Se conoce como disciplina a la capacidad que puede ser desarrollada
por cualquier ser humano y que implica, para toda circunstancia u
ocasión, la puesta en práctica de una actuación ordenada y
perseverante, en orden a obtener un bien o un fin determinado.
La disciplina bien orientada va siempre acompañada de paciencia,
tolerancia, clemencia y constancia.
La disciplina sin paciencia se torna en compulsión
La disciplina sin tolerancia se torna en fanatismo
La disciplina sin clemencia se torna en dictadura
La disciplina sin constancia no puede subsistir
Muchos estamos familiarizadas con la palabra Yoga, y siempre la
relacionamos con una práctica física.
En realidad la palabra sánscrita Yoga, significa simplemente
DISCIPLINA.
Hay innumerables formas de yoga, pero uno de los yogas más sublimes
es el Prema Yoga.
“Prema” es el nombre sánscrito que se le da al amor verdadero, al amor
sin apego, ese que se da naturalmente sin ningún condicionamiento.
Es en el amor verdadero que se encuentra la compasión, la gratitud y el
perdón, es por eso que el Ho´oponopono nos lleva suavemente y sin
grandes complicaciones a practicar esta disciplina en nuestras vidas.
Cuando aprendamos a no juzgar y no criticar, y a aceptar que sea lo que
sea que estamos viviendo lo estamos creando nosotros desde nuestras
memorias de miedo, dolor y rabia, entenderemos que el error está en
nosotros y que así como cometimos el error, también lo podremos
reparar.
Esta disciplina de amor, es silenciosa, suave, no se expone como en
una vitrina, ni hace alarde de sus logros.
La intimidad que conseguimos tener con nuestro “Yo Soy” y por lo tanto
con la Divinidad, es la más que queremos preservar.
Es un amor único, una relación íntima, pudorosa y completa, a más
profundidad, menos exposición.
Recuerda que cada vez que alardeamos de nuestra felicidad, de lo
maravillosa que es nuestra relación, de lo perfectos que son nuestros
hijos, del cariño de nuestra pareja, o de lo que sea que queramos
demostrar, eso no es verdadero.
Hay un viejo dicho que reza: “Dime de qué presumes, y te diré de qué
careces”.
Basta que necesitemos demostrarlo para que sea algo que realmente no
estamos viviendo.
Muchas veces escuché a mi maestro decir :
“Haz de tu vida una rosa que hable silenciosamente, con el lenguaje
de la fragancia”.
(…)Entonces volvamos a la disciplina, es más, a la autodisciplina, ¿cuánto nos cuesta trabajar con nosotros mismos?, ¿cuántas excusas tenemos para dejar de hacer aquello que sabemos que nos está haciendo daño?
¿cuán permisivos podemos ser ante nuestros propios errores y cuán
tajantes con los errores ajenos?
Bueno, la disciplina como todo en la vida comienza aplicándola primero
en nosotros mismos.
Si lo que hacemos lo hacemos con orden y perseverancia, llegaremos a
ser mejores seres humanos.
Los primeros pasos en la autodisciplina, podríamos darlos con nuestro
niño interior o subconsciente, el niño interior activa las memorias que a
su vez se convierten en pensamientos que se disparan sin cesar en
diálogos que podrían ser constructivos o devastadores.
Es necesario entrenar, disciplinar a nuestro subconsciente para utilizar
aquellas memorias que nos llevaran a la armonía y la paz en nuestra
vida.
Al comienzo puede ser difícil, cuesta tomar las riendas de ese caballo
desbocado en el que se ha convertido nuestra mente, pero poco a poco, con
paciencia, clemencia, tolerancia y constancia, lograremos dirigir
nuestros pensamientos.
Otra disciplina es agradecer constantemente, por todo, especialmente
por aquello que nos desagrada, porque de esa manera estaremos
acelerando su transmutación.
Alguna vez alguien me dijo que no quería agradecer por aquello que le
diera sufrimiento porque sino se repetiría una y otra vez… no es así, ya
que cuando agradecemos lo estamos aceptando, y es con la aceptación
que podemos realizar la entrega.
Toda acción que hagamos podría ser una disciplina de entrega, a eso se
le llama en sánscrito el Karma Yoga, karma significa acción , se trata de
la disciplina de entregar a la divinidad todas nuestras acciones para que
sean transmutadas.
Cuando en Ho´oponopono, repetimos incesantemente “Te amo, gracias”,
estamos realizando esta disciplina de entrega y es por eso que nos
sentimos en paz.
La disciplina es fundamental en todos los aspectos de la vida, como un
ejemplo básico, basta con observar la disciplina del sol en su órbita.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno.
Te entrego toda emoción, todo pensamiento y toda acción, para
que Tú, las transmutes en luz.
Enseñame a mantener mi vida dentro de la disciplina del amor verdadero.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”