“Todo sucede dentro, nada fuera”
Muchas veces cuando un dolor llega a nuestra vida, tenemos el impulso de huir, creemos que yéndonos lejos dejaremos atrás el sufrimiento y no es así.
En estas décadas de trabajar con tantos seres humanos, ellos han sido mis maestros, he podido observar como nos resistimos a aceptar que todo proviene de nuestro interior.
Después de un divorcio o una ruptura, muchas mujeres corren al cirujano a tratar de cambiar su parte física, los hombres corren a buscar otra relación, pensando que encontraran la pareja perfecta.
No te engañes, no es por tu físico que una relación se mejora o se rompe y no es cambiando de pareja que los problemas se resuelven, la pareja perfecta surge de ti, de nadie más.
Cuantas veces me oí decir “quiero irme lejos y no regresar”, ¡que ilusa! Nunca podré alejarme de la fuente de mi sufrimiento: ¡ yo misma !
Pensamos que si cambiamos de trabajo, en otro lado, seremos reconocidos y justamente tratados, y cuando hacemos el cambio, tarde o temprano vuelven los problemas y es que, el cambio primero se realiza dentro de cada uno.
Culpamos a los padres, a la pareja, a los hijos, a los jefes o empleados de nuestro sufrimiento, de nuestros errores, es siempre hacia fuera.
Y seguimos andando por la vida perseguidos por la sombra de todo aquello que no queremos ver y aceptar.
Todos tenemos esa sombra y mientas mas densa, es mas difícil de enfrentar, ya que tenemos una creencia muy arraigada y es la idea de la perfección.
Somos perfectamente imperfectos, por ese motivo estamos viviendo esta experiencia humana, para aprender, corregir y mejorar.
Te hablaba en otra oportunidad de que todo es perfecto en la creación de Dios, cada error, está dentro de un plan perfecto, y el corregir ese error también lo está.
Camina con firmeza, sabiendo que no estas solo, Dios te lleva de la mano siempre y cuando tú se lo permitas. Hoy te ha dado este regalo que es, Ho´oponopono.
No creas que es algo mágico, que alguien hará el trabajo por tí, ¡no!
Para que el Ho´oponopono funcione, el esfuerzo primero es mío y es llegar a la aceptación, es el 100% de responsabilidad, mientras no llegue a ese estado, aceptando cada memoria como parte de mí, no podré entregar lo que no me pertenece.
Entonces, al aceptar ya no hay victimización, es el estado sereno, frente a los acontecimientos.
Todo cambia, cuando mi mirada cambia, ¿como juzgar y criticar si estoy reconociendo que todo está siendo creado por mis memorias?
Ayer en el taller que compartíamos, surgió el ejemplo muy domestico, pero muy claro para explicar como funcionan las memorias y quisiera repetirlo ahora.
Las memorias nos proveen de los componentes primarios, seria algo así, como los ingredientes para la masa básica de un pastel.
Si yo deseo hacer un pastel, lo básico es harina, mantequilla, azúcar, huevos y leche, si lo quiero hacer de otro sabor , agregaré naranja, manzana o chocolate, según sea el sabor que deseo. Y tendré un pastel diferente cada vez.
Con las memorias es algo parecido, traigo conmigo la herencia ancestral de todo lo positivo y lo negativo, pero como lo que me interesa hoy, es saber porqué creo sufrimiento en mi vida, me ocuparé sólo de las memorias negativas.
En mi memoria tengo todos los ingredientes: memorias de violencia, dolor, perdida, abandono , carencia y rechazo, entre otras.
Entonces pongamos el ejemplo que se ha cometido un crimen y yo asumo el cien por ciento de responsabilidad, porque yo puedo reconocer, lo que significa un crimen, ahora, me pregunto ¿acaso yo soy un criminal?, ¡NO! ; pero tengo los ingredientes necesarios para poder reconocer que es un asesinato, y mi responsabilidad radica en que si lo puedo reconocer, es que lo tengo en mi memoria, y es a mi, a quien corresponde entregar esa memoria a la Divinidad para que sea transmutada.
Una vez más te recuerdo, que aceptar el cien por ciento de responsabilidad no es volverse inactivo, es simplemente no juzgar con odio. Si se ha cometido un crimen, por más que sea yo la que reconoce el hecho, aquel que ha cometido el crimen deberá afrontar la pena por su crimen.
Ahora comprendes porqué, no es huyendo que se dan las soluciones, ni tampoco, enviando a un lugar oculto las memorias para que dejan de condicionarnos, es solo entregándolas a la Divinidad que se pueden transmutar.
La transmutación puede venir solamente de la Divinidad y es el cambio total y desde su esencia, de una memoria en luz.
Es cierto que la sombra de las memorias negativas nos acompañan, entonces ahora que tenemos la herramienta perfecta que nos da el ho´oponopono, es momento de aceptarlas, agradecerles por lo que nos han enseñado y liberarlas.
“Todo lo que contemplas, aunque parece estar fuera, está dentro, en tu imaginación, de la que este mundo mortal, no es sino una sombra.”
William Blake
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego toda la oscuridad de mi sombra para que tu las transmutes en luz.
Permíteme reconocerlas y aceptarlas para poder entregártelas a cada momento
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana María