Dar es un acto personal e intransferible, no te doy: Me doy.
Cuando me la creo, cuando pienso que estoy en una posición superior siendo el dador y cuando creo que estoy en inferioridad por que recibo: estoy equivocada.
El dar siempre es para satisfacer una necesidad personal.
A veces, cuando aún me encontraba en el estado de victimización, he dado para tapar culpas, otras para comprar cariño y aceptación . Como madre, alguna vez he repetido el estribillo falso desde todo concepto: “Y yo que me he sacrificado por ti”. No es cierto, no hay sacrifico por los hijos, ¡les damos para sentirnos bien nosotros!
No hay sacrificio sin victimas y victimarios.
En Ho´oponopono ya no somos victimas, hemos asumido el cien por ciento de responsabilidad de todo lo que sucede en nuestra realidad.
A veces es mas fácil dar que recibir, cuando damos nos sentimos en control, y eso es, por cuestión cultural. Desde muy pequeños hemos escuchado hablar de la caridad. Recuerdo cuando estaba en el colegio, un colegio que adoré y del que guardo buenos recuerdos, monjitas francesas, cálidas, amorosas! Estas monjitas tenían la costumbre de llevar a grupos de niñas del colegio a lo que en esa época se llamaban “barriadas” hoy se llaman “Pueblos Jóvenes”, bueno llevaban a las niñas a “enseñar catecismo” a otras niñas supuestamente menos favorecidas. Entonces las niñas hacían su gran obra de caridad. ¿qué podíamos enseñar? Si nosotras mismas no sabíamos? Pero ya desde esa época nos grababan, que dar era en posición de poder.
Bueno, hoy sé que no es así, que el acto de dar es con humildad porque me estoy sirviendo a mi misma.
San Agustín dice: ” que la culminación de todas nuestras obras, es el amor. Ese es el fin, y para conseguirlo, corremos, hacia él corremos; una vez llegados, en el reposamos.”
Reposamos, es decir tenemos paz, damos para tener paz, es una necesidad imperiosa, toda nuestra búsqueda en la vida es para finalmente tener paz.
¡Cuantos correos me envían ustedes agradeciendo los artículos que comparto!, si yo me la creo y pienso que estoy de maestra, ya perdí.
Puedo compartir contigo este trabajo que estoy haciendo conmigo, con el único propósito de estabilizarme en un estado paz duradero, cada articulo es como un parto, lo gesto dentro de mi, me inquieto, me cuestiono, me contrasto, porque si no soy coherente con lo que escribo, me daño a mi misma.
He aprendido a amarme y aceptarme y eso me da libertad, yo sigo adelante así sea bien o mal recibida, el trabajo es para mi y sólo para mí.
!Pero sucede algo maravilloso!…
Mientras más me acepto y me conozco, más comunicada estoy contigo, existimos juntos, tu alegría es mi alegría, tu avance es el mío y si sufres mi corazón se conmueve, puedo sentirte, es un solo latido y cada vez mas: ¡“el otro” desaparece!.
A veces me sorprendo hablando con gente en la calle que no conozco pero que siento tan cercana como alguien de mi familia. No te voy a negar que muchas veces también, siento rechazo y es esa parte de mi que aun no ha sido aceptada y que re- conozco en alguien mas.
Sin querer he vuelto al tema anterior de la Autoaceptacion y sobre este tema, tengo algo mas para compartir contigo..
Acá, un pequeño compendio que me envió mi Coach Eduardo Waslli y con quien estoy preparando una serie de charlas sobre las Prioridades y el Niño Interior.
Ya les anunciare mas adelante cuando y donde las haremos.
…“La baja autoestima y la alta autoestima son las dos caras de una misma moneda: la de confundir la conducta con la valía del ser humano.
La persona con alta autoestima no es muy diferente que la persona con baja autoestima, lo que los diferencia es que uno utiliza autovaloraciones positivas y el otro negativas en función de sus conductas.
Así cuando una persona se evalúa a sí misma como buena o mala en función de lo que hace está cometiendo el error de la generalización. “Soy el mejor” o “Soy un desastre”. Alfred Korzybsky, desde la Semántica General, ya advertía de este error diciendo que el verbo SER es una generalización y por tanto un error de precisión del lenguaje,
Ya que cuando decimos que somos una cosa, obviamos que nos somos de una cosa sino de múltiples, que podemos cambiar y por tanto el verbo ser nos define estáticamente, y que no podemos definirnos por una conducta o aspecto concreto, dado la multiplicidad de conductas y aspectos que adoptamos.
No podemos valorar una persona en función de la conducta ya que categorizar como buena o mala significa que siempre actúa bien o mal y eso no es cierto, y aunque actuara bien hasta el momento no podríamos predecir si la próxima vez lo haría bien o no.
No somos buenas o malas personas
sino personas que hacen cosas buenas y malas,
no podemos juzgar la esencia de la persona.
Somos seres humanos, y como falibles que somos,
hay veces que actuamos mejor que otras pero eso no significa que seamos peores o mejores personas.
Albert Ellis dice “Ser buen terapeuta no me hace mejor persona”.
La valía del ser humano no puede ser descrita a partir de un conducta.
Hacemos múltiples conductas(roles), como trabajador, padre, hijo, amante, y no podemos juzgarnos en función de una conducta ni que sea muy importante para nosotros.
Tanto la alta autoestima como la baja autoestima es causa de mucha perturbación emocional: ansiedad, depresión, rabia…
…Acéptese como bueno, valioso, o digno de vivir y disfrutar simplemente porque usted es, no mida en absoluto su ego o persona, sino solo sus pensamientos, sentimientos y conductas individuales, centrándose en sus metas propósitos elegidos.
Cuando un ser humano se las arregla de algún modo para aceptarse, respetarse, en la mayoría de los casos su conducta mejora notablemente: su eficacia aumenta considerablemente, disminuye su ansiedad, culpa, depresión, y rabia y se altera emocionalmente menos”…
Bueno comienza la semana y me quedo con esta idea para trabajarla, no soy lo que hago, no soy lo que tengo, no soy lo que doy ni lo que recibo. SOY porque existo, mi valor es la existencia.
Hoy agradeceré cuando se me permita dar, porque estaré recibiendo un poco mas de paz.
Lo siento, por favor perdóname
Te amo
Gracias
Ana María