SAL DEL MEDIO

Un término muy conocido es la codependencia y siempre la asociamos a
fármacos o drogas, y es cierto esas también son codependencias, pero
existe una codependencia tan perjudicial como las anteriores y esa
comienza en mis pensamientos o memorias y es de esa, de la que te
quiero hablar.

La codependencia es aquella que me hace depender.

Ser codependiente es depender de las emociones del otro, de controlar a
otros, manipular a otros como una forma de conseguir lo que “creo”
necesitar, perderme a mi misma a través de otros, con la convicción: “si
tú estás bien yo también, si tú estás mal, yo estoy mal” (y quizá peor).

La verdad es que cuando yo estoy bien todo en mi realidad se armoniza.

El Ho´oponopono me ha enseñado que mi realidad la conformo por la
repetición de memorias, es decir: repito lo que conozco.
Transmutar esas memorias negativas es el regalo más grande que
podemos recibir, porque al hacerlo no sólo elevamos nuestra calidad de
vida sino que indirectamente lo hacemos para nuestros ancestros y
nuestra descendencia.

Si observas, como lo he hecho yo, que en el transcurso de la vida nos
vamos poniendo títulos, tareas y características que luego nos imponemos a
cumplir, y al hacerlo con nosotros, también lo hacemos con todos
aquellos a quienes decimos amar.

“Yo soy negada para el arte”,” imposible no puedo hacerlo”, “siempre he
sido temerosa”, “mi hijito es tan bueno”, … o también la victimización,
“es que si yo no lo hago ¿quién lo hace?”, “ yo no tengo suerte para el
amor”, etc.

Es así como siempre sentí que yo era la llamada a evitar enfrentamientos
entre mis amigas, hermanos, familia. Yo era la “buena”, la que me
“sacrificaba” para mantener a todos en paz. En pocas palabras, siempre
estaba en el medio.

Para comenzar a ser saludable tuve que aprender a SALIR DEL MEDIO.
Si en mi realidad hay dos o más que discuten o compiten, yo no tengo
porque estar en el medio, mi trabajo es limpiar y tener paz, cada vez que
intervengo estoy tomando el control y recuerdo que a la única persona a
quien puedo detener en sus impulsos, es a mi misma.

Cuando hablamos de memorias, también mencionamos las creencias, que
son memorias compartidas o paradigmas. Cuantas veces hemos
escuchado estas frases: “Mal de amores”, “enamorarse es sufrir”…

Bueno eso es codependencia pura. El amor verdadero es libertad y
alegría, jamás sufrimiento. Si sufrimos, no es por amor: es por apego.

Todas las relaciones tóxicas están teñidas de codependencia, Depender
de otros nos hace extremistas, sufrir al amar, estar siempre inconformes
con el amor recibido, querer que nos quieran con el mismo amor e
intensidad que nosotros queremos, aceptar amores que no nos
convienen, en fin; Te parece conocida la frase “pero dime que me
quieres” o la pregunta infaltable, “¿me quieres?” .
Depender de alguien es sufrir.

Y la verdad es que NO ES REAL, todo está armado en mi cabeza basado
en mis memorias equivocadas.

El trabajo intenso conmigo misma es el camino, ese debate constante con
las memorias que producen pensamientos irracionales que me atormentan
o que me empujan a representar un rol autoimpuesto.

Por eso lo mejor es salir del medio.

Salir del medio de los problemas de mi familia
Salir del medio del mal humor y la neurosis de mi pareja
Salir del medio de los pleitos de mis padres
Salir del medio de la manipulación de otros
Salir del medio de los chismes y conflictos en la oficina

Mi trabajo es ser feliz, limpiar memorias y encontrar la paz, así tenga que
avanzar dejando atrás a quienes estén aferrados a sus memorias
negativas obligándose a vivir una vida desastrosa.

Nadie puede forzarme a vivir así, a menos que sea yo misma la que tome
el papel de salvadora= víctima y ¡me quede en el medio!

Tú y yo mantengamos presente que: “La paz comienza conmigo” y es así
como debo continuar, trabajando para mantener aquello que puede ser el
primer paso para un mundo lleno de paz.
Allí radica la verdadera ayuda a la humanidad.

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

Divino Creador, Padre, Madre, hijo, te entrego mis memorias equivocadas
que me hacen mantenerme en medio de relaciones tóxicas para que Tú, las transmutes en luz.
Enséñame el camino de la compasión verdadera, de la libertad y de la Paz.

!Y así se ha hecho!

Lo siento, por favor perdóname

Te amo

Gracias

Ana María

Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”

SADHANA

Sadhana en sánscrito significa práctica o disciplina espiritual, y la verdadera
disciplina espiritual comienza con el manejo saludable de los sentidos.

Cuando hablamos de disciplina espiritual inmediatamente imaginamos visitas a
los templos, horas y horas de oración, o hasta ¡flagelaciones y caminatas
de rodillas!

Nada de eso, por sí solo es efectivo, y creo que algunas veces, tampoco
saludable.

La espiritualidad es alegría, es positivismo, es aceptación consciente y
responsable, es entrega y servicio, no resignación, porque la resignación es
una expresión victimizada, en cambio la aceptación trae alegría.

El manejo saludable de los sentidos es fácil como concepto, pero créeme
requiere un esfuerzo constante y consciente.

Los sentidos pertenecen al cuerpo, la mente ejerce gran poder sobre el cuerpo
y siempre está tratando de convencernos de que somos el cuerpo, por
consiguiente los sentidos cobran gran relevancia.

Es como ir montando un caballo que corre desbocado, tomar las riendas y
conducir a ese caballo en la dirección correcta es el trabajo de toda una vida.

La dirección correcta es ir al descubrimiento de nuestro propio Ser.

Algo tan simple como hablar puede llevarnos por caminos tortuosos, sino trata
de recordar cuando una palabra dicha sin pensar, te trajo consecuencias
graves.

Vivimos en un mundo lleno de estímulos sensoriales, es por eso la importancia
de ese manejo saludable.

Esto no es algo moderno, ya lo decía dos mil años atrás, Séneca filósofo
político y orador:

«No se obtiene la felicidad si no podemos limitar nuestros deseos y
necesidades».

Hoy ese concepto es actualizado en la palabras de Serge Latouche, pensador
francés:

«Vivimos fagocitados por la economía de la acumulación que conlleva la
frustración y querer lo que no tenemos ni necesitamos».

La cultura del consumo, estimula los sentidos y nos volvemos insaciables, le
damos el valor a las cosas de hacernos felices.

Deseamos tener aquello que nos gusta porque en el fondo estamos dándole a
ese objeto el poder de hacernos felices y ese tipo de felicidad dura muy poco,
porque inmediatamente saltamos a otro deseo y así sucesivamente.

Es muy agradable tener comodidades y no hay porqué renunciar a ellas, pero
no hagamos de esas comodidades la condición primordial para ser felices.

La verdadera felicidad es calma pareja, sin picos de eufória, es una estado
que podemos experimentar simplemente cuando nos sentamos en calma y
sentimos nuestra existencia, es decir cuando nos ubicamos en el aquí y el
ahora.

Una tarde apacible, una conversación amena, un hermoso paisaje, todo eso es
felicidad y si te das cuenta es algo parejo, como el horizonte: ¡no hay más!

Los sentidos nos empujan a buscar ese algo más, y creemos que mientras más
aparatoso es mejor y no es así, estoy segura que alli donde te encuentras en
este momento que lees estas líneas estás experimentando un momento de
felicidad!! convéncete no hay más, esto es, simple, calmo, constante…

Algo que he aprendido y que ya es parte de mi vida, es ofrecer todo lo que
hago a Dios, cuando algo es ofrecido sinceramente se transforma en sagrado
y su esencia cambia inmediatamente.

En la India acostumbran a colocar dulces o alimento en los altares mientras se
hace alguna ceremonia y luego se reparte entre los devotos, ese alimento se
llama “Prasad”.

Si aquello que hacemos es ofrecido a Dios también se transformará en
“Prasad”, imagínate que al comenzar el día ofrezcamos todas nuestras
palabras, pensamientos y acciones estaremos experimentando un día lleno de
alimento consagrado.

Todo está en probar, sin expectativas, sólo como una prueba y si al hacerlo ves
que tu día se ilumina y tus pensamientos se purifican, ¡adelante!

Hoy ofrezco este artículo a la divinidad y comparto contigo este “Prasad”.

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te
entrego mi mente para que Tú, la llenes de luz.

Enséñame a reconocer la verdadera felicidad y mantener mi estado de
paz.

Y Asi se ha hecho


Lo siento, por favor perdóname
 


Te amo, Gracias



Ana Maria



Aloha Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”