Hasta este momento, tenemos casi toda la información asimilada en
nuestro intelecto, seguramente hemos logrado llevar a cabo muchas de las
enseñanzas, ahora viene la parte más importante: mantenernos en el camino.
Durante toda nuestra vida nos mantendremos en el esfuerzo de seguir viviendo
en paz.
Es mucho lo que hemos aprendido, seguramente no estaremos practicando
todo lo aprendido, no importa, lo importante es , practicar bien aunque sea
una sola enseñanza y las demás se irán sumando como consecuencia de esta
primera.
El vivir en paz, nos confiere entre otras cosas, humildad y esa humildad nos
conduce a darnos cuenta de la fragilidad de nuestro estado de paz que tiene
que ser apuntalado día a día.
Tenemos paz “sólo por hoy”, y cada día será igual, sólo por hoy, de esa
manera el esfuerzo será contínuo, y podremos mantenernos día a día con la
sensación de frescura de un nuevo día, cada día.
No olvidemos el por qué practicamos Ho ́oponopono, es tan sólo para tener
paz, ya que esa, es la búsqueda del ser humano desde el momento de su
nacimiento hasta el último día de su vida.
No practicamos el Ho ́oponopono para conseguir bienes materiales, salud o
dominio sobre los otros.
Única y exclusivamente lo hacemos para tener paz y con eso habremos
ganado la gracia más grande que podemos recibir.
Con paz, el amor será una constante en nuestra vida, por lo tanto el miedo
ya no estará en ella, habremos dejado de juzgar y criticar y la reconciliación
interna será una realidad, nos habremos unido llenos de compasión y
hermandad a cada criatura y esa unidad nos mantendrá llenos de vida.
A mí me cuesta bastante, mis memorias se han purificado mucho y estoy muy
alerta observándolas, aún así, la crítica suele aflorar, y cuando me descubro
criticando, lo tomo con sentido del humor, pero me detengo inmediatamente.
La crítica es la rendija por donde con mayor frecuencia, se cuela la rabia.
Otro punto a trabajar día a día es la culpa -victimización-manipulación- ¡los tres
en uno!
Si me siento culpable, inmediatamente trataré de disculparme, victimizándome
y si lo hago estaré manipulando a uno o a muchos, y por supuesto recibiré en
retorno lo mismo.
El cambiar el concepto de culpa por error es fundamental, la culpa se alimenta
a sí misma y no sale de su círculo vicioso, en cambio el error busca ser
reparado.
El error se reconoce desde la responsabilidad y la culpa desde la victimización.
La frase “me perdono” dicha sólo con la vibración de la palabra y sin poner
ninguna emoción en ella es la mejor cura para la culpa.
Toda la eficacia del Ho ́oponopono radica en las palabras que utilizamos.
La palabra crea, sólo con su vibración.
No será necesario poner nuestros sentimientos y emociones al decirlas,
porque la mayor parte de ellas son memorias que pueden estar cargadas de
aspectos negativos, como el amor lleno de apego que nada tiene que ver con
el amor universal que se entrega sin ninguna condición.
También puede pasar con el perdón, si está acompañado de soberbia al
sentirnos superiores, o la gratitud que necesita ser valorada o la verdad
“relativa” que es todo menos verdad, o la caridad teñida de conmiseración.
Cuando digamos “te amo , gracias”, “me perdono”, “yo, creo”, lo haremos
simplemente con nuestra palabra y entonces la presencia del amor universal, el
perdón universal y la fe verdadera, vendrán a ser parte de nuestra vida.
Es mucho lo que nos falta por aprender, esto, lejos de desanimarnos nos
puede mantener ilusionados, ya que las bendiciones no cesan y con cada
aprendizaje alcanzamos un nivel más de unidad, cada día nos sentiremos más
“parte del todo” y eso es la mejor señal de que estamos por el camino correcto.
Es bueno que revisemos nuestros avances, pero también los errores para
poder repararlos y los descuidos y las autocomplacencias que nos pueden
llevar a descuidar el avance.
Será necesario recordar una vez más que, en la verdadera práctica del
Ho ́oponopono no se lucha “en contra de”, porque eso implica separarse y
juzgar, algo que “supuestamente” es ajeno.
Más bien, todo se ACEPTA, como propio y en esta calidad de pertenencia y
unidad, la memoria puede ser entregada para su transmutación.
No podemos entregar lo que no nos pertenece.
Entonces hagamos de este momento, un momento de revisión y recuento de
qué aspectos de nuestra vida podrían entrar en ‘mantenimiento’ para no desviar
nuestro camino.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego una vez mas todas mis memorias equivocadas, aquellas que traen dolor en mi realidad, para que Tú, las trasmutes en luz.
Gracias por mantenerme alerta y dispuesta a reparar mis errores.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”