Creo que es más valiente el que vence a sus deseos que aquel quien
vence a sus enemigos, porque la victoria más grande es sobre uno
mismo. – Aristóteles

¿Quién no ha experimentado el miedo en algún momento?, hay miedos que
paralizan!! lo increíble es que la mayoría de nuestros miedos son por cosas
que probablemente no han sucedido.

Vivimos el miedo una y otra vez en nuestra mente, lo alimentamos y lo
recreamos.

Una pregunta que me formulo cada vez que el miedo aparece: ¿Y qué me
puede pasar?, generalmente la respuesta no es tan contundente. Quizá sólo
cuando es nuestra vida la que se ve amenazada, el miedo cobra fuerza real.

Pero si no se trata de eso es probable que todas nuestras inseguridades se
deban simplemente a la sensación de soledad frente al mundo.

Soledad que tampoco es real, somos más de siete mil millones de habitantes,
no estamos solos, la sensación de soledad es eso sólo una sensación
engañosa.
Pero la verdadera forma de sentirnos protegidos y acompañados es llegar a
tener una verdadera comunicación con nuestros verdadero YO y por
consiguiente con Dios.

Hace unos días un amigo mío sacerdote, me contaba una experiencia que vivió
en su juventud, cuando tuvo que enfrentar una situación extrema quedándose
solo en medio de la selva y que su único recurso fue aferrarse a Dios,
recordando una frase del libro de Jeremías.

“El Señor está conmigo como poderoso gigante”.

Esa frase repetida una y otra vez le dio el valor para permanecer en aquel lugar
en donde estuvo por cuarenta años haciendo una labor maravillosa.

El miedo es la ausencia del amor, es como la luz y la oscuridad, no pueden
coexistir.

Luchar en contra del miedo es contraproducente, recuerda que “A lo que me
resisto persiste y lo que acepto se transmuta”.

Los miedos hay que aceptarlos como lo que verdaderamente son, una re-

creación nuestra, son el fruto de nuestras memorias negativas y por lo tanto
podemos entregarlos para que sean transmutados.

Hay un principio Huna que dice “El mundo es lo que yo pienso que es”, es por
eso que somos nosotros mismos quienes alimentamos los miedos que nos
paralizan y somos nosotros mismos quienes podemos liberarnos de ellos.

¿Cómo se transmuta un miedo?, simple, cuando le entregamos a Dios nuestro
miedo pidiendo luz en su lugar, esa misma luz nos dará la claridad para verlo
como realmente es, y ya te digo generalmente es fruto de nuestra imaginación.

Un palabra que ayuda mucho en casos de miedos paralizantes es “Llave de
luz”, con sólo repetirla unas cuantas veces sentiremos que se abre un espacio
de calma y claridad.

¿Te has dado cuenta que tus miedos te quitan libertad?, ¿cuántas cosas
dejamos de hacer por miedo?

A veces nos es imposible decir “Perdón” , acércarnos a un ser querido, dar una
caricia o pedir un favor! por miedo a ser rechazados!

Dejar el miedo es la libertad.

Hay un diálogo en una de las obras de Jean Paul Sartre que es una
descripción magistral de lo que es el miedo y mejor aún, de lo que significa
liberarnos de él.

Diálogo entre Júpiter, el Dios griego y Egisthe, Rey de Argos

Júpiter: Nosotros somos parientes; yo te he hecho a mi imagen: un rey, esto
es: un Dios sobre la tierra…nosotros, ambos, hacemos reinar el orden: Tú,
dentro de Argos y yo en el mundo, y el mismo secreto cae pesadamente en
nuestros corazones.

Egisthe: Yo no tengo secretos.

Júpiter: Sí, el mismo que yo. El secreto doloroso de los dioses y los reyes: es
que los hombres son libres ¡ellos son libres Egisthe! tú lo sabes y ellos no lo
saben.

Egisthe:¡Voto a Dios! Si lo supieran, meterían fuego a mi palacio. He aquí que
son años que hemos jugado esta comedia por enmascarar sus poderes.

Júpiter: Y yo he aquí ciento de miles de años que he danzado delante de los
hombres, Egisthe, mi criatura y mi hermano en nombre del orden que los dos

servimos, yo te comando: ¡apodérate de Orestes!

Egisthe: Y tú, dios todopoderoso, ¿qué esperas para fulminarlo?

Júpiter: Egisthe, los Dioses tienen aún otro secreto…

Una vez que la libertad ha explotado dentro del alma de un hombre, los dioses
no pueden ya más nada contra él.

Jean Paul Sartre: Las Moscas II-V

Espero que este mes de Julio podamos trabajar con nuestros miedos y que la
libertad explote en nuestros corazones.

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

Divino Creador Padre, Madre, hijo, los tres unidos como solo Uno, Te
entrego todos mis miedos para que Tú, los transmutes en luz.

Enséñame a partir de ahora a tener claridad y valor que sólo el amor nos da.

¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo
Gracias

Ana María

Aloha Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”