Pele, la diosa del fuego

“Aquella que da forma a las tierras sagradas, es la señora de los

volcanes, la maestra del fuego…

(…)Pele representa la acción de limpiar todo aquello que ya no sirve, el

fuego que transmuta”.

 

Desde muy pequeña siempre tuve curiosidad por saber más acerca de la

Virgen, más adelante me interesé en las diosas de las diferentes religiones.

 

Algunas veces me confundía pensando en la descripción de “La Madre de

Dios” y me preguntaba si la madre existió antes que Dios mismo…

 

Seguramente mis memorias de viajes a tierras lejanas estuvieron siempre

activas, y es por eso que desde muy joven viajé mucho y por muchos

lugares a donde no es frecuente ir y siempre a donde llegué, me interesé

por las deidades y sus historias.

 

No fue diferente cuando fui a Hawaii para aprender más sobre el

Ho´oponopono, quedé fascinada con la Diosa Pele, esa diosa que los

hawaianos veneran y que a la vez le temen.

 

La consideran la diosa de la creación porque es la diosa del volcán y como

éste, está en constante erupción, la lava que emite va corriendo hacia las

laderas de la isla y ésta se mantiene en crecimiento.

 

Pele puede ser violenta, impredecible y destructora, pero también puede

defender a sus hijos con esos mismos atributos.

 

Diosas feroces como ella encontraremos en la mitología griega, como

Artemisa la diosa de la caza, en la religión Hindú a la Diosa Kali, que

destruye a los demonios pero cuida con fiereza de sus hijos, también en la

mitología egipcia en donde la Diosa Geb lo era de algo tan femenino como

el tejido pero también era la diosa de la guerra.

 

Así como hay las diosas feroces y aguerridas las hay dulces y

maternales… pero ¿ qué pasa con El Creador, quién creó a quién?

 

Mi confusión acerca de quién estuvo primero se disipó con esta explicación

que me dio uno de mis maestros y que me satisfizo profundamente.

 

Aquello que llamamos Dios, es una energía eterna y verdadera, absoluta.

“Eterno”, significa que no tiene comienzo ni final, es el “no tiempo” algo difícil de entender con nuestra mente humana en donde todo tiene un principio y un final, “verdadero” significa que no tiene variación, y “absoluto” es que lo contiene todo.

 

Entonces ¿en dónde ubicamos a las Diosas?, muy sencillo: Dios al ser

absoluto y contenerlo todo, tiene también un aspecto femenino.

 

Hemos escuchado hablar del yin yang, del Shiva- Shakti, es decir sería

como lo representan algunas figuras mitológicas, un ser lleno de rostros,

miles de brazos y piernas, todo lo ve y todo lo puede.

 

Este ser absoluto tiene diferentes aspectos, entonces si lo ponemos en

lenguaje cotidiano podríamos explicarlo con este ejemplo: decir que si

estamos enfermos, llamaremos al doctor, si se provoca un incendio,

llamaremos a los bomberos, si nos roban vamos a la policía, y si queremos

confeccionar una prenda iremos al sastre o a la costurera.

 

Bueno cuando nosotros le oramos a una Virgen o a una Deidad femenina,

en realidad estamos clamando por la asistencia del aspecto femenino y

maternal de Dios.

 

Así podríamos explicarnos la devoción particular que cada uno de nosotros

siente por algún tipo de santo, o ser divino.

 

Es más, mi maestro me explicó que es muy bueno y satisfactorio orar al

aspecto Divino que vibra con nuestra necesidad, y es así que tenemos a “La

Madre de la Concepción”, “El Divino Niño”, o santos conocidos por sus

milagros como san Francisco, santa Rosa, san Martín, Santiago de

Compostela, etc.

 

La lista es innumerable pero Dios sigue siendo uno solo, eterno, verdadero y absoluto, y siempre será a Él a donde lleguen nuestras oraciones, a ese

Dios que no está más lejos que el centro de nuestro corazón.

 

En cuanto a la Diosa Pele, también puedo decirte que representa la

transmutación, el cambio desde la esencia, la destrucción de la ignorancia.

 

Cuando practicamos el Ho´oponopono vamos entregando nuestras

memorias para su transmutación y a cambio de las memorias que

entregamos recibimos luz, iluminación, sabiduría, es decir se destruye la

ignorancia, y con ella la carencia y el sufrimiento.

 

¡Gracias, Te amo!

 

La verdad es que sea el nombre o la forma a la que oremos, nuestras

oraciones siempre serán escuchadas e irán al mismo lugar: A la esencia

misma del amor verdadero.

 Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te

entrego todas mis memorias de confusión, de sepración, de temor y

juzgamiento para que Tú, las transmutes en luz.

 

Enséñame a verte en todo y en todos y reconocer tu Perfección en ello.

 

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”