AQUELLO QUE HAY MÍ

Nuestro subconsciente o Niño Interior, hace uso de quince millones de
memorias cada segundo, en esa diversidad es casi imposible que
sepamos con precisión, qué memorias se están activando.

Es por eso que cuando hacemos la entrega de las memorias negativas a la
Divinidad para que las transmute en luz, puede ser bueno, tan sólo decir.
“ Te entrego aquello que hay en mí, que está atrayendo esto a mi realidad”.

Tu Niño Interior sabe exactamente qué memoria o memorias entregar porque
sabe cuándo, cómo y en dónde fue creada y activada esa memoria, y la
Divinidad transmuta sin ningún condicionamiento las memorias que se le
entregan.

Este proceso de entrega siempre es precedido por la aceptación, que nuestras
memorias son las que generan la realidad que vivimos.
Sólo podemos entregar aquello que reconocemos como nuestro, y como ya te
dije antes no sabremos exactamente qué memorias son pero sí podemos ver
sus efectos en nuestra realidad.

En los últimos talleres hemos hablado mucho sobre la aceptación para poder
entenderla bien, podríamos decir que aceptar es asumir la situación que nos
corresponde vivir con serenidad, dispuestos a vivirla de la mejor manera. Es
en la resistencia que generamos el mayor daño.

Esta enseñanza de mi Maestro la he compartido contigo antes, pero
recordarla me hace mucho bien:

“Hay que ser a la vida, como los gatitos a la gata, cuando la gata quiere llevar a
uno de sus gatitos de un lugar a otro, lo toma con su hocico y el gatito se relaja
totalmente mientras su madre lo lleva sin daño alguno. En cambio si esa misma
gata atrapa a una rata, la rata se resiste y la gata la destroza”.

La resistencia es rabia pura, y esa rabia sólo nos hace daño a nosotros
mismos.

Podemos ser firmes, ejercer nuestra autoridad y también emitir nuestra opinión y en todos estos casos la rabia está demás.

Yo puedo hacer una denuncia si he sido afectada, y es lo correcto, puedo
rechazar la conducta de alguien, puedo autoexcluirme de una relación, y para
todo eso no necesito estar rabiosa.

En Ho´oponopono hablamos siempre de ser cien por cien responsables de
todo lo que está en nuestra realidad, y somos responsables porque todo
aquello que podemos re-conocer es lo que ya conocíamos, o sea que ya lo
teníamos en la memoria.

Buscar con exactitud qué memoria generó, tal o cuál situación, es distraernos
del objetivo, sabemos que ha sido generado por “aquello que hay en mí”, y es
eso lo que entrego, con humildad y menciono la humildad porque es
casualmente lo contrario lo que nos empuja a querer saber exactamente qué
memoria es. ¡No seamos ilusos! la mente, la cual hemos fortalecido y
empoderado por mucho tiempo, siempre nos dará respuestas racionales pero
muy rara vez dará las respuestas verdaderas, las que subyacen debajo y que
son las verdaderas causas.

En cambio cuando entregamos con humildad y la docilidad de un niño
“aquello que hay en mí”, la verdadera causa será entregada y transmutada.

Esa forma de entrega, también es aceptación.

Los seres humanos tenemos una tendencia natural a la culpa, que es
resistencia y rabia al mismo tiempo.
En el libro “Un curso en Milagros”, se describe la culpa como resultado de creer que hemos sido separados.
¿Separado de quién o de qué?, de aquello de lo cual somos el producto.
Hay tantos nombres que lo describen: Dios, La existencia, La fuente, El
Universo, El Todo, etc.

Podríamos decir que si ese “Todo” fuera el mar, cada uno de nosotros es una
gota del mar, la única diferencia es que la gota teniendo las mismas
características del mar, está limitada a su forma temporalmente, hasta que
nuevamente se junte, se diluya y desaparezca en la inmensidad del mar…

Entonces la culpa es inútil, nos detiene, nos lastima y sola se alimenta. La
responsabilidad de la cual habla el Ho’oponopono, nos mantiene despiertos,
proactivos y comunicados constantemente con la fuente de donde venimos.

Cada día me esfuerzo más y más en reconocer que soy yo quien atrae las
situaciones, actitudes, sucesos y características de las personas que me
rodean, con las memorias que tengo activas en mí, y que si todo o parte de ello
no me gusta, puedo entregarlo una y otra vez para que sea transmutado.

Es una forma de vida, en donde la fórmula universal es:

Aceptación + entrega = PAZ

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te
entrego todo aquello que hay en mí que trae sufrimiento a mi vida, para
que Tú, lo transmutes en luz.

Enséñame a aceptar que se haga siempre Tú voluntad y no la mía.

Y Asi se ha hecho


Lo siento, por favor perdóname
 


Te amo, Gracias



Ana Maria


Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”

SIN RESISTENCIA

Hacen muchos años tomé algunas clases de Latín, y el profesor me enseñó algo que me ha servido mucho y que lo comparto hoy contigo, para diferenciar que palabras tenían raíces latinas y cuales griegas el me dio la clave, el Latín nombra el QUÉ y el Griego, nombra al CÓMO.

 ¿Porqué te comento esto?

Porque recordando esta parte de mi vida mi di cuenta que esa forma de aprendizaje se ha repetido muchas veces, de mi Maestro espiritual, aprendí el “qué” y con los consejos de mi coach, el “cómo”.

 Lo mismo se repite en el Ho´oponopono, que nos da el qué, y cuando comparto contigo todo lo que he aprendido también estoy compartiendo el “cómo”.

 Cuando mi Maestro me decía entrégaselo todo a Dios, yo podía entenderlo perfectamente, y ese era mi mejor intención, entregarle todo a Dios, pero en la practica no lo hacia por que el miedo me ganaba.

 Cuando gracias al Ho´oponopono, me di cuenta que, ese era el mejor instrumento de la entrega, entonces supe el “cómo”, y conseguí llegar a la entrega, yo se que aun no es total, pero si te puedo decir, que ya no me resisto a nada, ahora acepto y entrego aunque muchas veces me cueste hacerlo.

 Otra enseñanza que también he compartido contigo y que recordarla me ayuda mucho es la siguiente:

“Hay que ser a la vida, como los gatitos a la gata, cuando la gata quiere llevar a uno de sus gatitos de un lugar a otro, lo toma con su hocico y el gatito se relaja totalmente mientras su madre lo lleva sin daño alguno. En cambio si esa misma gata atrapa a una rata, la rata se resiste y la gata la destroza”

 La vida es así, cuando nos resistimos a la realidad, nos destrozamos, en cambio al aceptarlas con tranquilidad, salimos ilesos y no sólo eso sino que también podemos ver todas las posibilidades para sortear las dificultades.

 “A lo que me resisto, persiste, lo que acepto se transmuta”

 Muchas veces en el pasado he tenido miedo a “lo que vendrá”, hoy estoy dispuesta a vivir lo que venga con la confianza de estar tomada, a cada instante de mi vida, de la mano de Dios.

 Eso no quiere decir que Dios no estuvo siempre conmigo, pero mientras yo no haga uso de mi voluntad, y permita que, Él sea visible, será un acompañante silencioso que respeta mi libre albedrío.

 Muchas veces he compartido contigo que cada vez que decimos “te amo, gracias”, estamos diciendo, por favor interviene, y la Divinidad lo hace en ese mismo instante.

 Rumí, el poeta sufí, dice en un párrafo de “El Masnavi”,: “Cada ¡Oh! Señor”, es un, ¡Aquí estoy!”

 Esa sola frase me llenó de gozo, la primera vez que la leí, ya que significa que no hay tiempo ni distancia entre Dios y nosotros, la respuesta es inmediata.

 Cuando le oramos a un Dios lejano, que vive en el cielo, lejos de nosotros, nos sentimos separados y desvalidos.

 Pero cuando finalmente entendemos que Dios está, en nosotros, delante de nosotros, atrás de nosotros, a nuestro costado y en nuestra propia casa, nunca más volvemos a sentirnos solos..

 Hoy puedo compartir contigo mi ultima experiencia; yo tengo una rutina madrugadora, de oración para comenzar el día, es un momento dedicado solamente a la oración, ya que el resto del día me mantengo en un dialogo constante con Dios, pero en medio de todas mis actividades.

Durante mi oración de madrugada, voy haciendo la entrega de todos y cada uno de mis hijos, nietos, de mi esposo y de cada una de las actividades que planeo realizar durante el día.

 El lunes pasado se me hizo tarde y no puede hacer la entrega especificando cada cosa y solo dije: ”Dios mío te entrego todo y Tú ve que haces”

 Bueno fue un día sorprendente, era como mágico, a donde llegaba, las cosas estaban mejor que nunca, conseguí estacionamiento en la puerta de cada lugar, tuve respuesta a muchas cosas que estaban detenidas y me cruce con dos personas que hacia mucho tiempo que no veía y con las que converse por separado y ambas me hablaron de temas espirituales maravillosos, que llenaron mi corazón.

 ¡Que maravilla¡ ¡ Fue un día DIVINO¡

 No tuve expectativa, no pedí nada sólo entregue y nada más.

 Cuando nos mantenemos entregados, tenemos paz, se alejan de nosotros la critica y el juzgamiento, y todo lo vemos como obra Divina.

 Muchas veces creemos equivocadamente, que nosotros somos los que hemos buscado este camino, cuando la verdad es, que se nos ha permitido llegar a el.

 Para seguirlo se necesita, paciencia, tolerancia clemencia y constancia.

 Yo estoy dispuesta y decidida a continuar, ¿lo estás tú, también?

 Hoy seré como el gatito a la gata y me dejare trasladar por la voluntad Divina.

 Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de control para que Tú, las transmutes en luz.

 Enséñame a soltar, entregar y aceptar.

 ¡Y así se ha hecho!

 
Lo siento, por favor  perdóname


 Te amo,
 Gracias


 

Ana María

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”