“El signo más evidente de que se ha encontrado la verdad, es la paz
interior”
Amado Nervo
Esta frase nos puede hacer reflexionar sobre cómo estamos en nuestra
búsqueda personal. Muchas veces nos creemos dueños de la verdad y ese
solo hecho ya es un signo de cuán lejos estamos de ella.
Quien está cerca de la verdad es tolerante, humilde, compasivo y sobre todo
flexible.
Si es que adquirimos estos atributos, ellos nos otorgarán una vida sin
conflictos.
Los conflictos son el reflejo de nuestra propia inseguridad. Pero la inseguridad
puede tener muchas causas y nuestro esfuerzo será descubrir esas causas.
Cuando se descubre la causa, el efecto desaparece, cualquier causa puede
cambiar y por lo tanto el efecto también.
Cuando nos preguntamos, ¿Por qué estoy en conflicto? la observación debe
ser hecha con nuestro supraconsciente, no con nuestra mente porque eso sería
un análisis mental, y te recuerdo que nuestra mente es muy esquiva, y siempre
nos está desviando a donde ella quiere.
Es por eso que la sabiduria oriental compara las estrategias de la mente con el
movimiento de la serpiente que no avanza de frente sino que siempre lo hace
de manera sinuosa y de costado.
Sólo nosotros podemos saber la verdad que radica en nuestro interior y para
encontrarla recurrimos a la autoindagación sincera, profunda y dejando poco
a poco el miedo, la culpa de los cuales el orgullo es uno de sus efectos.
Hace un tiempo te comentaba, que durante todo esta vida de trabajo conmigo
misma he aprendido que aceptar con ecuanimidad la opinión de las otras
personas, sobre todo cuando esa opinión es negativa y es sobre mi persona.
En este afán, descubrí algo muy liberador, aceptar toda crítica como una
posible verdad, y confrontarla con mi autoindagación.
Dejar abierta la posibilidad de que la otra persona tenga la razón, me abre
grandes espacios de mejoramiento.
¿Cómo corregiremos lo que no vemos?
Cuando una memoria negativa se muestra, hay que agradecerla porque
entonces sabremos que allí, hace falta limpieza.
La raiz del conflicto siempre radica en nosotros mismos. Y es allí en donde
podemos comenzar la limpieza.
Cuando me di cuenta que esto era así, me puse pequeñas metas…
Primero fue tratar de no tener conflicto durante un día, y poco a poco fui
observándome y tratando de tener cada vez menos conflicto. A veces pueden
pasar semanas en que disfruto de esa armonía.
Como también, si me descuido y dejo que el diálogo interno vaya por donde
la mente lo quiere llevar, los diálogos atormentadores no se hacen esperar!!!
La paz es un estado que requiere una atención y cuidados constantes. Y algo
que también podemos aceptar con humildad es que los seres humanos
tendemos por naturaleza al conflicto.
Es mejor aceptar esta realidad, ya que de ello depende no quedarnos dormidos
en nuestros laureles y de pronto despertar en medio de un verdadero caos.
¿Dónde comienza mi conflicto?, creo que siempre comienza en el estado de
egoismo. “No me dieron”, “no me miraron”, “no me recompensaron”, “no me
amaron”.
Mejor me preguntaré: ¿cuánto di?, ¿cuánto agradecí?, ¿cuánto me
entregué?, ¿fui soberbia?, ¿fui sincera?, ¿fui leal?…
Otra pregunta: ¿Qué es lo que quiero conseguir?; ¿Tener el control de la
situación?, ¿Ser aprobada?, ¿Ser admirada?…
Lo que me lleva a profundizar un poco más, ¿Apruebo verdaderamente mi
conducta?, ¿Me acepto?, ¿Estoy segura de aquello que sostengo?…
Siempre es posible llegar a encontrar las coincidencias y no darle vida y fuerza
a las diferencias.
Los grandes maestros espirituales, son seres sin conflictos, que siempre
muestran un rostro sonriente y relajado, han armonizado su YO con su YO SOY,
¡que maravilla! ¿tú y yo también llegaremos a eso algún día?!!
Y si cometí errores, puedo responsabilizarme por ellos, también podré
repararlos, esa es la maravilla de la responsabilidad, siempre dinámica y
reparadora.
Pongámonos la primera meta, sin conflictos por un día, luego por una semana
hasta llegar a vivir una vida sin conflictos.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te
entrego todas las memorias que son las causas de los conflictos que
tengo en mi realidad, para que Tú, las transmutes en luz.
Enséñame a ser humilde, paciente, tolerante y compasiva.
Y Asi se ha hecho
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”