…”Si todo el Universo es la mansión del Señor, ¿en dónde habremos de buscar una entrada a ella? Tañe las cuerdas de la vida al igual que si lo hicieras con las de un instrumento de cuerdas, hasta que broten lágrimas de alegría y de dicha. Las puertas de la mansión del Señor están siempre abiertas. Hay algo de irreal en pedir que estas puertas abiertas se abran para ti. Los interrogantes y las dudas no son sino el resultado de distorsiones de la mente”… Sathya Sai Baba
Esperamos que Dios venga en nuestra ayuda sin darnos cuenta que Dios no tiene que venir: Dios está.
Del mismo modo esperamos respuestas a nuestras necesidades con premura, sin paciencia, llenos de dudas, sin darnos cuenta que Dios es el tiempo, Dios es eterno todo sucede en Él.
Hay un orden en el universo que no se altera sino que sigue el patrón de creación perfecto.
“Yo quiero que soluciones mi problema hoy”…, “Sana mi enfermedad ahora”…, “Respóndeme ¡Ya!…
Te recuerdan algo estas afirmaciones, cuántas veces hemos pedido soluciones inmediatas, respuestas al instante y cuando no las recibimos, dudamos, nos sentimos abandonados, nos desmoralizamos.
La base de nuestro avance espiritual es el desapego y la entrega, son grandes palabras, muy buenas y fáciles para racionalizarlas pero muy difíciles para vivirlas.
Las pruebas son de todo tipo, pero siempre suceden principalmente en nuestro pensamiento. La dificultad es relativa, puede ser que alguien pida lluvia, mientras otros esperen cielos despejados, unos ruegan por trabajo y otros se sienten explotados, y tanto para unos como para los otros se les dará lo que es perfecto, y lo que conviene a cada cual.
No siempre lo que recibimos es lo que queríamos, a veces es todo lo contario, pero como no estamos entregados, nos resistimos, y queremos poner las reglas de un juego que no terminamos de conocer.
La vida, el mundo, nuestra realidad son lugares de entrenamiento, mejoramiento y perfeccionamiento se nos pone a prueba y se nos va templando el carácter.
A veces nuestro carácter es templado cuando recibimos mucho, conozco personas que al parecer tienen todos los aspectos de la vida solucionados, tienen salud, buena situación económica, familias cariñosas y sin embargo no son felices.
Siempre recuerdo la anécdota de una amiga mía que ya no está entre nosotros, cuando su hijo de 28 años le dijo: “Mamá ya conseguí todo lo que deseaba, el trabajo que quiero, una buena situación económica, me casé con alguien que amo y ya nació mi hijo. ¿Y ahora qué?…
Cuando mi amiga me contó aquello, me quedé pensando, porque habrían mil cosas que responder a esa pregunta.
Pero quizá la respuesta fuera una sola: Ahora sirve a tu prójimo.
No hay nada que te llene más que el servicio, pero éste sólo se da cuando hemos pasado pruebas, pruebas que hacen identificarte con el que sufre.
Si en este momento estás sufriendo, quita tu atención de la carencia y ve que puedes dar, te sentirás aliviado.
Es necesario estar dispuesto a vivir la experiencia, sin resistirse, buscando soluciones sí, pero sin victimización. Aceptando que todo tiene su tiempo correcto.
La solución llegará en el momento preciso. No desesperes, no dudes, no estás solo, estás siendo escuchado en todo momento. Las respuestas y soluciones es muy posible que estén a tu alrededor, sólo abre tu mente.
Acepta, déjate guiar, mira a tu alrededor y sirve.
Recuerda que para todos, tanto para ti, como para mí, el tiempo de Dios fluye en una corriente constante de amor.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te entrego todas mis dudas para que Tú las transmutes en Luz.
Enséñame a sentirte, experimentarte y disfrutarte en cada ser y en cada momento de mi vida.
Y Asi se ha hecho
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”