CONVERSACIONES

La conversación que nunca se detiene es la que mantenemos con
nosotros mismos. Esa conversación es fruto de lo que tenemos en
nuestro subconsciente y que se proyecta en nuestra mente.

La mente es como la pantalla de una gran sala de cine, las imágenes que
aparecen allí dependen de lo que se esté proyectando en ella, puede ser una
comedia que nos provoque risa o un drama que nos conmueva hasta las
lágrimas, una vez terminada la película, la pantalla vuelve a estar sin ninguna
imagen.

Entonces podría decirte que la mente es sólo un instrumento que utilizamos
pero le otorgamos tanto poder que termina convenciéndonos de que ella es
quien nos utiliza.

Recuerdo un diálogo que ocurrió en el Ashram de Sai Baba, entre mi hija menor Ana Inés y el maestro Ratan Lal.
La escena era totalmente idílica, estabamos todos los buscadores
como de costumbre sentados en el suelo alrededor del maestro, a la sombra de
un inmenso árbol, el maestro había terminado una de sus enseñanzas y nos
dejaba hacer preguntas. De pronto mi hija le dijo: “¿Maestro, qué opina usted
sobre las terapias sicológicas?” y él respondió:
Si lo que quieres es fortalecer tu mente, ve a una terapia sicológica, pero
recuerda que la liberación sólo la encontrarás cuando la mente ya no te
domine”.

¿Qué significa esto?
Que mientras más poder le demos a la mente, nos costará mucho encontrar el
estado de paz estable.

El conocimiento intelectual es necesario para comenzar, para explicarnos y
explicar muchas cosas del mundo fenoménico, pero luego hay que comenzar
a desaprender.

Es decir dejar de explicarnos todo de manera racional, estar en una constante
discusión interna, queriendo encontrar en todo una explicación “lógica”, la vida
y todo lo que somos está sostenida por un misterio que nunca terminaremos
de entender, por más laboratorios, experimentos científicos y teorías que
existan, la existencia seguirá siendo un misterio para la mente “lógica”.

Un día que atesoro en mi corazon -en tan sólo un instante- tuve la experiencia
de la iluminación total, fue algo indescriptible, los japoneses le llaman “Satori”,
los chinos “Wú”, es un momento de conocimiento total, que no se puede
describir, pero si te puedo decir que ese conocimiento no fue mental.

Imaginemos la mente como un trozo de tela, si vamos sacando uno a uno los
hilos, la tela cada vez se hace más y más flexible, de pronto quedará como una
malla llena de pequeños espacios por donde pasará la luz.

Así es como nosotros al ir limpiando memorias, vamos dejando que entre la luz
verdadera en nosotros y la mente va perdiendo su poder.
La mente como instrumento nos ha sido dada para ayudar a liberarnos, pero
también puede esclavizarnos.

Es cuando el diálogo interno dominado por una mente esclavizante nos llena
de miedo, con todas sus variantes, dudas, celos, resentimiento, conmiseración
etc.

¿Qué nos decimos a nosotros mismos?, eso que nos decimos es la base de
cómo nos comportamos, y cómo interactuamos con el mundo.

Si en tu diálogo interno te repites calificativos limitantes, actuarás y te sentirás
limitada.

Pero si tu diálogo es constructivo, de gratitud y aceptación, la vida se tornará
luminosa y tu actitud será humilde, pero también de regocijo.

No confundamos humildad con servilismo, el servilismo es manipulación y
la humildad es la expresión del Yo superior, ante la magnificencia del YO
Universal.

Tú y yo podemos elegir en qué pensar, sólo es necesario disciplinarnos.

Una vez más te digo que tu lenguaje es la radiografía de lo que está
sucediendo en tu interior, obsérvate, corrígete y disfruta los resultados.

Hace poco le pregunté a una amiga que cómo estaba y me contestó, hoy día
muy bien, pero toda la semana pasada estuve siendo bendecida por un resfrio
muy aleccionador.

¿Cómo así? Pregunté.

Bueno me quedé en mi casa, acepté que estaba siendo purificada y me dejé
fuir, el resultado fue que tuve varias ideas muy buenas para mi negocio y el
descanso me dio un nuevo aire de energía!!!

Hoy te pregunto a tí ¿Cómo estás?

Observa tu respuesta y verás cómo va tu diálogo interno…

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te
entrego todos los pensamientos que atiborran mi mente para que Tú,
limpies los que no me favorecen y los transmutes en luz.

Enséñame a aceptar con humildad toda experiencia de vida.

Y Asi se ha hecho


Lo siento, por favor perdóname
 


Te amo, Gracias



Ana Maria



Aloha Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”