“La fe es la fuerza más poderosa que opera en la humanidad. Cuando se encuentra en lo más profundo de tu ser nada puede derrumbarte, nada”.
Esta frase pertenece a Norman Vincent Peale, un pastor protestante que fue un predicador coherente y exitoso y enseñó sobre el pensamiento positivo, que no es otra cosa que la utilización de las memorias correctas.
Una historia que me abrió mucho más a la actitud de dejar a Dios actuar, fue la siguiente:
“Fred era un hombre que vivió los años de la depresión en Estados Unidos y buscaba trabajo sin conseguirlo, cada día al salir de su casa le pedía a su esposa que le diera un grano de mostaza y la ponía en su bolsillo con el fin de recordar este pasaje de la Biblia:
Entonces el Señor dijo: «Si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a este sicómoro: ‘Desarráigate y plántate en el mar,’ y les obedecería. Lucas 17:6
Cada día al regresar a casa el grano de mostaza había desaparecido, ya sea porque se desintegraba o porque caía de su bolsillo.
Un día decidió poner el grano de mostaza en una pequeña esfera, de vidrio como si el grano, fuera el centro de la esfera, y mientras se presentaba cada entrevista de trabajo, le daba vueltas entre sus dedos.
Un día cuando pensaba que ya había agotado todos los recursos, a uno de sus entrevistadores le llamo la atención la pequeña esfera que el hacía girar entre sus dedos y le pregunto sobre ella.
Cuando Fred le relato porqué llevaba esa pequeña esfera, al empresario le pareció una idea extraordinaria, se asocio con Fred como inventor y el puso la inversión, y juntos mandaron a hacer millones de esferas con pequeños granos de mostaza para recordar a la gente a no perder la fe.
Fueron puestas a la venta en el momento preciso, ya que en esos años de depresión en los Estados Unidos, todos buscaban un sustento para su fe.
Tal fue el éxito de las esferas, que ambos se hicieron millonarios en plena depresión económica y a la vez dieron un servicio a sus conciudadanos al recordarles que con Fe, todo es posible”.
Esta historia es verdadera, y nos demuestra que cuando quedamos abiertos a la voluntad de Dios, siempre seremos sostenidos por ella y también, constantemente sorprendidos.
La fe es un estado de entrega, y la palabra entrega es sinónimo de dar.
El DAR, nos abre las puertas a la abundancia.
Cuando comencé a compartir los talleres de abundancia, uno de los requisitos para asistir a ellos era no estar en estado de angustia o carencia.
La razón es muy simple, y te la contare: Durante los meses que me tomo, armar, y practicar en mi propia vida lo que era la abundancia, asistí a varios talleres de ese tipo y lo común fue encontrar que, la asistencia a estos talleres, en su mayoría era de personas que estaban buscando soluciones desesperadas, esperando recibir algo mágico que les llegue de fuera.
Es casualmente en el estado de desesperación que la carencia florece, y es justamente lo opuesto a lo que la abundancia representa, invariablemente salía con un fuerte dolor de cabeza por la energía tan densa y con el aprendizaje invalorable de que para tener abundancia, hay que estar dispuesto a dar, y armonizarse por dentro.
Fue diferente cuando fui a Chile al Taller del Dinero, que lo dictaba mi Maestra Soledad Miranda, en ese caso las personas asistentes, eran personas que asistían dispuestas a sanar su relación con el Dinero.
Sanar nuestra relación con el dinero es fundamental, si bien es cierto que el dinero es sólo una parte de la abundancia, es en base al dinero que tomamos la mayoría de las decisiones en nuestra vida.
Culturalmente hemos aprendido a activar memorias de amor – odio con respecto al mismo.
El dinero es una energía con la cual nos armonizamos. Recuerdo siempre que donde todo sucede: “Es dentro y no fuera”
Si esperamos, primero recibir para después dar, estamos nuevamente en la dirección equivocada.
Te parece conocida la frase “si me gano la lotería ayudaría a todo el mundo”
Ese condicionamiento tiene todos los componentes equivocados. El primero es que estoy esperando recibir, no dar, luego estoy buscándolo de una manera fácil y si es posible gratis, y finalmente estoy esperando estar en una posición de superioridad para “ayudar”.
No necesito ser acaudalada para dar, una sonrisa es dar, una palabra sincera de aliento es dar, el ser útil es dar.
La historia del grano de mostaza nos recuerda nuestra propia Divinidad, podemos crear a partir de la fe, que es una forma de amor, y el amor está en dádiva constante.
Eckhart Tolle dice en su libre “La nueva Tierra”
“Ensaye un par de semanas para ver como cambia su realidad: dé a los demás todo lo que sienta que le están negando. ¿ Le falta algo? Actúa como si lo tuviera, y le llegará . Así al poco tiempo de comenzar a dar, comenzara a recibir.
No es posible recibir lo que uno no esta dispuesto a dar.
EL FLUJO CREA REFLUJO. Ya posee aquello que cree que el mundo le niega, pero al menos que permita que ese algo fluya, jamás se enterará de que ya lo tiene”.
Entonces nos es necesario recibir de fuera, sino mas bien armonizarnos por dentro y dar, compartir de igual a igual con cada quien, ya que todos no somos más que reflejo, reacción y resonancia, los unos de los otros.
El Ho´oponopono nos enseña a borrar memorias negativas y creencias equivocadas.
Mientras mas lo practicamos, más luz recibimos y con ella podemos darnos cuenta que hemos activado demasiadas memorias equivocadas, de dolor carencia y necesidad, y que ha llegado el momento de entregarlas definitivamente.
Fortalezcamos la fe en nosotros mismos y en nuestra unidad con Lo Divino.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de carencia para que Tú, las transmutes en luz
Enséñame a fortalecer mi fe.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana María
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”