Perfeccionismo, Rigidez y “El derrotarse”

Nada más flexible y maravilloso que el cuerpo de un recién nacido.

 Al momento del parto la flexibilidad es total, esto favorece para que el niño

pase por el canal del parto.

 

Una vez nacido las formas se armonizan, se definen y apenas si endurecen,

cada movimiento del recién nacido, es una danza de vida.

 

Con este simple ejemplo podemos ver que la flexibilidad es florecimiento de la

vida.

 

Al otro extremo tenemos las rigideces de la vejez, en donde los movimientos

dejan de ser armónicos, cuesta moverse, todo se ha endurecido, tienen rigidez.

 

El cuerpo nos encadena, pero más nos encadena, nuestras ideas rígidas y eso

es a cualquier edad.

 

Es verdad que podemos retrasar el envejecimiento, manteniendo una actitud

flexible, ya que en el cuerpo se reflejan todos nuestros estados mentales.

 

Se envejece con mayor rapidez con la rigidez en los pensamientos, la

inflexibilidad, la queja, la intolerancia, la desconfianza, el rechazo…

 

Dentro de esta escala entra la crítica, ese estado constante de juzgamiento,

exigencia de perfeccionismo, del reclamo y la desaprobación.

 

Siempre recuerdo cuando Soledad, mi maestra, aquella que me guió para

entender lo que realmente es practicar el Ho ́oponopono, me dijo:

 

“En Ho ́oponopono no se reclama, sólo se informa lo que se necesita”

 

Entendí entonces, que cuando reclamas, en primer lugar estás poniéndote en

la posición de víctima y luego estás disminuyendo o criticando la actuación de

la otra persona.

 

Cuando informas lo que necesitas, te estás comunicando desde tu ciento

por ciento de responsabilidad al mismo nivel con la otra persona y lejos de

criticarla le estás dando una oportunidad de hacer un servicio.

 

Qué simple y qué profundo ¿verdad?

 

La palabra “pono” en hawaiano significa tanto rectitud cuanto flexibilidad, es tan

claro y contundente, se puede ser recto y a la vez flexible.

 

Otro aspecto para trabajar, es el perfeccionismo, es sentir que nunca es

suficientemente bueno y eso no quiere decir que no tratemos de mejorar cada

vez más, somos seres humanos perfectamente imperfectos,

y es tratando de mejorarnos a nosotros mismos que avanzamos, pero ese es un

trabajo de humildad y no de exigencia imperativa.

 

Muchas veces esa exigencia comienza en la niñez, cuando entramos en la

competencia de las notas, de tener los primeros puestos de ser “los mejores”,

y continúa por el resto de nuestra vida.

 

Donde hay comparación, hay envidia y frustración, el entrenamiento radica en

la auto-aceptación y la aceptación.

 

La aceptación es el estado suave y armónico que nos aclara el camino, una

vez que hemos aceptado nuestros errores, nos aclaramos y continuamos el

avance en calmada reparación de esos errores, sin apremio, sin soberbia, sin

culpa, ni rabia.

 

Todo el secreto del Ho ́oponopono es no dejarnos llevar por la rabia, la culpa o

el miedo:

(…)puedo denunciar a aquel que ha cometido un delito con el más elemental

sentido de justicia, pero no tengo porque odiarlo,

(…)puedo divorciarme de mi pareja porque se acabó la relación… ya no nos

gustamos, pero no tengo porque hacerlo con rabia,

(…)puedo decirle a mi jefe que estoy en desacuerdo, pero no hay porque hacerlo

con miedo o con rabia,

(…)puedo dar un castigo a mi hijo para disciplinarlo, pero sin culpa y sin rabia.

 

Con esto quisiera explicarme: no me convierto en una persona sin opinión, y

sin gustos y aversiones, sino que lo hago desde mi estado más auténtico.

 

Porque cuando mezclo la rabia en cualquiera de mis relaciones personales, ya

no estoy siendo auténtica sino que estoy expresándome desde el desamor que

es todo lo que no soy.

 

Las memorias de violencia, rabia, carencia, siempre generan más de lo mismo,

en cambio cuando activo mis memorias de paciencia, tolerancia, clemencia y

constancia, me estoy expresando desde mi YO SOY.

 

Qué sucede entonces si descubro que hasta hoy día me había estado

expresando desde el desamor.

 

Que muchas de las memorias que tengo activas son las que me alejan del

amor.

 

Bueno , aplico el método que ya conozco: reconocer, aceptar y corregir,

entonces, lo primero será reconocerlas y aceptar que las memorias son mías y

que están activas y me generan sufrimiento y como no sé qué hacer: me derroto

(pero he aprendido que a lo que me resisto persiste y lo que acepto se transmuta).

 

Derrotarse es reconocer con humildad que yo no puedo cambiar ni transmutar

esas memorias, que sólo Dios puede hacerlo… entonces la dejo en Sus

manos. Y es allí en donde comienza la corrección.

 

Debo confesarte que me derroto una y otra vez ante mi soberbia, cada vez que

critico, hablo mal de alguien, aunque ese alguien sea un político o el servicio

deficiente de un comercio o el comportamiento de mi hijo.

 

Me derroto, ¡yo sola no puedo! la crítica me gana, entonces se la entrego a

Dios para que me muestre el camino, si no puedo decir nada bueno de mi

prójimo, mejor me callo, si hay algo en lo que no estoy de acuerdo puedo

expresar mi desacuerdo sin necesidad de pelearme, tanto si es una persona

conocida o el dependiente de una tienda.

 

Cuando uno comienza a corregirse, cada vez va teniendo mayor claridad y es

increíble cómo vamos distinguiéndo la rabia colándose por las “rendijas”, pero

al continuar corrigiéndonos, sucede algo sorprendente:

Las puertas se abren, lo que creíamos imposible sucede, y como diría Kafka:

“ el mundo cae rodando a tus pies”.

 

Es muy simple, si estamos en contínua queja y desconformidad internamente,

externamente sucede lo mismo, generamos más y más situaciones para

alimentar ese estado.

 

En cambio en estado de aceptación, es decir de no resistencia, la vida fluye

con flexibilidad y armonía

 

Para terminar me gustaría compartir esto contigo: hace unos días, cuando le

comentaba a mi esposo que estaba tratando de callarme en vez de criticar, el

me recordó una frase de Ernest Hemingway :

 “Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta años para aprender a

callar”.

 Bueno este año cumpliré los sesenta y dos, ¡ojalá y por fin aprenda!!

 Que tengamos paz mas allá de todo entendimiento.

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te

entrego mis cadenas mentales para que Tú las transmutes en luz de

libertad.

 Enséñame a ver lo bueno, decir lo bueno y hacer lo bueno.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


LAS CARENCIAS

La palabra carencia viene del latín, “ carentia” que significa “faltar”, es insuficiencia, es ausencia, es falta de…

 

Nosotros todos hemos sido creados en abundancia, todo en la naturaleza es

abundante, es en nuestro pensamiento que creamos el estado de carencia.

 

La carencia es en primer término un estado mental, que luego se manifiesta

en un estado físico, material o emocional.

 

Me gustaría contarte, que yo soy una observadora muy particular, para

algunas cosas muy distraída y para otras todo lo contrario, por ejemplo

siempre me ha gustado observar el cielo y todo lo que sucede en ese espacio,

el sol, la luna y las estrellas, tanto como toda la actividad de las aves, me

puedo detener horas y horas observándolas, no me canso nunca de observar

el mar y sus movimientos, las piedras me apasionan, cada piedra me cuenta

una historia, las recojo y las mantengo cerca… todo esto es parte de la

abundancia de la naturaleza.

 

Hace casi tres décadas que esa observación hacia lo externo se convirtió

también, en una observación interna, y junto con ella, se me dio la oportunidad

de trabajar ayudando a la recuperación humana, un trabajo diferente, leyendo

las memorias del cuerpo, liberándolas y devolviendo la armonía.

 

En esa actividad, la más beneficiada siempre fui y sigo siendo yo, el trabajo

que realizo con cada persona me muestra lo que está fallando en mí…

¡imagínate todo lo que he tenido que ir corrigiendo y todo lo que me falta por

corregir!

Yo misma me sorprendía por los buenos resultados de cada terapia, sabía

perfectamente que no era algo que yo hacía, sino más bien algo que sucedía

independientemente de mi voluntad y entonces me di cuenta que al dejarme

guiar sin resistencia, mi estado de entrega en esos momentos era total.

 

Aprendí a observarme a mi misma reflejada en cada persona que buscaba mi

ayuda, pude observar el comienzo y el desarrollo de cada caso y así concluir,

cómo es que, el camino lo vamos abriendo, desviando o cerrando nosotros

mismos.

 

Entendí que la carencia nace en el egoísmo y se manifiesta en:

“ el demandar”, ”el no dar” y en el “cómo dar”.

 

El egoísmo es separación, es sentirse separado del resto de la humanidad.

Poniendo mi atención siempre en “lo que yo no tengo”, “lo que yo deseo”, “lo

que los demás piensan de mí, cómo me miran, cómo me hablan”… yo, yo, yo…

 

Mientras más demandante es la persona, más carencias experimenta en su

realidad.

 

“Makia”, el segundo principio Huna, declara:

 

“Allí donde va mi atención, va mi energía”,

 

entonces si mi atención sólo está dirigida a lo que no tengo, o a una serie de

deseos y conceptos equivocados, son éstos los que crecerán alimentados por

mi misma.

 

Es decir, la carencia se fortalece.

 

También hay la otra forma de fomentar carencia, y es “el especialismo”, nos

creemos la historia de que somos especiales, mejores o peores que el resto y

nuevamente aparece allí la separación, me separo para compararme y en la

comparación aparece el pensamiento carente, porque me siento inferior, o el

pensamiento de ser especial, que aunque no lo creas: ¡ también es carencia!

 

Donde hay comparación hay carencia.

 

Cada uno de nosotros es único, no hay lugar a la comparación, pero a su vez,

somos parte de un todo.

 

“A veces creemos que somos una gota en el océano, pero sin ella, el

océano estaría incompleto”.   Madre Teresa de Calcuta

 

Ahora te das cuenta que la carencia es falta de amor.

 

El amor es la fuente de creación, cuando nos hablan de que estamos entrando

en una dimensión diferente, en la quinta dimensión, se trata de una dimensión

de amor en donde la creación es espontánea.

 

¿No te ha sucedido, que piensas en algo y sucede, o que deseas algo y alguien

sorpresivamente te lo da o te lo ofrece?

 

Esos son pequeños signos del cambio dimensional.

 

El amor crea la abundancia y la ausencia del mismo: la carencia.

 

Es la falta de amor la que fortalece a los activadores – bloqueadores de la

abundancia.

 

Siempre son nuestras memorias y creencias carentes, las mismas que son

activadas por las palabras que utilizamos en el día a día.

 

Cuando en los talleres de abundancia, hacemos la revisión de todas aquellas

palabras que utilizamos y que sin darnos cuenta están bloqueando nuestra

sintonía con esa vibración, quedamos sorprendidos, pero también dispuestos a

no seguir utilizándolas.

 

Sigamos… obsérvate cuánto estás dispuesto a dar, dar significa entregar sin

esperar nada a cambio, de lo contrario no estamos dando, estamos haciendo

un trueque o un negocio.

 

¿Cuánto das de tu tiempo, de tu amor, de tu esfuerzo, de tu fe…?

 

O por el contrario tienes arraigada la costumbre de quejarte o de utilizar frases

como “no tengo tiempo”, “no es posible”, “no tengo plata”, “ y a mí ¿quién me

da?”

 

O creencias que repites, activando tus bloqueos como: “lo bueno cuesta”, “la

plata no crece en los árboles”, “ver para creer”.

 

¡Que plena puede ser la vida y que agradable cuando finalmente corregimos

nuestras creencias de carencia!

 

Esto es también parte de los principios Huna y es “ Mana” el sexto principio

que dice:

 

“Todo poder viene de mi interior”

 

por consiguiente en mí, está la fuente de la abundancia.  

 

Como primer paso para sincronizarme con la abundancia, puedo observar

a partir de hoy las palabras que utilizo y evitar que ellas tengan el viso de la

carencia y tratar de mantenerme agradecida por todo en especial por el solo

hecho de existir.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de carencia para que Tú, las transmutes en luz.

Enséñame a dar, tanto como a recibir

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


Los estados de ánimo

Sé que lo que pienso genera en mí, lo que siento, los pensamientos que

se desarrollan en mi cabeza, me producen sensaciones y esos pensamientos

que tengo siempre están sustentados por mis memorias. Sólo puedo pensar en

lo que tengo almacenado en mi memoria.

 

Si mis pensamientos me están produciendo sentimientos desagradables y

éstos a su vez me mantienen en estado de ánimo negativo, es momento de

pensar en cambiar esta secuencia que nada bueno aporta a mi vida.

 

¿Qué es un estado de ánimo?

 

El estado de ánimo no llega a ser una situación emocional, no es algo

que podamos describir con precisión, es más bien una forma de estar o

permanecer, que puede ser pasajera o tener una larga duración.

 

Mi abuela Alejandrina tenía una forma de describir cuando estaba sintiéndose

disconforme sin saber por qué, ella me decía “hay hijita, es que no me hallo”.

 

Hoy cuando recuerdo esto, me doy cuenta de lo precisa que era su

descripción, se sentía perdida dentro de si misma, no hallarse, es no estar

conectada con tu verdadero ser, con tu YO SOY, estar a la deriva…

Los estados de ánimo se podrían comparar con las olas del mar, tienen una

variación constante, según los vientos y las mareas, pero en el fondo el mar

siempre se mantiene en calma. Eso vendría a ser la conexión con el YO SOY.

 

De la misma manera nuestros estados de ánimo pueden variar de acuerdo a

los acontecimientos, ya depende de nosotros, del conocimiento que tengamos

de nosotros mismos para mantener un estado de ánimo bien equilibrado.

 

No oscilar entre la euforia y la depresión, sino encontrarse siempre en el justo

medio, que vendría a ser la serenidad.

 

Nos referimos al estado de ánimo como el “humor”, “estoy de mal humor”,

podríamos decir, o “estoy de un excelente humor”…

 

“Según algunos psicólogos como Robert Thayer, el estado de ánimo es

una relación entre dos variables: energía y tensión. Según esta teoría, el

estado de ánimo fluctuaría entre un estado energético (de más cansado

a más activo) y un estado referido al grado de nerviosismo (entre más

calmado o más tenso), considerándose el mejor un estado calmado-

energético y el peor un estado tenso-cansado”   WordPress

 

Si observamos esta teoría, veremos que el estado calmado- energético es el

favorable.

 

La energía en Ho ́oponopono la tomamos de la respiración “Ha”, para los

hawaianos la energía que tomamos con la respiración se llama “Mana” y si

hacemos acopio de mana antes de la oración de entrega “te amo, gracias”, la

oración se potenciará tremendamente, pero también nos proveerá de mayor

energía.

 

Siguiendo con los estados de ánimo, podríamos decir que cada estado influye

en las cosas que hacemos y en la creatividad.

 

Cuando estamos en un estado de ánimo positivo estamos abiertos a la

inspiración y podemos ser muy creativos.

 

Podríamos decir que el uso de memorias negativas, nos genera pensamientos

negativos y éstos a su vez generan nuestros estados de ánimo.

 

La inspiración Divina llega a nosotros por los pequeños espacios vacíos, en

donde no hay una memoria.

 

La diferencia entre las memorias y la inspiración es que la inspiración es

siempre nueva y las memorias están gastadas, ya han sido usadas una y otra

vez.

 

Entonces cuando nos mantenemos entregando y limpiando memorias, cada vez

son más amplios los espacios que se liberan y dejan entrar a la inspiración, y

con ello nos mantenemos llenos de luz.

 

En ese estado no hay los cambios bruscos de estado de ánimo, que son muy

perjudiciales.

 

Nuestro estado de ánimo afecta a quienes nos rodean. Si convivimos con

alguna persona que tenga estado de ánimo inestable, lo podremos

comprobar. En todo caso esto también, es fruto de nuestras memorias.

 

Siempre es saludable y necesario tener en cuenta que sea lo que sea que está

en nuestra realidad primero es adentro y luego se manifiesta fuera de nosotros.

 

Un buen estado de ánimo, es el reflejo de un buen equilibrio emocional, físico y

espiritual.

 

El entrenamiento para cambiar nuestro estado de ánimo de negativo a positivo

es con el método que ya conocemos.

 

Reconocer, admitir y corregir.

 

Primero reconocemos que estamos experimentando un mal estado de ánimo.

 

Luego admitimos que ese estado es fruto de alguna memoria negativa

que hemos activado.

 

¿Qué memoria? difícil saberlo, ya que cada segundo estamos utilizando

quince millones de memorias diferentes.

 

Lo único que podemos comprobar es que si activo memorias negativas, mi

realidad se torna dolorosa.

 

Finalmente corregimos, y ¿cómo lo hacemos?, primero entregando: “ Dios mío

te entrego aquello que hay en mí, que está ocasionando este mal estado de

ánimo”.

 

Para terminar con un “Te amo, gracias”.

 

Si te das cuenta en ningún momento me he resistido, y es allí en donde radica

toda la eficacia del Ho ́oponopono, dice el principio:

 

“A lo que me resisto, persiste, lo que acepto se transmuta”.

 

En la aceptación y la gratitud se produce el cambio. El secreto más hermoso

que se nos ha mostrado, es que nada está equivocado y cada experiencia

tiene un” para qué” y ese “para qué” es el motor que nos empuja a ser cada

día mejores, es por eso que agradecemos, y cada vez que agradecemos

purificamos lo que sea que estamos viviendo.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todos mis pensamientos paralizantes y tormentosos, para que Tú, los transmutes en luz.

 Enséñame a mantenerme estable y creativa, orientada al servicio y la alegría.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


 

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¿Infidelidad?

¿Cómo enfocar este tema?, haré lo posible por hacerlo desde los

principios del Ho ́oponopono…

 Cuando recién comenzaron a hacerse populares los reproductores de discos,

las palabras que se usaban para realzar una marca o modelo, eran:

 “Es de alta fidelidad” (HI-FI)

 Eso quería decir que el sonido que reproducían era muy parecido al sonido

real, era un sonido nítido, una reproducción acorde a la realidad.

 Entonces en esos términos musicales podríamos decir que nuestra vida

puede ser de “alta fidelidad”, cuando es un conjunto de notas que suenan en

hermosos arpegios y cuando podemos transmitir con nitidez, con verdad, esa

música de vida .

 Qué es la infidelidad entonces? una nota disonante? ¿un sonido estridente?

 Es así como se percibe la infidelidad, es algo contrario a la verdad, es como un

estruendo que resuena hasta lo más profundo de nuestro ser.

 Pero, ¿por qué ese sonido estridente sólo lo escuchamos cuando creemos

haber sido traicionados por alguien más?

 ¿Nos estremecemos igual, cuando somos infieles con nosotros mismos?

 Cuando nos sentimos traicionados es como el sonido de mil cristales

rompiéndose, y que cada partícula se alojara en algún lugar de nuestro cuerpo.

 ¿Y qué pasa cuando nos traicionamos a nosotros mismos?

 Cuando sabemos que estamos llevando nuestra vida por caminos peligrosos,

cuando los excesos se van apoderando de nosotros, cuando nos repetimos

“nunca más lo volveré a hacer” y luego caemos una vez más.

 Entonces nos llenamos de disculpas: es que me siento solo/a, es que

estoy muy tensa necesito divertirme…. al fin y al cabo no es tan grave…

 

Hay mucho de victimización, pero la verdad es que siempre tendremos en

nuestra realidad lo mismo que sucede en nuestro interior, nunca es afuera,

todo sucede primero por dentro.

Si tenemos activada la memoria de la traición, en algún momento nos tocará

experimentarlo, y al sentirnos traicionados, enfilamos todas nuestra armas “al

traidor”, al que no supo cumplir su palabra, al que cometió el error.

 

La infidelidad duele, ¡SI!

 

Quizá digamos: “me dolió en el alma”, pero no es cierto, el alma no duele, el

alma no sufre, siempre está en serenidad y armonía.

 Lo que duele , lo que se rompe es el Ego. Esa necesidad que tenemos de estar

en control, de ser reconocidos, apreciados, valorados.

 El alma no tiene necesidades, está siempre en paz.

 La traición y la infidelidad duelen porque nos arrepentimos de nuestra propia

ingenuidad, nos cuesta reconocer que perdimos el control que teníamos sobre

la otra persona, nos sentimos disminuidos, sin valor y lo que agrava mucho

más las cosas: nos sentimos CULPABLES.

 

En el fondo de nuestra mente nos sentimos que fallamos en algo, que no

fuimos suficientemente buenos, la verdad es que si hubo un error y fue el

haber activado mis memorias equivocadas, pero los errores se corrigen, las

culpas vuelven siempre sobre lo mismo sin encontrar nunca una solución.

 Para poder perdonar es necesario primero haberse perdonado uno mismo.

 Eso no quiere decir “borrón y cuenta nueva”, ¡NO!

 

Una traición deja una huella, ya sea porque deja -y siempre lo hace- una

enseñanza, o porque deja una cicatriz muy marcada, en ambos casos,

podemos aprender a utilizar la enseñanza para avanzar y la cicatriz como

referencia de aquello que no queremos repetir.

 Cuando la infidelidad es dentro de una relación sentimental, tomar el ciento por

ciento de responsabilidad, sería reconocer, que fuimos nosotros y nadie más

quienes elegimos esa pareja y cuando lo hicimos, lo hicimos “sabiendo” quién

y cómo era.

 Recuerda: sólo repetimos lo que conocemos.

 

Luego será necesario preguntarnos ¿puedo perdonarme y perdonar?, ¿puedo

utilizar esta experiencia como una lección en mi vida?, ¿estoy dispuesta a

tratarlo con mi pareja sincera y abiertamente? si es así : comienzo con un

nuevo enfoque, entregando memorias y corrigiendo errores.

 Pero de ninguna manera me condeno y condeno a los demás a vivir en una

vida llena de reproches sosteniendo el error como arma de ataque y defensa.

 

Si se trata de una deslealtad entre amigos o socios, lo primero como siempre

es tomar el ciento por ciento de responsabilidad, perdonarme y si lo hago

sinceramente, en automático habré perdonado, sigo trabajando en entregar

la memoria con la que hemos repetido algo que ya conocíamos, y si somos

coherentes, la separación o la restauración de la amistad se dará de manera

espontánea.

 

La rabia en ninguno de los casos es saludable.

 Culpar, odiar, resentir, es como tomar una taza de veneno y esperar que el

otro se muera.

 ¡Es ilógico! Sólo me hago daño a mí misma.

 

Tanto la deslealtad como la infidelidad son el incumplimiento de un

compromiso, ya sea legal, moral, o amoroso.

 Y la constante en ambos casos, es que se hace en secreto, en algún lugar

oculto a la luz de verdad.

 Muchas veces cuando nuestras memorias negativas en este campo están

muy fortalecidas, será necesario paralelamente a la entrega constante, la

instalación de memorias de lealtad, y fidelidad de manera mecánica, ya que

la forma natural está demasiada arraigada y tomará un tiempo en culminar su

transmutación.

 

Eso quiere decir entrenarnos para ser veraces, sinceros y coherentes con

nosotros mismos. Allí radica la base para toda relación, en la relación conmigo

misma.

 Yo sé que este tema es delicado, he recibido muchos correos que me

preguntan por este tema en particular, y creo que ha sido bueno tratarlo desde

su esencia y con un enfoque que tal vez no le habíamos dado, para así, poder

liberarnos y optar ( siempre por propia elección) por una vida llena de

paz.

 Nuestro libre albedrío siempre está en funcionamiento, y ser feliz, vivir en paz

es una elección.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de deslealtad e infidelidad para Tú, las transmutes en luz.

 Guíame hacia el amor, la gratitud y el perdón

.¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo,

 Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


 

Ho ́opo Boletín de Febrero 2015

Se terminó el primer mes del año, para dejar paso a Febrero, entre otras cosas,

mes de La Candelaria, Carnavales y Enamorados y así avanzamos con el

recorrido de los meses que parecen irse con mucha rapidez.

 

Esto a propósito que en los últimos talleres hemos hablado del tiempo, y la

percepción que tenemos de él.

 

Como tú ya sabes, en cada taller tratamos de profundizar nuestra práctica

del Ho ́oponopono y los temas van surgiendo de manera espontánea, no hay

un taller igual a otro, sin embargo en los años que llevo compartiéndolos, me

he dado cuenta que hay una especie de comunicación interna y de pronto los

mismos temas van surgiendo casi al mismo tiempo y siempre por alguna razón

que no es obvia en el momento.

 

Es así como el tema de ‘cómo percibimos el tiempo’ se ha presentado y en varias

ocasiones.

 

El tiempo, como una línea que va de un punto a otro no existe, el tiempo es

sólo un punto en donde todo está sucediendo al mismo tiempo.

 

Es como estar en tu casa y estar percibiendo lo que pasa en el momento, pero

sabemos que en ese mismo momento hay personas que perciben lo que sucede

en sus casas, al otro lado del continente, eso lo sabemos y lo aceptamos,

pero lo que llegamos a entender es que todo está sucediendo en ese mismo

momento, todo eso que llamamos presente, pasado y futuro.

 

Sólo que nuestro consciente elige ver sólo una parte de la realidad.

No sé si me explico bien, puedes hacer la prueba ahora que lees, todo lo

escrito en este artículo está expuesto delante de ti, pero tú sólo pones tu

atención es este párrafo que estás leyendo, eso no quiere decir que todo lo

demás no esté sucediendo allí al mismo tiempo.

 

¿Por qué nos sirve saber esto?  

Porque en la sabiduría Huna, cuando ellos sanaban sus memorias las sanaban

en todos los niveles, es decir desde el momento en que fueron creadas.

 

Cada vez que entregamos una memoria, ésta puede sanar desde su creación,

y eso implica que sana todo y a todos los involucrados con ella, eso a mí me

parece maravilloso.

Otro punto importante es entender qué es la dualidad

 

Cuando hablamos de dualidad hablamos de dos o más, es decir que nos

separamos para elegir entre una y otra cosa, o para experimentar algo en

diferente grado.

 

¿Cómo es eso?

 

Mientras vivimos desde el YO, que es la identificación con el cuerpo físico y sus

cinco sentidos, nos creemos seres separados.

 

Cuando experimentamos desde el YO SOY o el Aumakua que es nuestro

verdadero ser, nos unimos a todo lo creado porque no existen dos existencias

sino una sola constante y absoluta y nosotros somos una parte de esa

existencia y a la vez somos la existencia ¡No hay separación!!

 

Es por eso que se dice que en la existencia verdadera y absoluta no hay libre

albedrío, simplemente porque no hay en dónde escoger, ya que sólo existe el

amor.

 

En cambio cuando vivimos en la separación, experimentamos estados duales

o múltiples como pueden ser la necesidad y el deseo, el placer, la frustración,

dolor y sufrimiento.

 

Muchas veces el miedo lo escondemos detrás del atrevimiento, avanzamos con

osadía ciega, sin medir las consecuencias.

 

Pero si entramos en la vibración del amor podemos transmutar el miedo con la

fe, la frustración y el sufrimiento con la aceptación.

 

Yo sé que estamos viviendo en esta realidad que creamos desde nuestras

memorias y que es totalmente dualista, pero eso no quiere decir que no

tengamos siempre presente la meta que es la UNIDAD.

 

Momentos maravillosos de unidad son totalmente posibles para ti y para mí, todo

el secreto está en DARNOS CUENTA.

 

Y ese “darnos cuenta”, se incrementa con la luz que recibimos cada vez que

entregamos una memoria. Y nos acerca cada día más al amor.

 

Recuerdo las veces que me tocó estar en la India en Febrero, mes en que

se celebra durante 16 días el festival de Holi, durante esos días, se juega

una especie de carnavales pero con polvos multicolores y el por qué de tal

celebración es conmemorar el amor y la entrega de la devota perfecta

Rada, por su amado Maestro Krishna.

También se encienden hogueras para quemar las inclinaciones negativas, lo

que equivaldría a deshacernos de las memorias equivocadas.

 

También se dice que es la mejor época para entender al amor en su más alta

expresión.

 

Imitando un poco esta costumbre, llenemos de colores nuestras vidas, sigamos

aceptando y entregando y llevemos a la hoguera de la transmutación nuestras

memorias de dolor.

 

Que tengamos un mes de Febrero lleno de entrega y de paz, más allá de todo

entendimiento.

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de tiempo y separación para que Tú, las transmutes en Luz.

 Guíame a experimentar cada día más y más, que TÚ y yo somos UNO.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


 

Duelos y Pérdidas

En el diccionario:

 Pérdida: daño o perjuicio que se experimenta, privación de lo que se

poseía.

Duelo: proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier

pérdida.

 En este camino espiritual -que compartimos tú y yo- recibo muchas veces

comentarios de personas que desean practicar el Ho ́oponopono como un

ritual mágico para conseguir lo que quieren y si no lo consiguen se quejan

amargamente y expresan sus dudas sobre esta práctica que no es otra cosa

que una herramienta de aceptación y entrega.

 Resistirse al dolor es inútil, siempre estará presente, pero vivir un dolor en paz

es algo totalmente diferente.

 Cuando practicamos el Ho ́oponopono es para tener paz, independientemente

a las vicisitudes de la vida, aunque me atrevo a asegurar que cuando

mantenemos una práctica coherente, la vida se vive de una manera mucho

más fácil.

 Cuando escuchamos hablar sobre duelo o pérdida, inmediatamente pensamos

en la muerte de alguien, sin darnos cuenta que la vida se desarrolla entre el

dolor y el placer, no hay término medio, un dolor en medio de dos placeres y un

placer en medio de dos dolores.

 Cada día tenemos pérdidas, en el transcurso de las 24 horas, hay momentos

de dolor y placer.

 Perdemos en lo material, lo intelectual y lo emocional.

No pensemos en los extremos.

 Grandes dolores ¡no! los pequeños fracasos cotidianos: “llegamos tarde al

banco”, “se había acabado el pan”, “mi hijo no va bien en la escuela”, “perdí un

negocio”, “me duele la cabeza”, “no puedo hacerlo”, etc…

 No me digas que esos no son dolores… duelen las pérdidas

 Un buen baño, el aire soplando suavemente en tu rostro, ver la sonrisa de tu

hijo, un cachorrito andando por la calle, “terminé un trabajo pendiente”, etc…

 Pequeños placeres  

Ahora barájalos y dáte cuenta que eso es la vida, un mazo de naipes

barajándose a cada instante entre el dolor y el placer, la necesidad y el deseo,

entre la frustración y el éxito: la dualidad.

 Y es en esa dualidad que nos toca vivir, con chispazos maravillosos de

UNIDAD, que van más allá del dolor o el placer y se ubican en la serenidad.

 Perdemos muchas veces cada día y tenemos pequeños duelos, pero no se

nos ha entrenado para aceptar la pérdida, hacer un pequeño duelo y salir.

 Hace poco escuchaba a mi nieta decepcionada porque ¡había quedado en

quinto lugar en una competencia deportiva de cientos de niñas! ¿dónde está

la pérdida?, ¿está en no cumplir con tus expectativas o las expectativas de los

demás?

 Así es como nos hemos formado, y no estoy haciendo una crítica, estoy

asumiendo un hecho, pero un hecho que puede modificarse.

 Mientras nos mantenemos en la competencia y la comparación, vamos

ganando o perdiendo y nos debatimos entre el dolor y el placer, ambos

efímeros, momentáneos, pero es igual , ya que la vida se compone de

pequeños fragmentos, entonces: ¡aprendamos a crecer y aumentar los

fragmentos de paz!.

 ¿Qué hago entonces con mis pérdidas y mis duelos?

 La respuesta es aceptación o darme cuenta que lo que sucedió es inevitable, lo

que más nos lastima es el resistirse.

 Cuando finalmente aprenda a aceptar que las cosas no tienen porque salir

siempre como yo deseo y que en el transcurso del día tendré pérdidas y haré

pequeños duelos, también, aprenderé a soltarlos.

 Entonces habré encontrado el camino a la serenidad: La paz.

 El dolor es una emoción básica primitiva, y hay que entrenarnos para sentirlo,

experimentarlo en su estado natural y soltarlo rápidamente, sin transformarlo

en toda una gama no saludable de estados de ánimo, mal humor, irritabilidad,

etc.

 Quedarnos atrapados en la pérdida es un desperdicio, lo que se perdió

se perdió, hay que seguir adelante, como te comentaba en un artículo

anterior “recalculamos” y redirigimos el camino, de qué sirve quedarnos en la

lamentación y la victimización.

 Los errores se corrigen, las pérdidas merecen un pequeño duelo y se sueltan.

 ¿Podemos llamarlo perdón? Si, aunque yo prefiero llamarlo aceptación y

entrega.

 Es muy saludable, aceptar que las cosas generalmente no salen como

queremos, pueden salir mejor, peor o diferente, pero sin aceptación de esta

realidad lo que obtenemos es una rabieta constante, si bien es cierto el niño

pequeño cuando hace una rabieta, grita, llora y patalea, el adulto inmaduro y

que no ha aprendido a aceptar , también hace una rabieta, pero esa rabieta

es silenciosa y sólo podemos ver sus manifestaciones veladas: depresión,

gastritis, acné, dolores, enfermedades degenerativas, etc.

 El universo está en constante movimiento, nada es estático, todo se mueve,

todo vibra, pero cuando nuestras ideas están fijas es como querer enhebrar

una aguja mientras cabalgamos sobre un caballo.

 Nuestras ideas fijas nos separan, nos ponen rígidos y nos cierran a las posibilidades

infinitas.

 Es por eso que en Ho ́oponopono no se pide, se entrega, ya que al pedir

queremos orientar y controlar las cosas, nos cerramos en un círculo limitado,

cuando entregamos a la Divinidad, quedamos abiertos a la infinidad de

posibilidades que Ella nos puede ofrecer, y que ni siquiera están dentro de

nuestro marco de referencia, así que, ¡siempre seremos sorprendidos!.

 Últimamente he experimentado pequeñas manifestaciones de ese estar

constantemente sorprendido. Son pequeñas cosas, cotidianas , pero que

me reafirman en mi creencia, en mi fe , que para Dios no existen pequeñas ni

grandes cosas, todo está dentro de lo posible.

 Hoy quiero terminar compartiendo contigo mi empeño en aceptar que las

cosas no tienen porque ser como yo quiero y vivir con la frase “que se haga

Tú voluntad y no la mía” como estandarte de mi vida, si tú así lo deseas

acompáñame en este empeño.

 Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego mis memorias de apego y resistencia para que Tú, las transmutes en Luz.

 Enséñame a aceptar, entregar y vivir en paz

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo,

 Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


FORMAS DE AMAR

La verdad es el continente y el amor el contenido

 

Lo verdadero es aquello que no tiene variación, lo eterno y absoluto.

Todo aquello que tenga, aunque sea la más mínima variación deja de ser

una verdad absoluta para convertirse en una verdad relativa, el universo está

sostenido en la verdad que es el recipiente del amor.

 

El Libro “Un curso en milagros” comienza diciendo:

 “Nada real puede ser amenazado

Nada irreal existe

En esto radica la paz de Dios”

 

Somos un producto del amor y estamos hechos de amor, lo que nos hace

diferentes es nuestra capacidad de expresar nuestra verdadera naturaleza.

La luz que brilla en cada uno de nosotros es la misma, pero la expresamos

dependiendo de cuántas capas y capas de memorias la estén cubriendo.

 

Lo mismo sucede con nuestra capacidad de sentir el amor en nosotros, somos

seres amados, creados en amor y sostenidos en amor, pero no podemos

realizar ese amor, es decir no podemos darnos cuenta de esa vibración de

amor, por la gruesa costra de las memorias.

 

Todo lo que vemos es reacción, reflejo y resonancia de lo que sucede en

nosotros mismos.

 

Cuando iniciamos el trabajo de entrega de memorias, cuando permitimos que

la Divinidad transmute nuestras memorias en luz, de pronto la expresión del

amor queda nítida ante nosotros.

 

Cuando el amor es descubierto, al primer ser que amaremos profundamente es

a nosotros mismos, y desde ese amor es que podremos amar a los demás.

 

Dice el mandamiento:

 “Amarás a tu prójimo como a tí mismo”, es claro y contundente.

 Si no me amo a mí misma, ¿de dónde sacaré amor para dar a los demás?

 El amor es también respeto, si me respeto como ser humano, respetar a los

demás en sus infinitas formas de expresión.

 Muchas veces confundimos el amor con la co-dependencia y nos ponemos en

el medio de las personas tratando de solucionarle sus problemas.

 La codependencia está alimentada por el miedo, la culpa y el control,

queremos solucionar problemas en los que inconscientemente nos sentimos

culpables, y queremos solucionarlo a nuestra manera.

 Alguna vez te has encontrado diciendo “ lo ayudo porque me da pena”, la

palabra ” pena “, de la forma como la utilizamos significa me siento culpable,

no es raro que en México se use la misma palabra como sinónimo de

vergüenza, que también está ligada con la culpa.

 

Se puede sentir tristeza, y compasión que son emociones auténticas, pero la

pena vendría a ser, una distorsión.

Cada vez que intervengas entre los problemas de hijos y sus parejas, entre

tu compañero de trabajo y el jefe, entre tu hermana y tu madre etc., estás

entrando en el terreno de la co- dependencia, ni que decir si tratas de tapar

los errores y las faltas de quien está teniendo una conducta adictiva, ya sea

alcohólica o con cualquier otro tipo de adicción.

 La codependencia, no es amor es miedo.

 El secreto para dejar la codependencia está contenido en tres palabras:

 ¡SAL DEL MEDIO!

 El verdadero trabajo de amor, es el que hacemos dentro de nosotros mismos,

todo aquello que se arregle, mejore, florezca en nosotros se reflejará en

nuestro entorno.

 ¿Puedes pensar en una manera mejor de servir? Sírvete a ti mismo y la vida

florecerá a tu alrededor.

 “Cuando todo lo que retengas en la memoria sea

digno de amor, no habrá ninguna razón para

que sigas teniendo miedo”. UCEM

 

Sentirse culpable no conduce a nada, ver los errores que hemos cometido nos

conduce a corregirlos, el pasado ya no nos atormentará sino más bien será

nuestro libro de consulta para no cometer los mismo errores.

 

Así encontraremos la mejor expresión del amor, el amor no puede coexistir con

el miedo y la culpa.

 

A veces en los talleres me preguntan por qué se usa en Ho ́oponopono tan

frecuentemente el color azul índigo, y la respuesta siempre es: es el color

que representa la vibración más alta del amor.

 

A veces pensamos en el color rojo, como representación del amor, pero no es

así, el rojo representa la pasión, y es bien sabido que el amor pasional es de

corta duración.

 

Luego tenemos el color rosado con que a veces identificamos al amor y

representa al amor con apego: “te amo porque eres mi hijo” te amo porque te

necesito”, te amo porque eres bueno”, esta forma de amar, siempre tiene un

condicionamiento.

 

Pero el amor verdadero vibra en el color índigo y es amor que simplemente se

da sin hacer ninguna diferencia; es como el sol que nos alumbra sin restricción

ni condición alguna.

 

Para finalizar quisiera hablarte de lo que es la compasión verdadera, ya que

confundimos la conmiseración con la compasión, que viene de fuentes

opuestas.

 

La compasión sólo sucede cuando primero nos hemos conectado con nuestro

verdadero yo, entonces nada nos es ajeno y podemos conectarnos con

nuestros semejantes como parte de nosotros mismos, es decir su felicidad

es la nuestra y su dolor también, y desde ese sentir verdadero nos damos la

mano.

 

La conmiseración, esconde mucho miedo, culpa y sentido de superioridad, miramos de arriba hacia abajo al ver al “pobrecito que sufre” nos separamos, es algo ajeno a nosotros y ese sentir proviene del pequeño yo.

 

Cuando la alegría de tu hermano la sientas como propia y su dolor también,

será la señal que estás conectado con tu verdadero yo.

 Entonces amar no será una opción sino que: simplemente sucederá.

 Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas aquellas formas que tengo de amar, para que Tu, las transmutes con tu luz.

 Enséñame a amarme a mi misma con amor verdadero, y desde allí, amar a todos mis semejantes.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo,

 Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


!No es afuera, es adentro!

Una bella historia que leí alguna vez es la siguiente:

 

“Desde que se conocieron Morrnah (la creadora del Ho ́oponopono de

Identidad propia) y el Doctor Hew Len, su alumno más allegado, viajaron

mucho por el mundo enseñando, hasta la muerte de Morrnah en 1992.

 

Siempre hacían su limpieza con Ho’oponopono antes y durante

sus viajes. Pero en uno de sus vuelos, el avión enfrentó una fuerte

turbulencia, dando tumbos arriba y abajo. Instintivamente, el Dr. Hew Len

miró por la ventana. «No sé qué pensaba que iba a ver, pero aún así lo

hice de todos modos», dijo.

.

Sentado junto a él, Morrnah parecía estar dormida (como lo hacía a

menudo). Pero en voz baja le dijo: «No es por fuera, es adentro» .

 

El Dr. Hew Len se sorprendió para luego reconocer que la turbulencia

no estaba «ahí afuera» que sea lo que sea que vivamos es una memoria

que repetimos y que se muestra como una vivencia, para que podamos

limpiarla y liberarla. Habían dos camino a tomar, culpar al clima, al piloto o alguien más, o tomar el ciento por ciento de responsabilidad por esa

experiencia y limpiar, limpiar, limpiar… Eligieron limpiar y la turbulencia desapareció…”

 

Reconocer y aceptar que todo sucede dentro y no fuera de nosotros es

fundamental para poder dirigirnos hacia una nueva forma de vida.

 

Al tomar la responsabilidad y abandonar la victimización, nos liberamos…

parece muy simple, pero en la práctica nos cuesta bastante.

 

Ya te he comentado muchas veces que lo que más nos cuesta perder en la vida es

una idea, nos aferramos a nuestras ideas y opiniones y al hacerlo cerramos la

posibilidad de corregirnos.

 

Siempre tenemos la palabra “si, pero…” en la punta de la lengua para rechazar

cualquier sugerencia u opinión distinta a la nuestra.

 

Imagínate que estás cometiendo un error en la forma cómo estás educando

a tu hijo, y alguien te lo hace notar, si eres una persona deseosa de avanzar,

por lo menos dejarás abierta la posibilidad que lo que se te dice sea verdad,

de lo contrario si estás cerrada y ubicada en la terquedad contestarás con el

conocido. “si, pero…”.

 

En Ho ́oponopono sabemos que las memorias equivocadas o de dolor se nos

muestran y lo hacen precisamente para que podamos limpiarlas y si no fuera

así: ¿cómo sabremos por dónde empezar?

 

Si mi auto indagación, aún no me lleva a una completa claridad, por lo menos

quedaré abierta a las sugerencias de las personas que pueden darme una

orientación, date cuenta que no te estoy diciendo “escucha críticas” porque

entonces lo correcto sería preguntarse, ¿si estoy en un entorno lleno de

críticas, seguramente falta limpieza en mí?

 

En cambio dejarse guiar o estar abierta a las sugerencias limpias y coherentes

de un guía o maestro es diferente.

 

Dios siempre pone en nuestro camino quien nos pueda orientar, a veces puede

ser alguien que no conocemos pero con una palabra nos ayuda a aclararnos.

 

La sabiduría natural de las personas del campo, que han aprendido viendo la

naturaleza, es a veces contundente, ellos no cuestionan el orden perfecto

que ven en la naturaleza y simplemente lo imitan.

 

También, los hijos suelen ser buenos maestros, a veces nos muestran aquello

que no queremos ver, ya que ellos representan la forma más cercana de

reacción, reflejo y resonancia de lo que llevamos en nuestro interior.

 

Nunca es afuera, siempre es primero por dentro…

 

Entonces cada vez que tenga un conflicto en mi vida, primero me preguntaré:

¿qué hay en mí, que está provocando esta situación?

 

Lo saludable es buscar primero el error en mí, hacerlo me mantiene humilde y

luego me aclara y aunque no lo creas ¡me da poder!.

 

Si, me da poder, porque al ser yo quien está provocando esa situación o ese

conflicto, está en mis manos corregirlo, ¡que alivio!, no dependo de nadie más.

 

Cada memoria entregada a la Divinidad es una memoria que entra en proceso

de transmutación, esa transmutación, puede ser inmediata como puede

tomarse un tiempo, eso está fuera de mi alcance, lo importante es que he

dejado de ser una víctima del gobierno, del destino, de mis hijos de mi esposo,

de mi jefe, de mi madre, de mi amigo, etc.

 

He tomado la responsabilidad y me he liberado del juzgamiento y de la crítica

para avanzar por el camino del amor.

 

Este tema lo tratamos una y otra vez en los talleres. Cada taller que

compartimos es una experiencia única, es el primer paso o quizá la

reafirmación de que andamos por el camino correcto, ya que sólo hay dos

caminos, el del amor o el del temor.

En el camino del amor, estamos sincronizados con la creación de todo lo

bueno y lo abundante que es nuestra verdadera naturaleza.

 

Toda carencia, ya sea de salud, de armonía emocional, o material, nace de

nuestro interior y depende de nosotros poder cambiarlo.

 

El proceso te lo describo una vez más: primero lo reconozco: “Ah, ésta es una

memoria”, luego lo acepto, “Esta memoria es mía, yo la estoy re-creando una

vez más”, mientras no reconozco que la memoria me pertenece, no podré

hacer la entrega, ya que sólo puedo entregar lo que me pertenece.

 

Entonces si ya acepté que es mía, viene la tercera parte, corrijo, es decir la

entrego a la Divinidad, Cosmos, Poder Superior, Universo o como sea que

tú llames a ese poder maravilloso que mantiene el sol saliendo cada mañana y

ocultándose cada atardecer.

 

Una vez hecha la entrega, la memoria ya no está en nuestras manos sino en

manos del Gran transmutador, los resultados siempre serán sorpresivos…

 

Una vez más, entrenemos a nuestro intelecto para reconocer que:

¡ES ADENTRO, NO AFUERA!

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de confusión y falta de claridad para que Tú, las transmutes en luz.

 

Aclara mi mente, aclara mi vista y sobre todo aclara mi corazón.

 

¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


 

 

BUSCANDO LA LUZ

El símbolo del Ho ́oponopono son los Girasoles, porque ellos siempre

                                             buscan la luz del sol

 Este año he comenzado trabajando varios temas que he compartido contigo,

 una vez más te recuerdo que los artículos que escribo son el producto de lo

 que voy practicando conmigo misma, no es algo que yo esté enseñando, es

 más bien lo que estoy aprendiendo.

 

 

Mi gratitud es infinita, en los últimos veinticinco años, Mi maestro amado me

 enseñó el QUÉ y mis otros maestros terrenales me explicaron el CÓMO.

 Dios ha puesto en mi camino a las personas adecuadas que amorosamente,

 con paciencia, tolerancia, clemencia y constancia me han conducido por el

 camino espiritual.

 

 El despertar, es voluntario, y depende de querer seguir las instrucciones o las

 enseñanzas que vamos recibiendo, de nada nos sirve tener buenos maestros,

 si continuamos con la terquedad de querer hacer las cosas a nuestro modo,

 cuando sientas que has encontrado a tu maestro, agradece y síguelo, pero no

 te confundas, el verdadero maestro siempre nos enseñará el camino que él

 está siguiendo, y es así como lo reconoceremos, sólo si lo que él nos enseña,

 está de acuerdo con lo que él hace y cómo lleva su vida.

 

 Despertar es abrir los ojos y estar consciente de aquello que va llegando a

 nuestra vida y que nos está mostrando un nuevo sendero o una solución para

 algún problema, de esa manera nuestra consciencia se expandirá y quedará

 abierta a recibir lo nuevo y lo sorpresivo.

 

 Para que las semillas del conocimiento que nos conducen a la paz, puedan

 crecer en terreno fértil, es necesario ir limpiando ese terreno de memorias

 negativas, cada vez que decimos “Te amo, gracias” estamos diciéndole a la

 divinidad “Señor, te autorizo para que intervengas en mi vida”.

 

 Es bueno recordar que el libre albedrío del cual hemos sido dotados, es

 la capacidad de elegir hacia dónde queremos ir, si seguir ciegamente a

 nuestras memorias sin hacer una depuración de ellas o comenzar a entregar

 voluntariamente a la Divinidad, las memorias de dolor para que ella las

 trasmute en luz. Recuerda que sólo Dios puede hacer esa transmutación.

 

 Las memorias generan pensamientos y las memorias negativas, generan

 pensamientos negativos que nos conducen al sufrimiento.

 

 Las memorias son la materia prima de todas y cada una de las cosas que

 traemos a nuestra realidad.

 

 Repetimos una y otra vez lo mismo con diferentes modalidades, es como tener

 un inmenso guardarropa lleno de pared a pared, pareciera que cada modelo de

 ropa es diferente, sin embargo ha sido elaborado con la misma materia prima,

 hilos que uno a uno han ido tramando telas de diferentes grosores, colores y

 texturas, pero al fin y al cabo todos son hilos naturales o sintéticos.

 

 Nuestra mente está conformada también por hilos o memorias que podemos ir

 entregando una a una para que sean transmutadas en luz y entonces la textura

 y la trama de nuestra vida será luminosa y llena de paz.

 

 También he compartido contigo sobre el egoísmo, ese sentimiento infantil,

 cerrado, acartonado que nos aísla, nos separa y lleva a la soledad.

 

 Cuando soy egoísta estoy ligada a mi pequeño Yo, ese que se identifica con

 el cuerpo y sus sentidos, que tan sólo son el vehículo y las herramientas, en

 cambio cuando trabajo armonizada con mi YO SOY, que es el conductor, me

 amo y acepto y en la misma medida que yo me amo y me acepto, amo y

 acepto a todos y todo.

 

 Me integro, soy una con el universo y el egoísmo desaparece.

 

 Para poder entender lo que el Ho ́oponopono me enseña, he necesitado

 repetírmelo muchas veces, el aprendizaje generalmente se da por

 acumulación y repetición.

 Yo misma escuché a mi Maestro, repetir una y otra vez sus enseñanzas, y

 alguna vez me pregunté ¿por qué siempre repite lo mismo?, la respuesta la

 obtuve con el tiempo, cuando al fin comprendía alguna enseñanza, Él ya no la

 repetía más.

 

Fue así que supe que entender es suspender las conductas equivocadas, si

 digo haber entendido y sigo con mis conductas erradas, la verdad es que no la

 he entendido aún.

 Es sólo cuando las suspendo es que puedo decir, al fin he comprendido.

 

 “La vida puede compararse a una caña de azúcar. Como la caña, que

 es dura y tiene muchos nudos, la vida está llena de dificultades. Pero

 estas dificultades deben ser superadas para disfrutar de la dicha de la

 Divinidad, así como la caña de azúcar tiene que ser triturada y su jugo

 convertido en mascabado (jaggery), para disfrutar de la permanente

 dulzura. La dicha duradera sólo puede ser lograda sobreponiéndonos a

 pruebas y tribulaciones. El oro no puede ser convertido en una atractiva

 joya, sin ser previamente fundido en un crisol y golpeado hasta tener la

 forma requerida…” SSB

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todos mis bloqueos, terquedades y torpezas para que Tú, los transmutes en luz.

 Enséñame a suspender toda conducta equivocada que me afecta a mi y a quienes me rodean.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo,

 Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


Librándonos del egoísmo

“El egoísmo no es amor propio, sino una pasión desordenada por uno

mismo”

           Aristóteles

 

Los seres humanos nacemos egoístas, temerosos, demandantes e

intolerantes.

 

Quién no ha visto un recién nacido llorando lleno de rabia cuando no recibe su

alimento a tiempo? el bebe no se pregunta si la madre está cansada, si está

durmiendo o trabajando, sólo le interesa que sacien su hambre.

 

El egoísmo nace con nosotros y una de nuestras principales tareas en esta

vida, es liberarnos de él.

 

“Ego” viene del latín que significa “yo”, pero a qué “yo” se refiere? ¿a ese pequeño

“yo” que se identifica con su cuerpo y los sentidos?

 

Aquello que comúnmente llamamos “Yo”, no es otra cosa que el vehículo

llamado cuerpo, poseedor de los cinco sentidos básicos y unas cuantas

decenas más de sentidos internos.

 

El egoísmo surge de esta identificación con el cuerpo, en cambio el YO SOY

o lo que es nuestra verdadera identidad, está totalmente desapegado de

los sentidos, nuestro verdadero ser está inafectado y sólo observa lo que

acontece con el cuerpo, sus emociones y toda su actividad.

 

Es cierto que para poder expresarnos en este plano material y tridimensional,

necesitamos de un vehículo, por eso lo mejor es armonizar nuestra existencia,

conectándonos con nuestro verdadero ser o “YO SOY” y tratando en lo posible

de liberarnos del egoísmo.

El egoísmo es un mal consejero y peor compañía, es aquel que te convence de

que eres el centro de las miradas, el objeto de las críticas, etc.

 

¿A quién de nosotros no nos ha pasado que llegamos a una reunión y creemos

ser el objeto de las miradas, ya sea porque nos sentimos fatales e inseguros, o

porque creemos que caminamos con un reflector sobre nosotros que nos hace

el punto visual de toda la gente?.

 

Bueno eso es egoismo puro y totalmente infantil.

 

Nadie es así de importante.

 

Aun cuando la persona que entra en el salón, sea una gran celebridad, el

pensamiento general está más centrado en cada uno y en su propio egoísmo.

 

Si pudiéramos escuchar los pensamientos en voz alta en ese momento,

escucharíamos algo así como ¿cómo me veo? me dirigirá una mirada?, ¿me

reconocerá? ¿podré estrecharle la mano, conversar con él? …yo, mi, me, lo

mío…

 

Hoy recuerdo con ternura a alguien que ya no está en este plano , que siempre

fue como una niña grande y que su preocupación siempre fue: “¿y qué me voy

a poner?”, ya sea que se le anunciara una fiesta, un velorio o una clausura en

el colegio…

 

Pensar y sentir egoístamente, nos trae muchos desengaños, una fijación

desmesurada en el yo y lo mío, nos traerá mucha dolor o nos conducirá en la

edad adulta a una neurosis.

 

Cuando dejo crecer mi egoísmo, florecen en mi vida, situaciones de rabia,

auto-conmiseración, soberbia y terquedad.

 

¿Qué sería entonces lo contrario al egoísmo?

Por supuesto que el amor en su más bella expresión: el servicio.

 

Busquemos el “nosotros”, pero que ese plural sea conmigo y con Dios, Lo

Divino, El Poder Superior o como sea que llames a Lo Absoluto.

 

“¿Cuál es la disciplina espiritual que enviará al sol interno hacia Dios?

Dios está escondido y obstruido por las nubes de egoísmo. Librarse del

egoísmo es la disciplina espiritual que deben practicar.” SSB

 

El querer controlar emocionalmente a quienes están en mi entorno, es una

forma de egoísmo, es creer que sin mi supervisión todo se malogrará, en

cambio cuando entendemos que nos es a nosotros a quienes corresponde

controlar, y que por el contrario, todo seguirá funcionando aun si yo no estoy

presente , podré experimentar una sensación de saludable libertad.

 

Hay un Ser absoluto , infinito, que mantiene en orden el Universo, ¿¡qué me

hace pensar entonces que todo depende de mí?! no es otra cosa que mi

propio egoísmo.

 

Es momento de dejar atrás mi terquedad, mi falta de tolerancia, mi soberbia y

liberarme de las cadenas del egoísmo.

 

Puedo aceptar que no soy el centro del universo, pero si es saludable aceptar

que soy la causa de todos mis problemas cuando utilizo memorias equivocadas

de dolor y creo que soy este cuerpo con sus cinco sentidos, sin darme cuenta

que en realidad soy el YO SOY, soy un gota de Dios.

 

Dios nos ama, a mi, a ti y al universo entero, sin condiciones, sin

requerimientos, sin distinciones, ha puesto a nuestro alcance una vasta

naturaleza llena de belleza y abundancia y todo estará a nuestro alcance

cuando dejemos las cadenas del egoísmo y vibremos sincronizados a Su amor.

 

 Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas las memorias que alimentan mi egoísmo para que Tú, las transmutes en luz.

 Dame la oportunidad de amar y servir.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo,

 Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”