La felicidad es un estado estable, silencioso, placentero y natural
Tu, yo y toda la humanidad estamos destinados a ser felices, la felicidad es
nuestra verdadera naturaleza, no la felicidad llena de ruido, esa no es felicidad,
puede ser euforia o algarabía, pero es de corta duración, en cambio la felicidad
puede ser un estado estable, duradero.
La primera vez que me di cuenta que había alcanzado un grado de felicidad,
fue un final de año, cuando hice el recuento de lo vivido y de verdad había
sido un año intenso, lleno de pruebas y sin embargo me sentí tan plena y
agradecida que me di cuenta que eso era felicidad.
Cuando dejamos la victimización, la auto conmiseración queda atrás y la
responsabilidad se fortalece en nuestra vida, entonces la felicidad va tomando
su verdadero lugar.
Increíblemente creemos que la felicidad es proporcional a todo aquello que
tenemos o que hacemos y es todo lo contrario, la felicidad es proporcional a la
cantidad de cosas y situaciones de las que nos desapegamos.
Entendiendo el desapego, no como el rechazo o la renuncia a las posesiones
y el status ¡no!, es todo lo contrario! es poder disfrutar de cada situación y de
cada objeto sin que éstos resulten vitales, si los tengo los disfruto y si no los
tengo sigo adelante disfrutando de mi serenidad de la misma manera.
¿De qué más puedo disfrutar? de todo, para comenzar del hecho contundente
de existir, de todas las maravillas que me rodean, de cada respiración y sobre
todo de mi conexión con Dios.
Puede parecerte un poco irreal pero es cuestión de practicarlo, no te aferres a
nada, no te sientas dueño de nada, no quieras controlarlo todo, acepta que las
cosas no tienen porque salir como tú deseas y verás como te liberas.
Para ser feliz, lo primero es la actitud que tenemos.
Hace unos días, salí temprano en compañía de una de mis hijas, llena de
planes y asuntos que tenía que hacer, llevaba conectado el GPS y cuando
cambiaba de rumbo la voz del aparato decía “recalculando”… bueno ese día
nada salió como esperábamos y de pronto me di cuenta que estaba recibiendo
una lección de vida, a cada cosa que fallaba o que no estaba lista, le decía a
mi hija: “recalculando”, nos reíamos y seguíamos adelante.
La verdad es que la pasamos bien y regresamos a la casa sin haber hecho nada
de lo que nos habíamos propuesto para ese día, pero con la palabra clave en
nuestros labios “recalculando”.
Algo así tomado con sentido de humor, puede acercarnos a la felicidad,
re-orientemos una y otra vez nuestro camino, sigamos adelante, si nos
detenemos a lamentarnos, perdemos si o si, si reorientamos y nos
mantenemos abiertos, expandidos, siempre podemos ser sorprendidos con
algo que no esperábamos.
El secreto de la felicidad está en la aceptación incondicional de cada
experiencia, de cada bendición, de cada prueba y sobre todo de nosotros
mismos como seres perfectamente imperfectos.
Son nuestras imperfecciones las que nos empujan a avanzar, al tratar de
corregirlas.
Soy una convencida que no existen errores en la naturaleza, todo es perfecto y
todo tiene una causa y un propósito.
Resistirse es doloroso, y en la enseñanza Huna de la cual el Ho ́oponopono es
sólo una parte, dice:
“Aquello a lo que me resisto, persiste, lo que acepto se transmuta”
¿En qué se transmuta? No lo sabremos hasta no verlo a lo lejos, cuando las
pruebas hayan pasado y podamos ver el rumbo que tomaron y como lo que en
su momento pareció oscuro, era tan sólo un túnel que nos ayudó a pasar del
desierto al valle.
Otro principio Huna es:
“Allí donde va mi atención, va mi energía”
En todo aquello que pongo mi atención, le doy la energía para crecer, entonces
mejor me enfoco en lo bueno y lo bueno crecerá.
Finalmente hablemos del egoísmo, este es un sentimiento que nace con el ser
humano, el egoísmo es primitivo y es infantil.
Cuando maduramos como seres humanos racionales y equilibrados, dejamos
poco a poco el egoísmo, el yo y lo mío se convertirá en nosotros.
Entonces una forma de felicidad será el servicio, cuando servimos lo hacemos
a nosotros mismos, poder aliviar el dolor de otros en realidad alivia nuestro
propio dolor.
Ya que la clave es tratar a los demás de la misma forma que quisiéramos que
nos traten a nosotros, lo que a mí me lastima también puede lastimarte a ti.
Ser feliz es el estado natural del ser humano, nadie se sorprende ante la
felicidad pero sí lo hacemos frente al dolor.
Si hoy no conseguí lo que esperaba, si las cosas no salieron como quería,
si encontré muchos obstáculos en mi camino, haré uso de mi palabra clave
“recalculando” y seguiré adelante disfrutando de lo inesperado.
Deseo de todo corazón que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todos mis apegos para que tú, los transmutes en luz
Enséñame a ver lo bueno, hacer lo bueno y decir lo bueno y permite que mi único apego sea hacia Ti.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo,
Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”