«No hay necesidad de salir de la habitación. Basta con sentarse
a la mesa y escuchar. Ni siquiera es necesario escuchar, sólo
esperar. Ni siquiera hay que esperar, sólo aprender a estar en
silencio, quieto y solitario. El mundo se te ofrecerá libremente
para ser descubierto. Él no tiene otra alternativa; caerá en
éxtasis a tus pies.» Franz Kafka
Estar en silencio interno y externo es dejar el contol, es no tratar de
influenciar en nada, es simplemente aceptar.
Durante gran parte de mi vida traté de controlar mi destino; para ese
fin todo podía servirme, la astrología, la cartomancia, los adivinos,
los rituales para adquirir poderes y nada de eso me dio paz.
Yo quería saber, quería estar advertida para poder actuar.
Lo que yo no sabía es que el control es miedo, es lo contrario al
amor y la confianza.
Cuando el niño duerme en los brazos de su madre no teme, está
entregado y feliz.
Así también podemos relajarnos en los brazos de Dios cuando el
miedo se haya ido.
“Cuando el miedo se va, el amor simplemente sucede”
Frase Huna
Dejar el control es confiar, es permitirnos ir de pasajeros y ya no de
conductor, así podremos admirar el paisaje con tranquilidad.
Muchas veces el paisaje es árido, otras peligroso y escarpado pero,
otras muchas veces se nos muestra en todo su esplendor. Igual el
camino será seguro siempre que nos dejemos conducir sin
resistirnos.
Muchas veces en los talleres repito, “Entender el Ho´oponopono es
dejar el control, en Ho´oponopono no se pide sino que se entrega”.
¿Te das cuenta que, cuando pedimos algo específico estamos
tratando de dirigir la voluntad de aquel a quien le pedimos para que
haga lo que nosotros queremos?
En cambio cuando entregamos, dejamos que sea la voluntad del otro
la que decida.
A Dios le entrego mis necesidades y Él sabrá cómo y cuándo
abastecerlas, pero lo cierto es que siempre hará lo que es mejor
para mi.
Mi intelecto está lleno de limitaciones, sólo puedo pedir lo que
conozco y mi conocimiento intelectual es efímero, en cambio la
Mente Universal es ilimitada y lo que para mí sería la única
solución a un problema, el universo tiene millones de soluciones
para el mismo problema.
He aprendido a dejarme llevar, he vuelto a ser la niña en brazos de
su madre. Es una cálida sensación que quisiera compartir contigo.
La idea de estar cobijados en brazos de la madre universal nos da
tranquilidad.
En mi caso ha habido muchas veces que me he molestado y
aparentemente apartado de esa madre, pero cada vez que he
hecho eso me he sentido tan desolada que he regresado
rápidamente a cobijarme en Sus brazos.
No me interesa ser hacedora, prefiero ser instrumento, aunque a
veces me toque ser yunque y no martillo!!
Con la aceptación comienza el proceso, ya que sólo puedo entregar
aquello que he aceptado como una creación atraida a mi realidad
por la repetición de mis propias memorias.
Cuando finalmente he aceptado esto, recién podré entregar todo
aquello que he creado en mi realidad y que me trae dolor y
sufrimiento, para que la Divinidad lo transmute en luz.
Me hace mucho bien recordar que todo lo que está en mi realidad
no es más que reacción, reflejo y resonancia de mis propias
memorias.
He aprendido con el Ho´oponpono que con un simple “Te amo,
Gracias” hago la entrega y toda entrega es siempre recibida y
depende de la voluntad divina su transmutación.
Dejo el control, mi vida está conducida por una sola voluntad.
La voluntad de Dios.
En Sánscrito a la voluntad de Dios se le dice “Sankalpa”, y créeme, no
hay poder humano, que pueda detener ese Sankalpa cuando ha
sido emitido.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo
Uno. Te entrego todas mis memorias de temor y control para
que Tú, las transmutes en Luz.
Enséñame a tener fe y confianza y dejarme llevar, guiar por Tu
Luz.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”