“EL cosmos tiene sólo un amo, Dios, la Suprema Consciencia
Omnímoda, Ella da energía y dirige todo el cosmos. Ella impele todas las
actividades del hombre. El hombre no es más que un instrumento que la
Consciencia Universal maneja. Dios no está limitado por el tiempo, el
espacio o las circunstancias; en cambio, el cuerpo, la mente, el intelecto,
los sentidos, sus deseos, todos ellos, son moldeados y modificados por
el tiempo, el espacio y las circunstancias. Cuando no cree en este hecho
fundamental, el hombre imagina falsamente “yo estoy haciendo esto” ,“yo
planeo esto”. Es la Suprema Consciencia Omnímoda la que desarrolla las
habilidades, impulsa los sentidos y hace funcionar el intelecto”.
Sathya Sai Baba
Mientras estemos encarnados, viviremos en la dualidad, donde todo tiene dos
aspectos, en donde a cada momento estamos eligiendo.
La elección siempre es en un principio intelectual, recaba información y actúa
de acuerdo con la información, es neutra.
Pero inmediatamente aflora el sentimiento, de nuestro subconsciente y le
inyecta emoción a esa elección y es allí en donde comienza el proceso
individual de cada ser humano.
Tenemos la inspiración Divina constante, orientándonos, pero sin intervenir con
nuestro libre albedrío. Se nos permite elegir y aun esa elección está sostenida
por la voluntad de Dios. Es la Luz que nos guía.
Es cuando estamos atentos a la inspiración Divina que nos movemos dentro de la
luz del amor, pero cuando el impulso viene motivado por el miedo y todos sus
variantes (odio, violencia, celos, envidia etc.) entonces nos movemos en el lado
oscuro: La sombra.
Todos tenemos luz y sombra y es saludable reconocerlo, y aceptarlo. Sólo
cuando aceptamos un hecho podemos corregirlo.
Si nos mantenemos en negación sin aceptar nuestro lado oscuro, este se
fortalece y trabaja como un francotirador, hiriéndonos sin ser vistos.
Quisiera compartir contigo esta aleccionadora experiencia…
La primera vez que convoque a mi familia a una reunión familiar, me sentía
muy segura de ser reconocida por mi iniciativa y mi esfuerzo.
Tenía mucho tiempo trabajando conmigo misma y también como terapeuta
orientando a quienes llegaban a mí, entonces como te imaginarás, ¡no estaba
especialmente humilde!
Mi consejero me dijo que la única condición era que yo tenía que escuchar sin
responder a nada de lo que se me dijera.
Bueno la reunión comenzó y el tema fue:
“¿Qué piensas de tu esposa, madre y suegra?”
No te imaginas como quedé devastada después de escuchar que cada uno en
la familia tenía “cosas” que decirme. Lo peor de todo fue mantenerme callada
sin emitir el clásico, “ …si, pero…”.
Mi lado oscuro expuesto frente a mí, cuando yo me sentía un faro en medio de
la oscuridad.
Pasaron días antes de reponerme, pero la buena orientación de mi consejero
me llevó a reconocer que cada cosa que me habían dicho era verdadera para
quien la dijo y me daba la oportunidad de observarme y de corregirla.
Después de esa reunión familiar vinieron muchas otras, en donde pude
expresar yo también mi opinión pero la gran lección fue el entender, que somos
tanto luz como sombra y ambas partes nos pertenecen.
Si alguien te muestra tu sombra agradécelo te está dando la oportunidad de
limpiarla.
Eso no quiere decir que seamos “hojas al viento” llevados por la opinión de los
demás, sólo quiere decir que dejemos abierta la posibilidad de que podría
haber algo más que mejorar en nosotros.
El Doctor Ihalekala Hew Len, conocido maestro de Ho´oponopono dice que
cuando el va a un restaurante, y el mozo lo trata mal, ¡él le da el doble de
propina, porque este mozo le ha mostrado que aún tiene memorias oscuras
que debe limpiar!
No le temas a tu sombra, acéptala, límpiala y el avance será contínuo.
Algunas veces pensamos que estamos hablando amablemente y sin embargo
la otra persona se siente controlada o criticada.
Lo que nunca falla es ponerse en el lugar del “otro”, aunque ya sabemos que
no hay un otro siempre somos nosotros mismos, pero el refrán que dice:
“no le hagas a otro lo que no quisieras que te hagan a ti” es perfecto.
No le hables a otro de la forma que no te gustaría que te hablen a ti.
Algo que me gusta mucho es esta nueva herramienta que tenemos del
WhatsApp, ahora podemos enviar mensajes a amigos, familiares y también a
aquellos que ¡no son tan amigos!, acostúmbrate a leer tu mensaje antes de
enviarlo y pregúntate si te gustaría recibir ese mensaje.
Esa herramienta nos da un momento de reflexión, momento que no tenemos
cuando hablamos directamente.
Personalmente estoy haciéndolo, leo el mensaje antes de enviarlo, porque ya
me equivoqué bastante por mi impulsividad.
Preguntar ¿cómo estás?, decir por favor y gracias, no le quita tiempo ni le
disminuye a nadie y sí suma mucho.
Busquemos la unidad somos una sola humanidad, somos seres con luz y
sombra, trabajemos para que sea la luz la que vaya creciendo en nuestra
realidad.
Y que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te entrego toda memoria de separación para que Tú, la transmutes en Luz.
Enséñame a reconocer la unidad, la mía y la de toda la creación en Ti.
Y Así se ha hecho
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”