“Sólo puede ser manipulado, un manipulador”
Según el diccionario: La manipulación, se produce cuando un individuo o
grupo de individuos ejercen una tentativa de toma de control del comportamiento
de una persona o de un grupo, utilizando técnicas de persuasión o de
sugestión
Se refiere a un amplio rango de tácticas psicológicas capaces de subvertir el
control de un individuo sobre su propio pensamiento, comportamiento,
emociones o decisiones.
Para mí, la manipulación es un engaño compartido. Para que pueda existir una
manipulación emocional son necesarias dos personas ejerciendo sus roles de
víctima – culpable.
En Ho´oponopono comenzamos por reconocer que nosotros somos cien por
cien responsables de todo lo que está en nuestra realidad, por lo tanto no
somos víctimas.
Las cosas de la vida no nos suceden como si fueramos seres estáticos y
desvalídos a quienes se les envía desde lo alto rayos castigadores. ¡NO!
Al reconocer nuestro cien por cien de responsabilidad, aceptamos que las
memorias que tenemos activas son como magnetos que atraen situaciones
afines a esas memorias. Entonces ya no hay lugar para la victimización.
Si mi estado es de constante queja y dependencia, estoy en estado de víctima,
y para sentirnos víctimas tenemos que conseguirnos un victimario.
Ese victimario se siente culpable y trata de tapar su culpa y al querer hacerlo
también se siente una víctima de la culpa. Es un círculo vicioso.
En cambio cuando hemos tomado el cien por cien de responsabilidad,
podemos reconocer que hemos cometido errores los cuales habrá que reparar,
pero también eso se hará con responsabilidad y no con culpa.
La manipulación entre las personas estará presente siempre que ambas no
sean honestas. Una tratará de conseguir beneficios que no pide directamente,
y la otra tratará de calmar su culpa sin ninguna intención de reparar,
simplemente acallar.
A muy temprana edad escuchamos términos como “ya me hiciste molestar”, en
lugar de “eso que haz hecho me molesta”.
Crecemos disculpándonos por nuestras faltas, respaldándonos en “la falta de
tiempo”, “lo infelices que fuimos en nuestra niñez” o “lo mal que funciona tal o
cual servicio”… las excusas son interminables y todo va orientado a no tomar la
propia responsabilidad.
Si llegamos tarde a algún lugar, lo correcto sería decir: “perdona por la
tardanza”, no más. Ya que el hecho real es que llegamos tarde y eso afectó a
alguien, si luego se nos pregunta el por qué de la tardanza, podremos dar
alguna explicación, pero si llegamos diciendo, “es que el tráfico”, o “me dolía la
cabeza”, o “mi padre se enfermó”, etc.
No estamos aceptando la responsabilidad, ya que se la estamos dejando a
cualquiera de las excusas que estamos dando.
Si entre los miembros de una pareja, hay manipulación, nunca tendrán un
diálogo veraz, ¿cuántas veces hemos escuchado a alguien que amenaza?: “si
me dejas, me mato”, si esa sentencia es recibida por alguien culposo, se
quedará atrapado en una relación sin amor.
Generalmente las amenazas son manipulación, pero sin nos afectan es que
estamos en la misma frecuencia.
Recuerda que sólo puede ser manipulado un manipulador.
Es importante entender que tomar el cien por cien de responsabilidad no nos
hace indolentes, nos hace veraces y auténticos. Pero la veracidad debe ser
ejercida con criterio, no hay necesidad de ser brutalmente honestos.
Muchas veces será necesario callar, si el decir la verdad puede causar dolor o
perjuicio innecesario, a una o más personas.
Siendo veraces y directos con criterio, es como tendremos en nuestra vida la
verdadera compasión que es un sentimiento auténtico y que nos une.
Entre amigos puede existir la manipulación, cuando aparecen re-sentimientos.
“Si yo no te llamo o te busco, tú no lo haces”¡!
¿Cuál es el conflicto?, si quiero saber de alguien o verlo, yo lo busco pero no
entro en el juego manipulador de quedarse en estado de víctima esperando “a
que me llame”.
Hay la manipulación religiosa, en donde el “pecador “ tendrá que enfrentar el
fuego eterno.
Dios es amor y su amor es infinitamente más grande que el amor de una
madre, y por ventura ¿te puedes imaginar a una madre mandando al fuego
eterno a su hijo por cometer un error por más grande que éste sea?
Siempre tendremos oportunidad de reparar los errores, pero también es
importante estar conscientes que existe una ley de causa y efecto, recibimos lo
mismo que damos, entonces no pensemos que es Dios quien envía “castigos”.
La victimización y por ende la manipulación es un mal negocio, es: perder-
perder, aunque en un principio podamos conseguir lo que queremos, no
tardaremos en enfrentar sus consecuencias.
La manipulación en política es llamada demagogia.
Hace unos días Joshua mi nieto mayor que estudia en Francia, me envió un
artículo muy interesante sobre cómo existe en los pueblos, la tendencia a
repetir aquello que ya fue comprobado que no funciona. Sin embargo
aceptamos y repetimos… el artículo terminaba con una sentencia muy dura que
según el columnista pertenece a H. L. Mencken:
“El demagogo es quien predica doctrinas que sabe que son falsas, a personas
que sabe que son tontas”.
No nos engañemos, y no tratemos de engañar a nadie porque ese es un
negocio que sólo trae pérdida para ambos lados.
La verdad y la comunicación directa es como agua cristalina que calma la sed y
refresca.
Bebamos de esas aguas y digamos siempre la verdad con criterio.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te
entrego todas mis memorias de temor, control y rabia para que Tú, las
transmutes en luz.
Enséñame a ser honesta, pero también guíame para que mi honestidad no
sea motivo de sufrimiento para nadie.
Y Asi se ha hecho
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”