EL SILENCIO

“No caigan en discusiones ni disputas;
El que clama en voz alta no ha comprendido la Verdad,
¡créanme!
El silencio es la única lengua de los realizados.
Practiquen la moderación en el habla; eso les ayudará en muchos
aspectos…”. SSS

El silencio es el mejor camino hacia la iluminación, cuando la mente se acalla,
los pensamientos se calman y si tan sólo estamos en el silencio, podremos
encontrar las respuestas que habitan en nuestro interior.

Sólo cuando hay silencio podemos observar a cabalidad aquello de lo que
podemos aprender.

El silencio no sólo es dejar de hablar, mantenernos en un lugar aislado y
silencioso, el silencio que nos conviene buscar es el silencio de nuestra mente.

Si bien es cierto la mente nunca se silencia, tenemos algo a nuestro favor,
hemos sido dotados de libre albedrío, que nos faculta a ESCOGER en qué
pensar.
Si dejamos que el bullicio natural de la mente nos aturda con sus pensamientos
catastróficos, violentos, pesimistas, agresivos, la voz de nuestro SER nunca
será escuchada.

Tenemos tanta velocidad en nuestros pensamientos que no nos detenemos a
identificarlos.

Reconocer es un aprendizaje, y esa es nuestra tarea: reconocer nuestros
pensamientos y reorientarlos hacia dónde queremos ir.
Cuando la enseñanza dice: ”ver lo bueno, decir lo bueno y hacer lo bueno” se
refiere a hacerlo primero en nuestra mente.
Los seres humanos tenemos la tendencia natural a la crítica y el juzgamiento, y
el sonido de estas dos características retumba en el universo.

Cuando la polémica se vuelve una costumbre, no es buena. Habrán muchas
cosas con las que no estemos de acuerdo y eso es válido, pero el respeto a la
opinión de otros es tan valioso como el respeto de mi propia opinión y sin
rigideces, puedo cambiar de opinión.
Si en algún momento del camino me doy cuenta de que estaba equivocada,
tengo toda la libertad (¡Oh maravilla¡) de cambiar de opinión y eso es liberador.

Cuando polemizamos o queremos que los demás piensen como nosotros es
porque en realidad no estamos tan seguros de lo que creemos, esa es la cuna
del fanatismo, el fanático tiene mucho miedo porque no está firme en lo que
predica.

A veces sólo se trata de llamar la atención, hacernos notar o tratamos de llenar
el vacío interno con polémicas interminables. Eso nos desgasta, tratemos de
evitarlo.

Los seres humanos somos seres gregarios y buscamos a nuestros iguales para
congregarnos, es una cuestión de vibración.
Si el grupo con el que crees congregar te deja una sensación de malestar: ¿Qué
haces allí?
Quiere decir que no estás segura de lo que quieres, piensas u opinas, y si te
congregas para polemizar y quedarte desgastada, el problema no está en el
grupo está en ti.

Eso no quiere decir que no tengamos diferentes opiniones y que nos
respetemos.

Hay una historia que me contó mi querida amiga Marcela cuando aún vivía,
que relata lo maravilloso del respeto.

El padre de Marcela era médico, un hombre muy respetado y reconocido.
En una oportunidad el líder político Víctor Raúl Haya de la Torre fue
abaleado, éste pidió ser atendido por el papá de Marcela, aun sabiendo que
era un férreo opositor a su doctrina, lo respetaba como un buen profesional.

El papá de Marcela, atendió y sanó a Víctor Raúl y cuando éste le preguntó por
sus honorarios, él respondió que nada, Haya de la Torre le dijo que no
aceptaba tal regalo, entonces el doctor le dijo “Págueme usted con una rosa”,
Haya de la Torre le aceptó y después de un tiempo el padre de Marcela recibió
un rosal bellísimo traído de Turquía con características únicas. El mismo que
cuidó hasta el día de su muerte, y ambos hombres siguieron por su camino
continuando en su oposición pero respetándose profundamente.

Es muy bueno poder admirar al oponente, respetarlo y aún así diferir. Eso nos
habla del respeto a la diversidad.

El buscar el silencio es bueno, pero seamos coherentes, el silencio debe
comenzar en nuestro interior, en esa vibración armónica de quien está en paz.

Cuando el bullicio interno se halla calmado, nos será muy fácil encontrar el
silencio exterior.

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te
entrego la abundancia de mis pensamientos, para que Tú, los transmutes
en luz.

Enséñame a reconocerlos y reducirlos hasta que queden sólo los positivos.

Y Asi se ha hecho


Lo siento, por favor perdóname
 


Te amo, Gracias



Ana Maria


Aloha Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


Aburrimiento

Según el diccionario, el aburrimiento es: Sensación de fastidio

provocado por la falta de diversión o de interés por algo.

 

Sin embargo es común escuchar a los niños decir “estoy aburrido” y

es más frecuente aún cuando están en compañía de dos o tres,

“estamos aburridos”, y uno se pregunta ¡¿cómo?!   estás con tus

amigos, hermanos o primos y están aburridos?

 

El aburrimiento tiene entre una de sus muchas causas la falta de

decisión, los niños tienen demasiada afluencia de ideas y no se

deciden por ninguna.

 

Como así también, podemos ver a algunos niños que se

entretienen jugando con un palito, o un papel o con una cajita vacía.

 

El aburrimiento es una facultad de los seres humanos, ya que en la

naturaleza nunca veremos a un animal aburrido, por ejemplo un

perro saludable, si no está activo, duerme.

Sólo los seres humanos nos aburrimos, y entender de dónde

proviene el aburrimiento nos puede servir para erradicarlo de

nuestras vidas.

 

Las fuentes de aburrimiento podrían ser la pereza, el egoísmo, el

control, el miedo al silencio… todos ellos son sólo vacío interno.

 

¿Qué hacer cuando no hay nada que hacer?

 

¿Podemos realmente estar sin nada que hacer? No, estamos

siempre en actividad, por lo menos el pensamiento no se detiene.

 

En ese momento limpiar sin detenernos es una buena opción; ”Te

amo, gracias, “punto cero”, “llave de luz” etc…

 

Puede ser que confundamos el aburrimiento con hastío, eso es

diferente el hastío es un estado límite de disgusto.

 

Tanto el aburrimiento como con el hastío se deben al vacío interno.

 

Ambos son estados infantiles fortalecidos por el egoísmo.

 

Sería bueno en este punto aclarar qué cosa es el ego, del que tanto

hablamos y escuchamos. (Y cuando decimos egoismo nos

referimos al apego, al ego).

 

El ego es cuando la persona o individuo se identifica con el cuerpo

y sus sentidos.

 

Es decir, si yo Ana Maria, creo que SOY mi cuerpo dotado de un

intelecto y cinco sentidos, sin darme cuenta que en realidad SOY el

conductor de este cuerpo. Mi existencia es eterna y el cuerpo y sus

sentidos son perecederos.

 

Lo VERDADERO prevalece, todo lo que es cambiante es tan sólo

una ilusión pasajera.

 

¿Cómo puedo estar aburrida, si estoy consciente de esta realidad?

 

Cuando no tengo nada que hacer, CONTEMPLO, y… ¿qué es

contemplar? es ponerme en contacto con mi YO SOY.

 

Yo estoy conectada con todo y con todos, y si bien en la vida diaria

mi atención está puesta en la vida material, cuando las actividades

se detienen, es un buen momento para conectarme conmigo

misma.

 

Para eso puedo cerrar los ojos, o ver el paisaje, o mirar al cielo.

 

El ser humano dejó de andar como un simio cundo levantó la

mirada al cielo y pudo ver la inmensidad que lo rodeaba.

 

Mientras estuvo mirando hacia abajo su andar fue salvaje, y

cuando levanta la vista se va enderezando hasta que llega a andar

erguido.

 

Repitamos el proceso una y otra vez. Nuestra mirada puesta en el

cielo, en la inmensidad del mar, en el movimiento de las olas, en la

perfección de un recién nacido o en la abundancia de la naturaleza,

estas observaciones, nos sacarán rápidamente de cualquier estado

del aburrimiento egoísta.

 

¿Te parece un buen método? ¿Podrías estar en silencio y tan sólo

contemplar?

 

NO hay que temer al silencio, muchas veces tratamos de llenar los

espacios con conversaciones inútiles, indagando sobre la vida

ajena, sin quedarnos a examinar la nuestra.

 

Recuerdo mucho las largas caminatas en la India, con alguna de

mis maestras, caminábamos al caer la tarde, rodeando las

montañas que circundan al ashram, en silencio absoluto,

recibiendo un conocimiento que sólo el silencio te puede otorgar.

 

En esas horas de silencio tuve maravillosos momentos de

iluminación, que me han ayudado para este trabajo que hago cada

día en el mejoramiento de mi misma y que me gusta compartir

contigo.

 

Si no tienes nada que hacer, simplemente contempla y siente el

fluir de tu existir, al instante estarás en paz!!

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo

Uno. Te entrego todas mis divagaciones y memorias de

confusión y pereza para que Tú, las transmutes en luz.

 

Enséñame a llenar todo espacio en mi mente y mi corazón con

Tu presencia.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


La Palabra y el Silencio

 “Todo pequeño movimiento o incidente resulta en un sonido; ya sea el cierre de un párpado sobre el ojo, o la caída del rocío sobre un pétalo.

 El rango de nuestro oído está limitado a lo que podemos oír.

Hasta una venenosa cobra puede ser tranquilizada mediante la música. El sonido tiene esa propiedad.

 El niño en la cuna deja de llorar apenas se canta una canción de cuna.

Puede que el sonido no transmita un significado interpretable para el niño, pero sí suaviza los nervios e induce el sueño.

Así también, el sonido de una palabra es tan valioso como su significado”. SSB

 

En la practica del Ho´oponopono  es el poder creador de la palabra lo que esta ayudando con la transmutación, solo “digo”, es la fuerza de la palabra la que trae a mi realidad aquello que estoy nombrando.

Algo que aprendí un tiempo después de haber comenzado mi práctica, es que cuando digo las frases del Ho´oponopono, tan solo las digo sin tratar de sentir nada, y la explicación es que mis sentimientos también son memorias y si por ejemplo digo “te amo , gracias”  y trato de SENTIR quedo atrapado nuevamente en la memoria, generalmente, lo que nosotros llamamos amor, es al amor con apego, el amor humano.

En cambio el amor al que estamos invocando es al amor universal, sin ningún tipo de apego. Decir “Te amo , gracias”  constantemente, me mantiene en una vibración muy elevada, y por consiguiente atraigo la misma frecuencia en todo lo que me rodea.

La tendencia humana es a la sensación, identificarse con el cuerpo físico, con lo sensorial, a eso es lo que llamamos ego. Mi cuerpo es mi vehículo, YO SOY la conductora de ese vehículo, pero yo no soy el vehículo.

Hay una frase que describe claramente esto, “el nombre y la forma, significan presencia”, cuando digo el nombre, evoco la forma y eso es presencia. Si digo blanco, inmediatamente mi cerebro evoca ese color, y ¿que sucede? La presencia del color blanco esta ante mí.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Juan-1

 

Cuando digo Te amo, sin sentir nada evoco al amor verdadero y es eso lo que llega a mi vida El amor con apego esta lleno de condicionamientos… te amo porque eres mi hijo, te amo porque me gustas, te amo porque te necesito, te amo porque me complaces…etc.

Para entender el amor universal puedo poner como ejemplo, el aire que respiramos, que no hace distinción ni condicionamientos, simplemente se entrega, y aquí estamos tu y yo respirando desde el día en  que nacimos sin haberlo pedido ni agradecido jamás, tu y yo respiramos al igual que lo hace cualquier ser humano o bestia  en el mundo, el aire simplemente se nos da. ¡Así como el sol, el agua o la sombra de un árbol!

Como la palabra crea, también el silencio lo puede hacer o por lo menos evita destruir.

Si me mantengo en silencio, pero en un silencio verdadero, tratando de acallar mis pensamientos, (que no son otra cosa que mis memorias en un parloteo constante) podré escuchar claramente lo que viene por inspiración.

 Una forma de calmar mis pensamientos es respirando pausada y profundamente. Cuando hago eso mi mente se calma, bajo la velocidad dejo que llegue la paz.

En el taller de ayer comentamos sobre un libro llamado “ Conversaciones con Dios”, en el, su autor describe una serie de conversaciones que supuestamente el ha tenido con Dios. Yo les puedo decir que todos nosotros podríamos haber escrito ese libro, ya que Dios nos habla en todo momento.

Solo tengo que mantenerme en silencio y escuchar, cuando Dios me habla tengo paz y claridad, cuando lo que escucho me produce miedo o ansiedad es que mi pequeña mente,  llena de memorias  está en actividad  llevándome por caminos tortuosos.

Acompáñame a experimentar esto. Siéntate cómodo/a, no importa donde te encuentres si estas en medio de una multitud o en absoluta soledad.  Respira lentamente y cierra tus ojos, solo concéntrate en tu respiración y deja que esa voz te hable suavemente… estoy segura que pudiste oírla, desde el momento que hiciste un alto, un poco de silencio, la inspiración vino a ti.

Algo que se me quedo grabado desde la época en que trabajaba en la cocina del Ashram, fue un letrero que había en la pared, que decía:

“Antes de hablar piensa: Si es necesario, si es verdad, si es amable, si lo que vas a decir puede dañar a alguien,  si así  lo haces, fortalecerás  cada vez más tu disciplina del silencio”

Divino Creador Padre, Madre, Hijo, los tres unidos en uno, hoy te entrego todos mis apegos, sobre todo mi apego al bullicio y la palabrería para que tu los transmutes en luz, envíame en medio del silencio de mi mente: Tu palabra creadora

Y así esta hecho

Lo siento, perdóname

Te amo

Gracias

 

Ana María