Recuerda que no conseguir lo que quieres es, a veces, un maravilloso golpe de suerte.
Quizá la frase “Yo Quiero” sea una de las que más he repetido en mi vida, ¡ he querido tantas cosas!
La pregunta es ¿cuánto de lo que he obtenido, me ha dado una paz estable y verdadera?
En realidad ninguna, me atrevería a decir que más bien, cuando no he deseado es que he alcanzado la paz.
Cuando compartimos los talleres, siempre recordamos que en Ho´oponopono, no se pide, sino que se entrega, entonces el “yo quiero” se transforma en “Que se haga Tu voluntad, y no la mía”
Llegar a esta etapa en el camino espiritual es una maravilla, ya que junto con esa entrega llega la paz verdadera.
Es una etapa de madurez, llena de verdadera consciencia.
En cambio, mientras nos mantenemos en el “Yo quiero”, es infantil, casi hasta se podría decir que es, como un bebe diciendo un “Yo quello”,
El bebe , no acepta un “no”, por respuesta, ya que si no obtiene lo que quiere: llora, y si al llorar no lo consigue entonces hace una rabieta.
Cuando nos mantenemos en el estado infantil, esto se podría traducir, en que al no conseguir lo que queremos, nos sentimos victimas y si victimizándonos tampoco lo conseguimos, entonces la rabieta del adulto puede tomar muchas formas, la mas conocida es la depresión, pero también puede ser gastritis, bursitis, fibromialgia, etc.
Rabieta viene de rabia, y muchas de las dolencias del ser humano comienzan con una rabieta silenciosa.
Dice la sabiduría Huna: “Si usted está enojado por dos o tres días: la enfermedad, vendrá”.
Cuando finalmente, entendemos que las cosas no tienen porque ser como nosotros queremos, que pueden ser mejores, peores o diferentes, pero que en cualquiera de los tres casos, la aceptación es la única vía, y acá viene el otro concepto de la sabiduría del Ho´oponopono:
“A lo que me resisto, persiste. Lo que acepto se transmuta”
Pero para entender verdaderamente esta realidad, el estado de aceptación es básico.
No podemos pensar: ”a que bien entonces no me resisto al hecho de no tener trabajo, y me quedo en mi casa a esperar que se transmute en una gerencia”
Eso es manipulación y sigue siendo control.
No resistirse quiere decir, no hacer rabieta, ni victimizarnos, quiere decir aprender de la situación, quiere decir, confiar que nuestra vidas están dirigidas por la mano de Dios, siempre y cuando hayamos elegido esa opción.
Dios respeta el libre albedrio.
Cuando yo entrego en manos de Dios, la Divinidad, El Absoluto, El Cosmos, El Poder Superior, o como quieras llamar al Dios de tu entendimiento, la entrega tiene que ser voluntaria y verdadera.
Si digo: “Señor yo te entrego mi necesidad de trabajo”, y sigo temblando de miedo por lo que pueda pasar, entonces no he entregado.
En cambio si continuo mi camino, convencida que sigo andando de SU mano, iré a tocar las puertas correctas, para el trabajo correcto, en el momento correcto.
La desesperación no es buena compañera, menos aún no es buena herramienta de entrega., en cambio la fe y la confianza si lo son.
Alguna vez compartí contigo la explicación de porqué, es tan inusual que las cosas salgan exactamente como yo quiero.
Nuestra ideas son fijas, y el mundo esta en constante movimiento, entonces cuando queremos algo especifico estamos señalando a un punto en particular, pero al estar el mundo en movimiento, nuestro objetivo también lo está, y es así como normalmente las cosas salen de manera diferente, pero cuando lo hemos entregado, siempre quedaremos sorprendidos de los resultados.
Ya que con nuestra mente limitada, pensamos en resultados limitados, y cuando se lo entregamos a Dios, que es ilimitado, los resultados pueden y generalmente son, lo que menos habíamos imaginado.
Dejémonos sorprender, no importa si hoy día estamos viviendo en una encrucijada, en donde pareciera que todo está en contra nuestra.
Dejemos de ver las situaciones como castigos o ensañamiento de la vida y tratemos de verlas, como una oportunidad de entrega.
Finalmente otro concepto Huna: “El mundo es, lo que tú piensas que es”,
Hoy quiero pensar que el mundo esta hecho con los hilos que son hábilmente trenzados por la mano de Dios, y tú yo somos algunos de Sus hilos.
Que tengamos paz más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego mi terquedad para que Tú, la transmutes en luz.
Enséñame a aceptar y entregar, sin dudas ni vacilación.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana María
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”