«Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra» (Juan 8: 7).
¿Quién no ha cometido un error?
Todos en alguna oportunidad hemos cometidos errores que a su vez han traido consecuencias, es imposible escaparse de la ley de causa y efecto.
Pero lo increible es que nos olvidamos y juzgamos, somos implacables con aquellos que son descubiertos en falta.
Con esto no quiero decirte que la ley no se cumpla, claro que se tiene que cumplir, ya que la Justicia es un Valor y los Valores no son negociables.
Si una persona comete un delito, tendrá que pagar, pero eso no lo hace menos humano, ¡eso no lo hace menos divino!
La divinidad también fluye en él, pero la oscuridad de sus memorias erróneas no deja que esa divinidad se muestre en todo su esplendor.
Algunas veces en los talleres he compartido este ejemplo:
Si tengo cinco bombillas de luz de 20, 45, 60, 75 y 100 Wats, y coloco cada una en una lámpara para luego enchufarlas a la corriente, cada bombilla alumbrará de acuerdo a su capacidad, eso no quiere decir que la electricidad que pasa por cada una de ellas no sea la misma.
Nuestra divinidad es pareja en cada uno de nosotros pero sólo podemos expresarla a cabalidad, cuando nuestras memorias estén límpias.
Si estoy oscurecida por la soberbia, la lujuria, el odio, la ambición, la codicia, etc… mi divinidad estará cubierta y su luz debilitada como si la hubiera envuelto en cientos de pañuelos negros.
Todos tenemos pañuelos negros de algun tipo y nuestra tarea en esta vida es tratar de retirarlos.
Entonces que pasa cuando alguien que ha cometido un delito es mostrado ante nuestros ojos y todas nuestras memorias oscuras se activan. Entonces lo señalamos y nos escandalizamos y nos sentimos contentos porque reciba un castigo!!!
Déjame decirte que eso no nos ayuda en nada. Nunca olvides que como seres humanos somos células de la humanidad, estamos conectados.
Hay un antigüo dicho “Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”.
Esto quiere decir que si ves a un ser humano que ha delinquido que está enfrentando el resultado de sus errores, no lo juzgues, no te alegres, mejor mírate a ti mismo y corrige tus propios errores.
Cuando se tiene mi edad, (este año cumpliré 64 años), la vida se muestra como una vitrina en donde puedes apreciar en retrospectiva, como los errores siempre tienen sus consecuencias, a veces una sola decisión mal tomada en la vida te puede traer muchos años de sufrimiento.
Pero si nos mantenemos alertas, si la autoindagación es parte de nuestra disciplina diaria, tendremos el tiempo suficiente para corregir y reparar.
A veces es por soberbia, orgullo y detrás de ellos siempre el miedo, lo que no nos deja reconocer un error y disculparnos y repararlo.
Hay casos en que queremos tapar una mentira (lo cual siempre es un error) con otra y con otra y quedamos enredados en una maraña que finalmente nos atrapa, y por supuesto que pagaremos las consecuencias.
No olvides que detrás de cada hombre o mujer que delinque hay una familia, padres, hijos, sin contar que es un ser asustado, acorralado.
Tratemos de no juzgar y no criticar, es decir no poner rabia en nuestra opinión. Todos tenemos derecho a tener una opinión, pero no nos hace ningun bien odiar, porque eso nos afecta internamente.
Siente la unión humana con aquellos que están en desgracia, únete en tu corazón y ama.
El amor todo lo puede, el amor verdadero todo lo purifica. Purifiquemos nuestra mente y estaremos haciendo un servicio a la humanidad ya que no hay peor prisión que la prisión de los sentidos y la mente.
Si no puedes decir nada bueno de tu hermano. ¡CALLA! Y habrás hecho suficiente.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo UNO. Te entrego mi consciente y mi subconsciente para que Tú los purifiques y me des humildad para reconocer mis errores y corregirlos.
Enséñame a no juzgar y no criticar.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te Amo
Gracias
Ana María
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”