sólo entregue y nada más.
Cuando nos mantenemos entregados, tenemos paz, se alejan de nosotros la critica y el juzgamiento, y todo lo vemos como obra Divina.
Muchas veces creemos equivocadamente, que nosotros somos los que hemos buscado este camino, cuando la verdad es, que se nos ha permitido llegar a el.
Para seguirlo se necesita, paciencia, tolerancia clemencia y constancia.
Yo estoy dispuesta y decidida a continuar, ¿lo estás tú, también?
Hoy seré como el gatito a la gata y me dejare trasladar por la voluntad Divina.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de control para que Tú, las transmutes en luz.
Enséñame a soltar, entregar y aceptar.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana María
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”