Muchas veces hemos hablado del Karma. Y sabemos que no es bueno ni malo, es sólo “ACCIÓN”, causa y efecto.
Del Karma nadie se escapa, pero lejos de verlo como un castigo, sería bueno verlo como una oportunidad para reparar.
La familia que nos rodea, posiblemente sea conformada por los seres con los tenemos más Karma que reparar.
Los hijos. Amados hijos que son capaces de darnos tanto las alegrías como los sufrimientos más grandes.
Nuestros padres, hermanos, nietos, etc., también son seres con los que tenemos mucho por reparar, y también con todas esas otras relaciones conflictivas que a veces desarrollamos.
Todo en el Universo es perfecto. Existe un orden, un plan perfecto que se desarrolla sin falta. A veces, nos parece que algo está equivocado. Y sin embargo, si hacemos un recuento hacia atrás, podremos ver que aquello que nos pareció terrible, nos obligó a tomar tal o cual camino que nos llevó a una superación.
Entonces: ¿estaba equivocado?
Hablemos de los hijos…
No hay límite para lo que podemos hacer por ellos. Pero muchas veces no parece suficiente, ellos siempre nos tienen algún cuestionamiento, o quizá sientan que no los comprendemos o que no los valoramos.
Los hijos siempre están en una especie de competencia por el amor de los padres.
El hermano menor cela al mayor y viceversa. De allí nacen relaciones conflictivas para el futuro. Pero si tenemos la oportunidad de entender como funciona nuestro mundo, también tendremos la oportunidad de liberarnos de las cadenas del karma.
Muchas veces nos peguntamos “porqué tuve una niñez tan difícil”. Y es que nada nos sucede por casualidad. Como te dije antes, todo tiene un orden perfecto.
Tu niñez fue moldeando a la persona adulta que eres ahora (siempre y cuando, hayas madurado y no te hayas quedado en la etapa infantil).
Ser intolerante, demandante, rabioso, miedoso y dependiente, nos mantiene en la inmadurez.
Si aun sigues cobrándoles cuentas a tus padres y hermanos por cosas que sucedieron en el pasado, eso quiere decir que no estás haciendo bien tu trabajo de avance en esta vida.
Tal vez hayas oído sobre Edgard Cayce. Él fue un iluminado que tenía el don de entrar en trance (lo hizo quince mil veces durante su vida) y dar respuesta a muchas preguntas sobre todo tipo de cosas, especialmente sobre el Karma. Pero también dio recetas para tratar enfermedades, que fueron descubiertas cincuenta años después.
Acá te copio un pequeño texto que puede interesarte:
…”Así le sucede al alma cuando entra en un cuerpo para vivir
una vida en la Tierra.
Los pensamientos de esa persona y las acciones que son consecuencia de tales pensamientos son el alimento del que se nutre esa alma.
Esos pensamientos y esas acciones han sido a su vez
generados por los pensamientos y las acciones anteriores; y así
sucesivamente hasta el nacimiento del alma.
Cuando un alma penetra en un cuerpo nuevo se abre una
puerta que le brindará la oportunidad de construir su destino.
Así pues, la vida es una forma de desarrollo, una preparación para la purificación del alma.
Todo el bien que se hace en cualquier vida permanece con
el alma.
Un Alma jamás podrá deshacer el bien que ha hecho. Más
adelante veremos cómo se puede contraponer todo esto a la ley
de la causa y el efecto mediante la aplicación de la Ley de la
Gracia…”
-Extraído de
Edgar Cayce sobre la Reencarnación
Es conveniente para nuestro desarrollo personal, entender y aceptar que no somos victimas (segundo pilar del Ho´oponopono)
Sino que más bien tenemos lo que necesitamos para desarrollarnos y realizarnos como seres espirituales viviendo una experiencia humana.
Atraemos aquello que está en nuestra misma vibración.
A medida que vamos limpiando, vamos elevando nuestra vibración y las experiencias en la vida se hacen cada vez más agradables.
Una vez que hemos superado un Karma, quedamos liberados, ya no se repiten.
Hay Karmas muy intensos en las relaciones sentimentales.
Muchos resentimientos se mantienen entre las parejas separadas o divorciadas, y también es común el error de dejar que los hijos sean involucrados en estos resentimientos.
Por eso mismo, si estás separado o divorciado y guardas mucho rencor, perdónate y libérate. Si los celos te atormentan: perdónate y libérate. Si no te sientes amada(o) amate a ti misma(o) y verás que no necesitarás a nadie para ser feliz.
Sigamos trabajando, que esta pequeña reflexión nos ayude para irnos superando.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo UNO. Te entrego todos los conflictos emocionales que tengo con mi familia para que Tú, los transmutes en luz.
Enséñame a ser tolerante y humilde y a llenarme de amor para dar.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te Amo Gracias Ana María