Una bella historia que leí alguna vez es la siguiente:
“Desde que se conocieron Morrnah (la creadora del Ho ́oponopono de
Identidad propia) y el Doctor Hew Len, su alumno más allegado, viajaron
mucho por el mundo enseñando, hasta la muerte de Morrnah en 1992.
Siempre hacían su limpieza con Ho’oponopono antes y durante
sus viajes. Pero en uno de sus vuelos, el avión enfrentó una fuerte
turbulencia, dando tumbos arriba y abajo. Instintivamente, el Dr. Hew Len
miró por la ventana. «No sé qué pensaba que iba a ver, pero aún así lo
hice de todos modos», dijo.
.
Sentado junto a él, Morrnah parecía estar dormida (como lo hacía a
menudo). Pero en voz baja le dijo: «No es por fuera, es adentro» .
El Dr. Hew Len se sorprendió para luego reconocer que la turbulencia
no estaba «ahí afuera» que sea lo que sea que vivamos es una memoria
que repetimos y que se muestra como una vivencia, para que podamos
limpiarla y liberarla. Habían dos camino a tomar, culpar al clima, al piloto o alguien más, o tomar el ciento por ciento de responsabilidad por esa
experiencia y limpiar, limpiar, limpiar… Eligieron limpiar y la turbulencia desapareció…”
Reconocer y aceptar que todo sucede dentro y no fuera de nosotros es
fundamental para poder dirigirnos hacia una nueva forma de vida.
Al tomar la responsabilidad y abandonar la victimización, nos liberamos…
parece muy simple, pero en la práctica nos cuesta bastante.
Ya te he comentado muchas veces que lo que más nos cuesta perder en la vida es
una idea, nos aferramos a nuestras ideas y opiniones y al hacerlo cerramos la
posibilidad de corregirnos.
Siempre tenemos la palabra “si, pero…” en la punta de la lengua para rechazar
cualquier sugerencia u opinión distinta a la nuestra.
Imagínate que estás cometiendo un error en la forma cómo estás educando
a tu hijo, y alguien te lo hace notar, si eres una persona deseosa de avanzar,
por lo menos dejarás abierta la posibilidad que lo que se te dice sea verdad,
de lo contrario si estás cerrada y ubicada en la terquedad contestarás con el
conocido. “si, pero…”.
En Ho ́oponopono sabemos que las memorias equivocadas o de dolor se nos
muestran y lo hacen precisamente para que podamos limpiarlas y si no fuera
así: ¿cómo sabremos por dónde empezar?
Si mi auto indagación, aún no me lleva a una completa claridad, por lo menos
quedaré abierta a las sugerencias de las personas que pueden darme una
orientación, date cuenta que no te estoy diciendo “escucha críticas” porque
entonces lo correcto sería preguntarse, ¿si estoy en un entorno lleno de
críticas, seguramente falta limpieza en mí?
En cambio dejarse guiar o estar abierta a las sugerencias limpias y coherentes
de un guía o maestro es diferente.
Dios siempre pone en nuestro camino quien nos pueda orientar, a veces puede
ser alguien que no conocemos pero con una palabra nos ayuda a aclararnos.
La sabiduría natural de las personas del campo, que han aprendido viendo la
naturaleza, es a veces contundente, ellos no cuestionan el orden perfecto
que ven en la naturaleza y simplemente lo imitan.
También, los hijos suelen ser buenos maestros, a veces nos muestran aquello
que no queremos ver, ya que ellos representan la forma más cercana de
reacción, reflejo y resonancia de lo que llevamos en nuestro interior.
Nunca es afuera, siempre es primero por dentro…
Entonces cada vez que tenga un conflicto en mi vida, primero me preguntaré:
¿qué hay en mí, que está provocando esta situación?
Lo saludable es buscar primero el error en mí, hacerlo me mantiene humilde y
luego me aclara y aunque no lo creas ¡me da poder!.
Si, me da poder, porque al ser yo quien está provocando esa situación o ese
conflicto, está en mis manos corregirlo, ¡que alivio!, no dependo de nadie más.
Cada memoria entregada a la Divinidad es una memoria que entra en proceso
de transmutación, esa transmutación, puede ser inmediata como puede
tomarse un tiempo, eso está fuera de mi alcance, lo importante es que he
dejado de ser una víctima del gobierno, del destino, de mis hijos de mi esposo,
de mi jefe, de mi madre, de mi amigo, etc.
He tomado la responsabilidad y me he liberado del juzgamiento y de la crítica
para avanzar por el camino del amor.
Este tema lo tratamos una y otra vez en los talleres. Cada taller que
compartimos es una experiencia única, es el primer paso o quizá la
reafirmación de que andamos por el camino correcto, ya que sólo hay dos
caminos, el del amor o el del temor.
En el camino del amor, estamos sincronizados con la creación de todo lo
bueno y lo abundante que es nuestra verdadera naturaleza.
Toda carencia, ya sea de salud, de armonía emocional, o material, nace de
nuestro interior y depende de nosotros poder cambiarlo.
El proceso te lo describo una vez más: primero lo reconozco: “Ah, ésta es una
memoria”, luego lo acepto, “Esta memoria es mía, yo la estoy re-creando una
vez más”, mientras no reconozco que la memoria me pertenece, no podré
hacer la entrega, ya que sólo puedo entregar lo que me pertenece.
Entonces si ya acepté que es mía, viene la tercera parte, corrijo, es decir la
entrego a la Divinidad, Cosmos, Poder Superior, Universo o como sea que
tú llames a ese poder maravilloso que mantiene el sol saliendo cada mañana y
ocultándose cada atardecer.
Una vez hecha la entrega, la memoria ya no está en nuestras manos sino en
manos del Gran transmutador, los resultados siempre serán sorpresivos…
Una vez más, entrenemos a nuestro intelecto para reconocer que:
¡ES ADENTRO, NO AFUERA!
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de confusión y falta de claridad para que Tú, las transmutes en luz.
Aclara mi mente, aclara mi vista y sobre todo aclara mi corazón.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”