Lo Absoluto, y el Maestro

 Siempre he admirado a quienes no necesitan de una forma para conectarse

con Dios.

 

Hay personas capaces de hacer esa conexión sin necesidad de un maestro

que las conduzca por ese camino.

 

Yo siempre necesité de uno, y hoy que escribo este artículo lo hago

como un homenaje a mi Maestro Bhagawan Sri Sathya Sai Baba.

 

Desde muy temprana edad busqué al maestro y entre lo que encontraba, nada

me completaba, siempre había una pieza que faltaba y que me dejaba una

sensación de vacío, cuando en mayo de 1992 supe de la existencia de Sai

Baba, y recibí sus primeras enseñanzas, mi vida nunca volvió a ser la misma.

 

Con él aprendí a reconocer a Dios en todo lo creado, él me enseñó que todas

las religiones son verdaderas porque todas creen en el mismo Dios pero con

diferentes nombres, con él aprendí que la humanidad es una sola y que no

existe diferencia entre nosotros, todos somos miembros del mismo cuerpo.

 

Muchas veces escuché decir a Sai Baba, “No me sigas a mí, encuéntrate a ti

misma y realiza tu propia divinidad”.

 

Y en eso estoy, en el descubrimiento cotidiano de mi propia divinidad, y para

eso el Ho´oponopono me ha servido como una herramienta efectiva y simple

de utilizar.

 

Cuando entendí lo que verdaderamente significaba el Ho´oponopono, me aferré

a él, es la mejor herramienta de aceptación y entrega y también es el método

más efectivo para llegar a la unidad.

 

SI no tienes un maestro terrenal, puedes considerar al Ho´oponopono como un

maestro. Cuando entendemos que todo se genera en nosostros mismos, que

nunca es afuera sino adentro donde suceden las cosas, entonces encontramos

la unidad y con ella entenderemos un poco más el principio Divino.

 

Aquello que llamamos Dios, es realmente incomprensible para nosotros,

podremos tener un atisbo de Él, pero con nuestra mente limitada, siempre será

imposible conocer lo ilimitado.

 

Dios lo contiene todo, es una existencia constante es el UNO sin un segundo,

eso quiere decir que nada existe fuera de Dios, nosotros, Tú y Yo somos parte

de Él.

 

Esa idea infantil de Dios y el demonio como dos fuerzas encontradas, no

existe, si existiera algo fuera de Dios, este no sería absoluto.

 

Lo que nosotros vemos como negativo o perverso es simplemente fruto de

nuestra mente dualista, dentro de un cuerpo que se cree separado, en donde

siempre tendemos a elegir entre dos caminos.

 

Cuando el cuerpo es abandonado, ya no hay libre albedrío, porque ya no hay

en dónde elegir, sólo existe el Amor, como realidad única.

 

El amor crea, es la fuerza creadora y toda su creación es perfecta.

 

Cada experiencia vivida es perfecta, obedece a un orden perfecto pero que

nosotros, no somos capaces de ver en su totalidad.

 

Nuestra visión es parcial, como lo relata esta historia:

 

“El Buda les pidió que se sentaran tranquilamente a su lado, y habló así:

 Ahora os contaré un suceso de los tiempos antiguos. Había un maharajá

que mandó reunir a todos los ciegos que había en Sabathi y pidió que los

pusieran ante un elefante y que contasen, al ir tocando al elefante, qué les

parecía. Unos dijeron, tras tocar la cabeza: “Se parece a un cacharro”;

los que tocaron la oreja, aseguraron: “Se parece a un cesto de

aventar”; los que tocaron el colmillo: “Es como una reja de arado”; los

que palparon el cuerpo: “Es un granero”. Y así, cada uno convencido de

lo que declaraba, comenzaron a querellarse entre ellos.

  El Buda hizo una pausa y rompió el silencio para concluir:

  Monjes, así son esos ascetas disidentes: ciegos, desconocedores de la

verdad, que, sin embargo, sostienen sus creencias”.

 

Es cierto que el propósito de la vida es descubrir nuestra propia divinidad y ese

descubrimiento nos da paz, también es cierto que nos mantenemos en una

suerte de sube y baja, porque la visión no es constante, si fuera así estaríamos

totalmente iluminados.

 

Pero lo importante es seguir trabajando en ello y conseguir cada vez más

serenidad.

 Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te

entrego toda memoria de separación para que Tú, la transmutes en luz.

 Enséñame a ver la unidad en la diversidad.

 


¡Y así se ha hecho!
 

 
Lo siento, por favor perdóname
 


 Te amo,  Gracias

 
Ana Maria
 

Aloha  Ke Akua




“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


Existencia

Dice en el diccionario:

En el uso común, la existencia es «la estancia en el mundo».

De eso somos conscientes al notar con nuestros sentidos otras cosas «existentes». De modo que existir viene a ser «estar en el mundo», tanto nosotros como las cosas que nos rodean.

Existir es nuestro valor intrínseco.

“Valgo porque existo”, eso se llama auto aceptación.

Culturalmente, hemos aprendido a darle valor a lo temporal, como el dinero, la

belleza, el poder, la juventud y tantos otros valores relativos.

 

El único valor absoluto es la existencia, en donde el AMOR es el continente y la

VERDAD el contenido.

 

Nuestra existencia es el nexo como el universo que conocemos y todos los

demás universos que desconocemos pero que existen, independientemente a

que los reconozcamos o no.

 

Tu y yo somos la flores de una guirnalda que tiene un hilo que las conecta y

que sin ese hilo la guirnalda no sería guirnalda, ese hilo es la existencia.

 

Pocas veces ponemos nuestra atención en percibirla, es simplemente

detenernos y sentir que estamos vivos.

Pero no sólo eso sino que estamos viviendo, existiendo con todo lo creado,

con lo que nos gusta y lo que nos disgusta, con lo más lejano y lo cercano, lo

conocido y lo desconocido, lo sublime y lo grotesco.

 

La experiencia de pertenencia, nos une. Cuentan las personas que han tenido

la oportunidad de salir al espacio que cuando ven desde fuera al planeta tierra,

tienen la misma sensación de estar viendo desde la calle a su propia casa,

todos los que viven en ella que son su familia.

 

La práctica tradicional Huna, empleaba el Ho ́oponopono para mantener la paz

entre familias, clanes y pueblos, y se hacía, reuniendo a las dos partes en

conflicto frente a un sacerdote o Kahuna que hacía de mediador. Se exponían

las razones del conflicto, el Kahuna los orientaba a buscar una solución y

perdonarse y finalmente se separaban, agradecidos y en paz.

 

 

Cuando Morrnah, recibe la inspiración, basándose en esa existencia única,

para hacer que el Ho ́oponopono tradicional, se transforme en Ho ́oponopono

de identidad propia, en donde todo lo que se quiera trabajar se hace en

uno mismo. Ya que todo sucede dentro y no fuera de nosotros, y al hacer la

limpieza internamente, lo hacemos en todo lo que nos rodea.

 

Lo que sea que yo trabaje en mí, lo estoy trabajando conectado a LA

EXISTENCIA.

 

No hay dos existencias, sólo es una, constante, invariable, omnipresente y

absoluta.

 

Esa existencia está en todo y en todos, conectándonos en todo momento.

Y está más allá de lo que captan nuestros sentidos, nuestros cinco sentidos

básicos son sumamente limitados y no nos permiten acceder ni comprender

todo lo existente.

 

Cuando en Ho ́oponopono queremos hacer la limpieza de un objeto, siempre

comenzamos por percibir la existencia que nos une, cuando podemos sentir

que la habitación, el lápiz o la silla que queremos limpiar, existe y que su

existencia es la misma que la mía, entonces desde ese reconocimiento, y esa

unión, podemos iniciar la limpieza.

 

La existencia es infinita, entonces: ¿cómo podríamos entender lo que es infinito

con una mente finita y limitada?

 

Alguna vez te comenté que aceptando esto, y dado que Dios es existencia

pura, y nunca podremos entenderlo, sólo nos queda disfrutarlo.

 

Disfrutar a Dios es lo mejor que podemos hacer en nuestra vida, sentir Su

presencia en cada persona, en cada objeto, en la naturaleza que es Su obra y

agradecer, agradecer y agradecer.

 

Puede ser, que hoy día estemos pasando por alguna prueba, yo sé que lo

último que queremos es agradecer por ella y sin embargo, en eso radica la

liberación.

 

Agradece sinceramente por todo y de esa manera lo sublimas, lo elevas a una

vibración más alta y en automático será transmutado.

 

Finalmente quisiera compartir contigo mis reflexiones sobre la existencia y lo

que creemos ver fuera de nosotros.

 

 

 

Dado que nuestra educación nos ha orientado a pensar de manera dual, es

decir, en sentirnos separados.

 

Cuando el Ho ́oponopono, llega a nuestras vidas y nos repite una y otra vez:

“no es afuera, es adentro”.

 

Al comienzo lo escuchamos como algo hermoso, tal vez conmovedor, pero no

lo experimentamos, luego, si seguimos poniendo en práctica las enseñanzas,

comenzaremos a experimentar chispazos de esa unidad.

 

Cuando esto sucede, nuestra consciencia se expande, estamos lúcidos para

darnos cuenta, de que en realidad nada sucede fuera sino dentro de nosotros.

 

Y un buen día nos encontramos con que nuestro lenguaje cambió, se suavizó,

al mejorar nuestro lenguaje, es que también hubo un cambio en nuestro

pensamiento, ya no estamos tan propensos a juzgar y criticar.

 

Finalmente, quienes nos rodean viven también ese nuevo estado de

consciencia, dado que compartimos la existencia, lo que mejora en nosotros

mejora en toda la humanidad.

 

Hoy trabajo en mantener la paz en mi vida y en todo lo que me rodea, y

dado que tú estás en mi realidad, compartiremos esa paz más allá de todo

entendimiento.

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te

entrego todo aquello que no veo en mí y que atrae momentos de conflicto

una y otra vez a mi vida, para que Tú, lo transmutes en luz.

Enséñame a percibir la existencia en todo lo que me rodea.

¡Y así se ha hecho!

Lo siento, por favor perdóname

Te amo

Gracias

 Ana Maria

 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”