La palabra sacrificio puede tener varias interpretaciones, la
interpretación que a mí me llena el corazón es:
Sacrificio es una entrega voluntaria hecha con amor.
Es dejar de recibir un bien, para obtener un bien mayor.
Como la madre que deja de comer por la satisfacción de alimentar
con esa comida a su hijo.
Es la entrega voluntaria y cargada de amor.
Cuando explicamos que en Ho´oponopono hay tres pilares que lo
sostienen, decimos que el primero es:
“Soy ciento por ciento responsable de todo lo que está en mí
realidad”.
El segundo es: “Si yo soy responsable entonces NO SOY VÍCTIMA”.
Y el tercero es “ Tratar de no tener expectativas” sólo esperar tener
paz.
Y quizá llegar a la entrega total y aceptar plenamente: que se haga
Tú voluntad y no la mía.
¿Dónde queda el sacrificio entonces?
Sacrificio sería el esfuerzo que hago por ser cada día más coherente.
Ir dejando que sea mí amor el que hable y no mí ego.
Cada crítica es un tributo al ego, aunque no sea a una persona
específica, puede ser al gobierno, al medioambiente, a la sociedad,
etc.
(Yo puedo tener una opinión, no estar de acuerdo con algo o
alguien, la crítica implica juzgamiento, me separo para juzgar, es
una mirada hacia fuera, por lo tanto dejo de tomar el ciento por ciento de responsablidad).
Sacrificio también es el esfuerzo que hacemos para no actuar
desde el instinto con las memorias que traemos en nuestro cerebro
reptiliano, sino más bien actuar con una conducta aprendida y
moldeada por la buena voluntad y el amor.
Hay mucho de sacrificio verdadero cuando dejamos de manipular,
¿Cuántas veces nos colocamos en la actitud de “pobrecito yo”? y de esa forma conseguimos llamar la atención.
El sacrificio tiene que ver con dejar atrás el egoísmo, en el ejemplo
anterior es fácil de ver, de pronto se reúne un grupo de amigos con
alegría y uno de ellos llega con cara de sufrimiento, no pide ayuda,
no pide consejo sólo “sufre en público”, se mantiene silencioso y
con cara de sufrimiento; ¿qué sucede? Se acabó el fluir natural de
la alegría, él o ella consiguió llamar la atención, y fue totalmente
egoísta…
El sacrificio muchas veces es en el servicio, puedo dejar de hacer
algo que me gusta para emplear ese tiempo en ayudar a alguien y
lo hago con alegría.
Finalmente todo lo que creemos hacer por los demás siempre lo
estamos haciendo por nosotros mismos.
Los padres trabajamos y nos esforzamos para dar lo mejor que
podemos a nuestros hijos y lo hacemos porque la felicidad de
nuestros hijos nos trae felicidad:
¿para quién trabajamos entonces? Es para nuestra propia felicidad.
El sacrificio al ser voluntario y amoroso es algo “no negociable”, eso
quiere decir que si yo trato de obtener un beneficio ya sea material
o emocional por mi sacrificio, éste deja de serlo para convertirse en
un “negocio”.
El famoso “sacar en cara”, es manipulación por un lado,
culpabilidad por otro y es una danza entre dos memorias de
egoísmo.
Me tomó bastante tiempo entender bien lo que era el sacrificio
verdadero, ya que siempre lo hice desde la victimización.
Alguna vez mientras oraba, tuve un momento de lucidez y me dí
cuenta que lo estaba haciendo desde la total victimización:
“Dios mío aceptaré lo que designes para mí” decía,
pero mi actitud era de total victimización, cuando me dí cuenta de
eso comence a aceptar la voluntad de Dios con tranquilidad y sin
resistencia y con la completa seguridad de que cada experiencia en la vida tiene
una razón y una función que se encadenará con otros
hechos, que siempre, SIEMPRE, será lo mejor para mí.
Un sacrificio es una ofrenda de amor.
Hace mucho que dejé de conducir el carruaje de mi vida, y le dejé
las riendas a Dios.
Hoy viajo segura, muchas veces el camino no me gusta mucho, a
veces no me gusta nada!!, pero siempre tengo la seguridad que
llegaré a mi destino y será con bien.
Para terminar te diré que cuando realmente entendí lo que
significaba practicar el Ho´oponopono, mi vida se encausó por una
vía en donde la victimización ya no tiene lugar, ni siquiera en el
pensamiento, porque cuando un pensamiento de víctima se cruza
por mi cabeza inmediatamente lo entrego a la Divinidad, y así, no lo
dejo prosperar.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo
Uno. Te entrego mis memorias de victimización para que Tú,
las transmutes en luz.
Enséñame el significado del verdadero sacrificio y acrecienta en
mí, la alegría de la entrega.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”