SENSACIONES

Las sensaciones son la expresión de los sentidos…

 La búsqueda del ser humano comienza desde el momento de su nacimiento y

es para encontrar la paz.

 

Desde el primer llanto del niño que demanda saciar un vacío, se inicia esta

búsqueda interminable.

 

La búsqueda la comenzamos con los ojos vendados, sólo guiándonos por

nuestros sentidos físicos y sin embargo nuestra búsqueda no es física sino

espiritual y es allí en donde algunas veces equivocamos el camino.

 

Los sentidos son insaciables, cada vez demandan más y más para llenar un

vacío que no se llena con nada externo, ni nada físico, sólo se llena con el

encuentro del YO con el YO SOY.

 

En la práctica del Ho ́oponopono, aprendemos a regresar una y otra vez a

nuestro interior, “nada es afuera, todo es adentro”.

 

Este ejercicio se hace difícil en un comienzo, pero como todo entrenamiento

hay que realizarlo con disciplina que consta de paciencia, constancia,

tolerancia y clemencia.

 

Paciencia para no desear resultados instantáneos,

constancia para no dejar el empeño,

tolerancia para no exigirnos más allá de nuestra capacidad,

clemencia para que sea el amor y no la soberbia el motor de nuestro esfuerzo.

 

Entonces, será necesario que no sean nuestros sentidos los dominantes, sino

más bien, que cada uno de nosotros ejerza un dominio sobre los sentidos.

 

Gracias a los sentidos recibimos grandes bendiciones, como percibir la suave

piel de un recién nacido, el aroma de las flores, la explosión de color de una

puesta de sol, etc etc.

 

Los sentidos bien orientados nos permiten percibir el mundo que nos

rodea, pero si los dejamos expresarse acompañamos con la compulsión o el

deseo de satisfacerlos con inmediatez, veremos alejarse la paz que tanto

buscamos.

 

Utilicemos bien nuestros sentidos, todo lo que entra por ellos, constituye un

alimento y a su vez son los activadores de infinidad de memorias, entonces,

¿por qué no purificar ese alimento y activar sólo las memorias positivas?,

que el oído oiga lo bueno, que la lengua sólo hable para decir cosas buenas y

saborear lo dulce y agradable, que la vista se fije en lo positivo y lo acreciente,

que el olfato nos haga percibir el olor al peligro y nos aleje de él, que el tacto

nos lleve a la caricia limpia y amorosa y a crear, construir y edificar .

 

Los sentidos, como todo instrumento serán positivos o negativos según sean

utilizados, es como un cuchillo, que en manos equivocadas podría matar y en

manos de un cirujano podría salvar una vida.

 

Los seres humanos hemos sido creados en amor y dotados de todo lo

necesario para encontrar la paz que tanto buscamos, sólo necesitamos

emplear nuestros instrumentos de la manera más adecuada .

 

Cuando buscamos satisfacer nuestra necesidad de paz, sólo con aquello

que satisface nuestros sentidos, entramos en una vorágine de deseos que

se suceden unos tras otros, por ejemplo, vamos a una tienda y vemos una

hermosa obra de arte, inmediatamente queremos poseerla, no nos detenemos

a admirarla y disfrutar de su belleza, ¡no! queremos tenerla para nosotros,

¿por qué?, simplemente porque le damos al objeto el poder de darnos la

felicidad, pero cuando lo llevamos a casa, la satisfacción dura poco y pronto

estaremos buscando algo más que pueda darnos felicidad.

 

Te das cuenta que si los objetos pudieran darnos la felicidad, bastaría con

admirarlos en la tienda, ¡no habría necesidad de llevarlos a casa!!

 

Es así como andamos por la vida tratando de llenar nuestro vacío desde

afuera, con los hijos, la pareja, el trabajo, objetos, diversión y consumo de

todo tipo.

 

Es imposible llenar un vacío interno con algo externo, el vacío interno se llena

desde adentro, con una buena relación con uno mismo, con la maravillosa auto

aceptación que nos enseña que nuestro valor es la existencia, y finalmente con

la unidad del pequeño YO, con el YO SOY.

 

En la enseñanza Huna se considera que hay cuatro formas de relacionarnos con aquello que entra por los sentidos y esto es la percepción.

 

La percepción Objetiva o Ike Papakahi, que es simplemente lo que captan

nuestros sentidos. Por ejemplo: veo un prado.

 

La percepción Subjetiva o Ike Papalua, que es cuando me envuelvo

emocionalmente con lo que percibo, veo el prado y su visión me conmueve

o la rechazo, y sigo creyendo que lo que experimento es ocasionado por lo

externo.

 

La percepción Simbólica o Ike Papakolu: cuando interpreto lo que veo como un

símbolo y activo una memoria personal. Puede que el prado para mí signifique

aire y libertad o tal vez soledad y abandono, todo depende de qué memoria he

activado, pero siempre está sucediendo dentro y no fuera.

 

La percepción Holística o Ike Papaha: cuando reconozco que el prado y yo

compartimos la misma existencia, que no hay más que unidad: el prado y yo

somos UNO. Y que la forma de percibirlo siempre estuvo en mi interior.

 

Este proceso de percepción es más o menos el camino que recorreremos

hasta aceptar una y otra vez que nada sucede fuera sino dentro de nosotros y

que los sentidos bien orientados nos ayudarán a activar las memorias de luz.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todos mis sentidos para que Tú los purifiques con tu Luz.

 

Agradezco su presencia en mi vida, y enséñame a utilizarlos con amor.

 

¡Y así se ha hecho!

 

Lo siento, por favor perdóname

 

Te amo, Gracias

 

Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


 

EL LADO OSCURO DE LA FUERZA

“Mientras perdure el sentimiento de la ira y el ego en sus corazones, no

serán capaces de sentirse bien en su vida y sentirán enferma su mente.

La ira es el más grande de los enemigos y la calma interior es la mejor de

las protecciones”. Sathya Sai Baba

 

El título de este artículo te suena familiar?, si pues, es igual a la frase utilizada

en la película “La Guerra de las Galaxias”, una saga llena de enseñanza

espiritual.

 

En ella se les enseña a un grupo de hombres a usar la fuerza interior.

 

En Ho ́oponopono, el sexto principio Huna se llama “Mana” o La Fe y dice:

“Todo poder viene de mi interior”

 

Y esa es aproximadamente, la enseñanza en esta saga, si la quieres ver te

recomiendo especialmente el Episodio III, allí se muestra claramente cómo el

miedo y el apego llevan al protagonista a buscar el poder y lo hace desde el lado

oscuro: la rabia.

 

Cada vez que puedo vuelvo a ver estas películas una y otra vez,

no sólo porque mi espíritu infantil siempre está vigente sino también porque

me recuerda muchas enseñanzas que es bueno tener presentes.

Mi niña interior, ha estado en mí siempre muy activa, tuve mi primer hijo un mes

antes de cumplir veinte años y a los veintisiete ya tenía mis cuatro hijos, es

decir crecí con ellos.

Y seguí divirtiéndome como niña con ellos, cosa que sigo haciendo aún ahora

con mis nietos!!

 

Pero volvamos al tema… La Fuerza.

 

La fuerza SIEMPRE la da el amor. Llegamos a este plano gracias al amor

pero trayendo con nosotros la herencia ancestral de millones de memorias,

muchas de ellas cargadas de lado oscuro.

 

¿Y cuál es el lado oscuro?

 

La rabia y su gemelo el Miedo, ambos coexisten y se alimentan mutuamente.

 

Cuando comenzamos la búsqueda espiritual, son muchos los caminos que

se abren ante nosotros, todos comienzan más o menos parecidos, pero llega

un momento en que nos encontramos en una encrucijada, es decir un punto

en el que el camino se divide, por un lado se te ofrece el poder y por el otro la

entrega.

 

Cada vez que se te ofrezca tener poder, ya sea sobre tí mismo, sobre otras

personas o sobre la muerte, ese camino se dirige al lado oscuro, ya que junto

al poder, está el deseo y el apego y con ellos el miedo a perder.

 

En cambio si escoges el sendero de la entrega, encontrarás la paz, es el

sendero de la no resistencia, la aceptación pero también es siguiéndolo que

realizaremos nuestro ser, es decir que encontraremos todas las respuestas ya

que aprenderemos a conocernos a nosotros mismos y quien se conoce a sí

mismo conoce al universo entero. Ese es entonces el verdadero poder.

 

Entonces ¿qué podemos decir de la rabia?

 

La rabia es un motor, necesario para los momentos de emergencia, pero

doloroso cuando no se le puede soltar.

 

La rabia te impulsa pero en su impulso también te desgasta y si la usas mal,

cada vez necesitarás más y más rabia para poder moverte.

 

A veces vemos personas iracundas que se imponen a base de gritos y

coaccionando a las personas, y puede que nos generen miedo, pero si

profundizas un poquito en ese temor que sientes te darás cuenta que lo que

verdaderamente sientes ¡es rabia!

 

Eso quiere decir que aquella persona que nos infunde miedo-rabia con su

actitud agresiva está motivada por un temor más grande aún, y de forma

instintiva sabe que si no se mantiene rabiosa tendrá que lidiar con su propio

miedo.  

 

La rabia es una emoción primitiva que sirve para “la huida”, herencia ancestral

del hombre primitivo que la necesitaba para tener el impulso de escapar de los

peligros, es decir para la emergencia.

 

Nosotros también la utilizamos en caso de emergencia, pero no es saludable y

no nos conviene vivir en emergencia todo el tiempo.

 

Cuando hemos elegido el sendero del amor, el miedo simplemente

desaparece y también le decimos adiós a la rabia y sólo haremos uso tanto

del temor cuanto de la rabia en caso de emergencia para después soltarlas

rápidamente.

 

El Ho ́oponopono es la herramienta perfecta, ya que me recuerda que yo soy

ciento por ciento responsable de todo lo que está en mi realidad: esa responsabilidad

no es otra cosa que la capacidad para generar cambios, por lo tanto, he

decidido entregar mis memorias oscuras en todo momento, para que sean

transmutadas en luz.

 

Otra decisión es quedarme en el lado luminoso de la fuerza en donde todo

lo que tengo que hacer es amarme y aceptarme a mí misma “valgo porque existo”

es la base de mi autoaceptación y desde allí también te acepto a tí y al mundo

que he creado para mí.

 

Que tengamos paz más allá de todo entendimiento.

 

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno.

Te entrego todas mis memorias de rabia innecesaria para que Tú, las

transmutes en luz.

 

Enséñame a vivir en amor, ver lo bueno, decir lo bueno y hacer lo bueno.

 

¡Y así se ha hecho!

 

Lo siento, por favor perdóname

 

Te amo,   Gracias

 

Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


PASAJEROS

Muchas veces nos toca experimentar momentos de dificultad, en donde

sentimos que las puertas se cierran, y no podemos avanzar, ver más allá,

o encontrar rastros de solución…

 

En esos momentos es común que la desesperación que sentimos empeore

infinitamente las cosas, y lo que sucede es que no sabemos o puede que

hayamos olvidado que podemos apoyarnos es esa fuerza superior que

mantiene los astros en su lugar: Dios, El Poder superior, El Universo, El

Cosmos, o como tú le quieras llamar.

 

Ese poder existe y ha existido siempre, manteniendo la creación y el orden

perfecto del universo, entonces también podrá manejar nuestros pequeños,

insignificantes e intranscendentes problemas.

 

Todo el secreto radica en aceptar, entregar y confiar.

 

¿Pero cómo hacerlo?

 

El Ho ́oponopono es la herramienta perfecta, cada “Te amo Gracias” es un “Lo

dejo en tus manos” y cada “Hecho está” es un “Ya lo solté, Tú te encargas”.

 

¡Así de fácil!, pero como no estamos entrenados a aceptar, entregar y confiar,

dudaremos, y seguramente tendremos que hacerlo infinidad de veces hasta

entender que SIEMPRE somos escuchados y que el tiempo de Dios, el

Universo, la creación, el Poder Superior, el Cosmos: ES PERFECTO.

 

Entiendo que esta manera de pensar y sentir se nos dificulta cuando estamos

en medio de una crisis, pero yo me pregunto ¿qué puedo perder?, nada y más

bien puedo ganar lo más grande: que es la paz.

 

Muchas veces en los talleres repito : “En Ho ́oponopono no se pide, se

entrega”, si pedimos, lo hacemos desde siendo víctimas, desde la carencia y nos llenamos de expectativas, en cambio, si entregamos lo hacemos desde el

amor-confianza, frente a frente con la Divinidad y sin esperar algo específico, por eso se llama ENTREGA, y eso es soltar el control.

 

Muchas veces hemos entregado nuestra confianza y seguridad a algún

desconocido, como es el caso de cuando viajamos como pasajeros, nos subimos en un bus que se dirige a donde queremos llegar, cómodamente nos sentamos, y vamos viendo el paisaje o leemos un libro, o conversamos con nuestro compañero, nuestra acción continúa, y el chofer, -una persona que no

conocemos- es quien conduce.

 

¿Acaso vamos cada cinco minutos a controlar si está manejando en la

ruta correcta, o si está haciendo bien los cambios o si está frenando con

propiedad?.

 

¡NO!

 

Sólo confiamos en que nos está llevando a nuestro destino.

 

¿Y hacemos menos con Dios, el Universo, la creación, el Poder Superior, el

Cosmos?

 

Si hemos entregado nuestra vida y nuestros asuntos a otras personas, ¿por

qué no hacerlo mejor con Dios y por fin soltar el temor?

 

Seguiremos con nuestra acción, haciendo lo necesario para avanzar pero

relajados y entregados.

 

Lo que queremos solucionar salió de nuestras manos ahora sólo somos el

instrumento que ejecutará acciones dirigidas por una mano sabia que todo lo

puede y que tiene soluciones que jamás hubiésemos podido imaginar.

 

Mientras estemos en la angustia, es como si tuviéramos una venda sobre los

ojos, no podremos ver las posibilidades de solución.

 

Nuestras memorias negativas son el marco de referencia que se contrae y se

cierra en un círculo vicioso de temor y ansiedad.

 

En cambio cuando logramos hacer la entrega, ampliamos nuestro horizonte,

nos expandimos y dejamos todas las posibilidades abiertas y créeme, la

Divinidad siempre nos sorprenderá con algo que ni siquiera habíamos

considerado como solución.

 

Eso no quiere decir que la entrega es parar la acción, todo lo contrario es

seguir en la acción, ya no como hacedores sino más bien como instrumentos,

poniendo lo mejor de nuestra parte, pero desterrando el miedo y la angustia.

 

Ser pasajero es dejarse llevar como el niño en brazos de su madre, y no dudar.

 

A veces nos sentimos alejados, pero es simplemente el movimiento parecido

al que hace la madre al mecer la cuna de su hijo, de pronto aleja la cuna con

su brazo, para luego con ese mismo brazo acercarlo hacia ella, alternando el

movimiento, en ambos casos la cuna está en todo momento sostenida con

firmeza por la madre amorosa.

 

La entrega verdadera es el paso final en la escala de la devoción.

El Ho ́oponopono, es la herramienta de la entrega y con ella accedemos a

una calidad de vida que no habíamos conocido y que nos confiere una paz

estable y esa maravillosa sensación de no estar solo sino más bien protegidos

y cobijados con amor.

 

Tú y yo somos bienvenidos a abordar el transporte del Creador en donde la

energía del amor es el motor.

 

Que tengamos paz más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis dudas, angustias y falte de fe, para que Tú, las trasmutes en luz.

 

Enséñame a aceptar, entregar y soltar.

 

¡Y así se ha hecho!

 

Lo siento, por favor perdóname

 

Te amo, Gracias

 

Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 

FRUTOS

Estamos siempre a la espera de los frutos; planeamos y ejecutamos

acciones esperando resultados, sin darnos cuenta que vivimos en el

futuro desperdiciando el invalorable presente.

 

Tú y yo sabemos que el único tiempo que existe es el presente, sin embargo

nos dejamos llevar por nuestras memorias y vivimos, llenos de expectativas por

el futuro y algunas veces lastimados por el pasado.

 

El presente nos entrega a cada momento los frutos de nuestras acciones. Cada

día es una cosecha.

 

Tiempo atrás cuando nuestro hijo mayor comenzó a estudiar, lo hizo en el colegio de los hermanos Maristas, un día el director nos llamó y cuando asistimos a la reunión, nos dimos con la sorpresa que había convocado a un pequeño grupo para que formaramos la junta de padres de familia del colegio.

 

Al parecer nadie se había presentado voluntariamente y Julio Ibáñez, el

Hermano Director, que era un hombre entusiasta, abierto y lleno de ideas

innovadoras, eligió “a dedo”, a un grupo para que fueramos los miembros de la

junta.

 

A mi esposo y a mí nos sorprendió dado que no lo conocíamos, pero entonces,

él nos dijo algo que se me quedó grabado “en los patios del colegio, yo

reconozco a cada uno de ustedes, reflejados en sus hijos.”

 

En esa etapa de mi vida esa frase quedó en mi mente sólo como una información más, no la hice mía como una lección de vida.

 

Décadas después no sólo la recordé, sino también la entendí, cuando estando

en Hawaii para hacer el seminario de Ho ́ponopono, leí una carta del Doctor

Ihaleakala Hew Len quien en uno de sus párrafos decía:

 

“Si tu hijo no quiere estudiar o no quiere ir al colegio, pregúntate: ¿Qué sucede

en mí que está provocando esta situación?”

 

Lo que sea que estemos experimentando, es el fruto de la activación de alguna

de nuestras memorias.

 

Si lo que estamos viviendo no nos otorga paz, bueno comencemos a remover

la tierra de nuestras memorias, seguramente hoy es un buen momento de

comenzar una nueva siembra.

 

Cuando uno practica el Ho ́oponopono lo hace siempre en presente, limpiamos

lo que el día de hoy nos trae sufrimiento, y al hacerlo nos conectamos tanto

con nuestro niño interior cuanto con nuestro Ser Superior, ambos trabajan en

sociedad para darnos un estado de paz.

 

Los proyectos son buenos, las metas también pero éstas se pueden vivir

totalmente en el presente, tú me dirás ¿cómo?, bueno es muy simple, estando

presente en cada paso que damos en su ejecución.

 

Tendremos los frutos, pero para recogerlos primero habremos pasado por un

largo proceso, la elección del terreno, la preparación de la tierra, etc.

 

¿Cómo comienza el proceso de la siembra?, con la acción de elegir las

memorias mediante nuestro libre albedrío, ellas serían: la tierra, la

semilla, el sol y el agua y al final del proceso llegará el fruto (…) según sea la

semilla, serán los frutos…

 

Cada parte del proceso fue importante y en cada situación se necesitó nuestra

presencia.

 

Presencia y presente vienen de la misma raíz.

 

Nuestra mirada puesta en el aquí y en el ahora nos confiere paz, cuando el futuro llegue ¡será presente!!

 

Entonces, si hemos elegido que nuestro fruto sea la paz, analicemos cómo

trabajar correctamente nuestro terreno interior.

 

Para comenzar aceptemos que aquello que queremos recibir, será proporcional

a lo que estemos dispuestos a dar.

 

Activaré mis memorias de servicio, le daré a mi prójimo lo mismo que a mí me

gustaría recibir.

 

Podríamos decir que esa es la elección del terreno, una buena tierra fértil, es la

tierra del servicio.

 

La semilla será sana y coherente, eso significa que el servicio o mi disposición

de dar debe ser ejecutada con amor verdadero, no con interés , culpa o fuera

de mis posibilidades.

 

Si lo que doy lo hago para calmar mi culpa, no estoy haciendo un servicio,

estoy comprando una falsa tranquilidad.

 

Para que la planta crezca saludable será necesario podarla y tener cuidado

que no tenga ninguna plaga -a mi me gustaría poder hacer una poda en mis

deseos, y es algo que me cuesta mucho hacer- , pero también sé que, a

menos deseos mayor felicidad, y las plagas están relacionadas con los deseos

excesivos, y con la comparación, la envidia, la frustración y la rabia.

 

¿Qué representa el agua y el sol en nuestra siembra interior?

 

El agua limpia son nuestras memorias en constante purificación y el sol es la

iluminación que recibimos gracias a esa limpieza constante.

 

Si llevamos a cabo este proceso, el fruto de una paz duradera nos acompañará

siempre. Ya que habremos sembrado paz y cosecharemos paz.

 

Cada día es una oportunidad, para iniciar un nuevo camino y corregir errores,

para la China, hoy comienza el año nuevo , Año de la Cabra o Oveja de

Madera, que coincide con la época de siembra.

 

Bueno, podemos tomar esta fecha como una oportunidad para comenzar

un proyecto de paz, sembremos amor y servicio, y sus frutos llegarán como

reacción, reflejo y resonancia de nuestras acciones.

 

Que tengamos paz más allá de todo entendimiento.

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis semillas para que Tú, las purifiques con tu luz.

 

Inspírame para sembrar amor y serenidad a lo largo del camino de mi vida.

 

¡Y así se ha hecho!

 

Lo siento, por favor perdóname

 

Te amo, Gracias

 

Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


LA LLAVE MAESTRA

Cuando me preguntan que es el Ho ́oponopono, me gusta responder que

es una herramienta y compararla con una llave maestra que puede abrir

cualquier cerradura.

 

Y es que para practicar el Ho ́oponopono no es necesario ser una persona

religiosa, pero si, espiritual.

 

La verdad es que todos nosotros lo somos, así lo aceptemos o no.

 

Somos seres espirituales viviendo una experiencia material.

 

Podemos reconocer este hecho, con sólo reconocer en nosotros el amor que

sentimos, no importa hacia quién o hacia qué, esté dirigido ese amor.

 

Basta que exista un pisca de amor en nosotros, para darnos cuenta que esa

energía es algo superior.

 

No importa a qué clase de amor nos referimos, la semilla, el punto de partida

de ese amor es parte de nuestra verdadera esencia, luego si nuestras

memorias son oscuras y negativas, la dirección que toma esa energía de

amor se ve desviada por la influencia de esas memorias, pero la energía

primigenia se mantiene latente, a la espera de la limpieza de memorias para

que finalmente el amor se manifieste en todo su esplendor.

En toda la creación hay amor; está en cada ser viviente, en cada planta, en

cada estrella, sea lo que sea que exista, lo hace gracias al amor.

 

Lo positivo en nuestra vida es fruto del amor universal, ese amor que no tiene

condicionamientos para prodigarse, el amor universal es como la luz que

reparte el sol en nuestro planeta, no hay ninguna restricción, su luz y su calor

se da por igual al bueno y al equivocado, al hombre y a la bestia, al que cree

y al que no, el sol no se detiene a pensar “¡ Ah, a éste le doy menos luz porque

ha mentido!”, no, simplemente ilumina.

 

Ya es otra cosa si yo me escondo en un hueco bajo la tierra, eso vendrían a

ser las memorias o los programas negativos que vienen insertos en nuestros

genes y que son programas que podemos sacar de nuestro sistema y quedar

abiertos a recibir lo que se nos prodiga sin ningún requerimiento.

 

El amor es la llave maestra y en él están contenidos la gratitud y el perdón.

 

Recuerdo a mi instructora hawaiana, Wai ́a ́lea, ella comienza diciendo:

“gracias”, que es la primera palabra que sale de su boca y luego continúa con lo

que quiere decir.

Creo haber aprendido esto de ella. Nunca me canso de agradecer y con el

tiempo estoy aprendiendo ha agradecer por aquello que no me gusta también.

Esta semana tuve una experiencia negativa, me hice robar, si, -no te sorprendas-.

 

En Quechua, idioma de los antiguos habitantes del Perú, no existía

el término “me han robado” sino más bien “me hice robar” y eso coincide

perfectamente con el principio del Ho ́oponopono, en donde uno siempre

asume el ciento por ciento de responsabilidad.

 

Bueno como te decía, me hice robar ¿qué sucedió?, estacioné mi carro

en una zona conocida por ser poco segura y mientras esperaba

que mi hija deje un paquete, me distraje escribiendo en mi teléfono

y me olvidé de asegurar las puertas, pasó un hombre, que seguramente

estaba al acecho de algún descuidado, abrió la puerta lateral y se llevó la

cartera de mi hija que estaba, como en vitrina, en el asiento delantero.

 

Me asusté ¡SÍ!, pero también agradecí infinitamente que a pesar de eso tuve

un instante de comunicación con aquel hombre, no sentí rabia para nada y eso

me provocó gran tranquilidad y gratitud, por fin estoy viviendo en otro estado

de consciencia.

 

Todos jugamos roles , los mismos que son parte de un orden perfecto, a mí

me tocó aprender una lección y reafirmar lo que ya sabía, “me hice robar”, no

tomé las debidas precauciones dado que estaba en una zona “no segura”, por

otro lado aquel que se llevó algo que no le pertenecía, fue un actor más en ese

drama en particular.

 

Él estuvo equivocado: SÍ, si la policía lo detuviera tendría que recibir una

pena: SÍ, pero independiente a eso, sentir odio hacia aquel hombre, no tiene

ninguna razón de ser, la rabia sólo me hace daño a mí.

 

Estoy segura que cuando has leído mi relato, tú tampoco has sentido rabia,

simplemente te transmití mi sorpresa, pero no una rabia que no sentí.

 

Cuando escribimos, transmitimos la misma frecuencia que sentimos,

por eso es que cuando lo que leemos es una vivencia auténtica, nos llega a

mayor profundidad.

 

Muchas veces cuando en los talleres, tratamos la forma de asimilar estas

experiencias, hay algo de confusión, hay una sensación de que si practico

esta nueva forma de ser, uno se desconecta, se aparta, se transforma en un

relegado y no es así…

 

El amor es unión, es comunicación, es claridad, amar es integrarse, dice

“Kala”, el segundo principio Huna:

 

“La separación, sólo es una ilusión”

 

No necesito separarme para avanzar. En espiritualidad la flor de loto es un

símbolo muy conocido y la enseñanza que transmite esta flor, es que crece

en el lodo y sin embargo nunca se mancha.

 

Es lo mismo cuando comenzamos a vivir en el amor. El amor no juzga y no critica,

sólo se transforma a sí mismo, eso quiere decir que puedo estar integrada con

todo y con todos, por ejemplo, puedo encender el noticiero por la mañana y

escuchar las noticias. Los noticieros transmiten lo que no es natural; uno no

enciende el televisor y escucha:

 

”María hoy se levantó en paz”,

“Juan estuvo saludable el día de ayer”,

“Rosa pasó una tarde totalmente presente y compartió con su familia”,

 

No, no es eso lo que hace noticia, lo notorio es lo que no es natural.

 

La violencia, el dolor y el sufrimiento, si lo podemos ver y reconocer,

es porque lo tenemos aún en nuestra memoria, si no fuera así, ¿cómo lo

reconocemos?

 

¿Qué hacer? a cada noticia negativa respondo con un “Te amo, gracias”, eso

se llama limpiar, y ese simple hecho, la evocación del amor va limpiando poco

a poco, paso a paso.

 

Y así lo hago con todo aquello que considere negativo, en mi realidad, puedo

compartir mi tiempo con otras personas que no están interesadas en mi

proceso, puedo ser parte de uno o varios grupos y seguir con mi trabajo personal

sin tratar de convencer, u obligar a los demás a compartir mis creencias, eso

se llama respeto y esa es la verdadera espiritualidad.

 

Mi Maestro siempre decía:

 

“Haz de tu vida una rosa, que hable silenciosamente con el lenguaje de la

fragancia”.

 

La rosa no sale por allí diciendo en voz alta, “mírenme soy una rosa”, la rosa

simplemente es y su fragancia impregna el lugar donde se encuentra.

 

Utilicemos nuestra llave maestra, esa que nos da la práctica y el conocimiento

de la esencia del Ho ́oponopono.

 Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias negativas para que Tú, las transmutes en Luz.

 Enséñame a utilizar bien, la llave maestra que abre las puertas del sendero del amor

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

  Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


Perfeccionismo, Rigidez y “El derrotarse”

Nada más flexible y maravilloso que el cuerpo de un recién nacido.

 Al momento del parto la flexibilidad es total, esto favorece para que el niño

pase por el canal del parto.

 

Una vez nacido las formas se armonizan, se definen y apenas si endurecen,

cada movimiento del recién nacido, es una danza de vida.

 

Con este simple ejemplo podemos ver que la flexibilidad es florecimiento de la

vida.

 

Al otro extremo tenemos las rigideces de la vejez, en donde los movimientos

dejan de ser armónicos, cuesta moverse, todo se ha endurecido, tienen rigidez.

 

El cuerpo nos encadena, pero más nos encadena, nuestras ideas rígidas y eso

es a cualquier edad.

 

Es verdad que podemos retrasar el envejecimiento, manteniendo una actitud

flexible, ya que en el cuerpo se reflejan todos nuestros estados mentales.

 

Se envejece con mayor rapidez con la rigidez en los pensamientos, la

inflexibilidad, la queja, la intolerancia, la desconfianza, el rechazo…

 

Dentro de esta escala entra la crítica, ese estado constante de juzgamiento,

exigencia de perfeccionismo, del reclamo y la desaprobación.

 

Siempre recuerdo cuando Soledad, mi maestra, aquella que me guió para

entender lo que realmente es practicar el Ho ́oponopono, me dijo:

 

“En Ho ́oponopono no se reclama, sólo se informa lo que se necesita”

 

Entendí entonces, que cuando reclamas, en primer lugar estás poniéndote en

la posición de víctima y luego estás disminuyendo o criticando la actuación de

la otra persona.

 

Cuando informas lo que necesitas, te estás comunicando desde tu ciento

por ciento de responsabilidad al mismo nivel con la otra persona y lejos de

criticarla le estás dando una oportunidad de hacer un servicio.

 

Qué simple y qué profundo ¿verdad?

 

La palabra “pono” en hawaiano significa tanto rectitud cuanto flexibilidad, es tan

claro y contundente, se puede ser recto y a la vez flexible.

 

Otro aspecto para trabajar, es el perfeccionismo, es sentir que nunca es

suficientemente bueno y eso no quiere decir que no tratemos de mejorar cada

vez más, somos seres humanos perfectamente imperfectos,

y es tratando de mejorarnos a nosotros mismos que avanzamos, pero ese es un

trabajo de humildad y no de exigencia imperativa.

 

Muchas veces esa exigencia comienza en la niñez, cuando entramos en la

competencia de las notas, de tener los primeros puestos de ser “los mejores”,

y continúa por el resto de nuestra vida.

 

Donde hay comparación, hay envidia y frustración, el entrenamiento radica en

la auto-aceptación y la aceptación.

 

La aceptación es el estado suave y armónico que nos aclara el camino, una

vez que hemos aceptado nuestros errores, nos aclaramos y continuamos el

avance en calmada reparación de esos errores, sin apremio, sin soberbia, sin

culpa, ni rabia.

 

Todo el secreto del Ho ́oponopono es no dejarnos llevar por la rabia, la culpa o

el miedo:

(…)puedo denunciar a aquel que ha cometido un delito con el más elemental

sentido de justicia, pero no tengo porque odiarlo,

(…)puedo divorciarme de mi pareja porque se acabó la relación… ya no nos

gustamos, pero no tengo porque hacerlo con rabia,

(…)puedo decirle a mi jefe que estoy en desacuerdo, pero no hay porque hacerlo

con miedo o con rabia,

(…)puedo dar un castigo a mi hijo para disciplinarlo, pero sin culpa y sin rabia.

 

Con esto quisiera explicarme: no me convierto en una persona sin opinión, y

sin gustos y aversiones, sino que lo hago desde mi estado más auténtico.

 

Porque cuando mezclo la rabia en cualquiera de mis relaciones personales, ya

no estoy siendo auténtica sino que estoy expresándome desde el desamor que

es todo lo que no soy.

 

Las memorias de violencia, rabia, carencia, siempre generan más de lo mismo,

en cambio cuando activo mis memorias de paciencia, tolerancia, clemencia y

constancia, me estoy expresando desde mi YO SOY.

 

Qué sucede entonces si descubro que hasta hoy día me había estado

expresando desde el desamor.

 

Que muchas de las memorias que tengo activas son las que me alejan del

amor.

 

Bueno , aplico el método que ya conozco: reconocer, aceptar y corregir,

entonces, lo primero será reconocerlas y aceptar que las memorias son mías y

que están activas y me generan sufrimiento y como no sé qué hacer: me derroto

(pero he aprendido que a lo que me resisto persiste y lo que acepto se transmuta).

 

Derrotarse es reconocer con humildad que yo no puedo cambiar ni transmutar

esas memorias, que sólo Dios puede hacerlo… entonces la dejo en Sus

manos. Y es allí en donde comienza la corrección.

 

Debo confesarte que me derroto una y otra vez ante mi soberbia, cada vez que

critico, hablo mal de alguien, aunque ese alguien sea un político o el servicio

deficiente de un comercio o el comportamiento de mi hijo.

 

Me derroto, ¡yo sola no puedo! la crítica me gana, entonces se la entrego a

Dios para que me muestre el camino, si no puedo decir nada bueno de mi

prójimo, mejor me callo, si hay algo en lo que no estoy de acuerdo puedo

expresar mi desacuerdo sin necesidad de pelearme, tanto si es una persona

conocida o el dependiente de una tienda.

 

Cuando uno comienza a corregirse, cada vez va teniendo mayor claridad y es

increíble cómo vamos distinguiéndo la rabia colándose por las “rendijas”, pero

al continuar corrigiéndonos, sucede algo sorprendente:

Las puertas se abren, lo que creíamos imposible sucede, y como diría Kafka:

“ el mundo cae rodando a tus pies”.

 

Es muy simple, si estamos en contínua queja y desconformidad internamente,

externamente sucede lo mismo, generamos más y más situaciones para

alimentar ese estado.

 

En cambio en estado de aceptación, es decir de no resistencia, la vida fluye

con flexibilidad y armonía

 

Para terminar me gustaría compartir esto contigo: hace unos días, cuando le

comentaba a mi esposo que estaba tratando de callarme en vez de criticar, el

me recordó una frase de Ernest Hemingway :

 “Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta años para aprender a

callar”.

 Bueno este año cumpliré los sesenta y dos, ¡ojalá y por fin aprenda!!

 Que tengamos paz mas allá de todo entendimiento.

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te

entrego mis cadenas mentales para que Tú las transmutes en luz de

libertad.

 Enséñame a ver lo bueno, decir lo bueno y hacer lo bueno.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


LAS CARENCIAS

La palabra carencia viene del latín, “ carentia” que significa “faltar”, es insuficiencia, es ausencia, es falta de…

 

Nosotros todos hemos sido creados en abundancia, todo en la naturaleza es

abundante, es en nuestro pensamiento que creamos el estado de carencia.

 

La carencia es en primer término un estado mental, que luego se manifiesta

en un estado físico, material o emocional.

 

Me gustaría contarte, que yo soy una observadora muy particular, para

algunas cosas muy distraída y para otras todo lo contrario, por ejemplo

siempre me ha gustado observar el cielo y todo lo que sucede en ese espacio,

el sol, la luna y las estrellas, tanto como toda la actividad de las aves, me

puedo detener horas y horas observándolas, no me canso nunca de observar

el mar y sus movimientos, las piedras me apasionan, cada piedra me cuenta

una historia, las recojo y las mantengo cerca… todo esto es parte de la

abundancia de la naturaleza.

 

Hace casi tres décadas que esa observación hacia lo externo se convirtió

también, en una observación interna, y junto con ella, se me dio la oportunidad

de trabajar ayudando a la recuperación humana, un trabajo diferente, leyendo

las memorias del cuerpo, liberándolas y devolviendo la armonía.

 

En esa actividad, la más beneficiada siempre fui y sigo siendo yo, el trabajo

que realizo con cada persona me muestra lo que está fallando en mí…

¡imagínate todo lo que he tenido que ir corrigiendo y todo lo que me falta por

corregir!

Yo misma me sorprendía por los buenos resultados de cada terapia, sabía

perfectamente que no era algo que yo hacía, sino más bien algo que sucedía

independientemente de mi voluntad y entonces me di cuenta que al dejarme

guiar sin resistencia, mi estado de entrega en esos momentos era total.

 

Aprendí a observarme a mi misma reflejada en cada persona que buscaba mi

ayuda, pude observar el comienzo y el desarrollo de cada caso y así concluir,

cómo es que, el camino lo vamos abriendo, desviando o cerrando nosotros

mismos.

 

Entendí que la carencia nace en el egoísmo y se manifiesta en:

“ el demandar”, ”el no dar” y en el “cómo dar”.

 

El egoísmo es separación, es sentirse separado del resto de la humanidad.

Poniendo mi atención siempre en “lo que yo no tengo”, “lo que yo deseo”, “lo

que los demás piensan de mí, cómo me miran, cómo me hablan”… yo, yo, yo…

 

Mientras más demandante es la persona, más carencias experimenta en su

realidad.

 

“Makia”, el segundo principio Huna, declara:

 

“Allí donde va mi atención, va mi energía”,

 

entonces si mi atención sólo está dirigida a lo que no tengo, o a una serie de

deseos y conceptos equivocados, son éstos los que crecerán alimentados por

mi misma.

 

Es decir, la carencia se fortalece.

 

También hay la otra forma de fomentar carencia, y es “el especialismo”, nos

creemos la historia de que somos especiales, mejores o peores que el resto y

nuevamente aparece allí la separación, me separo para compararme y en la

comparación aparece el pensamiento carente, porque me siento inferior, o el

pensamiento de ser especial, que aunque no lo creas: ¡ también es carencia!

 

Donde hay comparación hay carencia.

 

Cada uno de nosotros es único, no hay lugar a la comparación, pero a su vez,

somos parte de un todo.

 

“A veces creemos que somos una gota en el océano, pero sin ella, el

océano estaría incompleto”.   Madre Teresa de Calcuta

 

Ahora te das cuenta que la carencia es falta de amor.

 

El amor es la fuente de creación, cuando nos hablan de que estamos entrando

en una dimensión diferente, en la quinta dimensión, se trata de una dimensión

de amor en donde la creación es espontánea.

 

¿No te ha sucedido, que piensas en algo y sucede, o que deseas algo y alguien

sorpresivamente te lo da o te lo ofrece?

 

Esos son pequeños signos del cambio dimensional.

 

El amor crea la abundancia y la ausencia del mismo: la carencia.

 

Es la falta de amor la que fortalece a los activadores – bloqueadores de la

abundancia.

 

Siempre son nuestras memorias y creencias carentes, las mismas que son

activadas por las palabras que utilizamos en el día a día.

 

Cuando en los talleres de abundancia, hacemos la revisión de todas aquellas

palabras que utilizamos y que sin darnos cuenta están bloqueando nuestra

sintonía con esa vibración, quedamos sorprendidos, pero también dispuestos a

no seguir utilizándolas.

 

Sigamos… obsérvate cuánto estás dispuesto a dar, dar significa entregar sin

esperar nada a cambio, de lo contrario no estamos dando, estamos haciendo

un trueque o un negocio.

 

¿Cuánto das de tu tiempo, de tu amor, de tu esfuerzo, de tu fe…?

 

O por el contrario tienes arraigada la costumbre de quejarte o de utilizar frases

como “no tengo tiempo”, “no es posible”, “no tengo plata”, “ y a mí ¿quién me

da?”

 

O creencias que repites, activando tus bloqueos como: “lo bueno cuesta”, “la

plata no crece en los árboles”, “ver para creer”.

 

¡Que plena puede ser la vida y que agradable cuando finalmente corregimos

nuestras creencias de carencia!

 

Esto es también parte de los principios Huna y es “ Mana” el sexto principio

que dice:

 

“Todo poder viene de mi interior”

 

por consiguiente en mí, está la fuente de la abundancia.  

 

Como primer paso para sincronizarme con la abundancia, puedo observar

a partir de hoy las palabras que utilizo y evitar que ellas tengan el viso de la

carencia y tratar de mantenerme agradecida por todo en especial por el solo

hecho de existir.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de carencia para que Tú, las transmutes en luz.

Enséñame a dar, tanto como a recibir

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


Los estados de ánimo

Sé que lo que pienso genera en mí, lo que siento, los pensamientos que

se desarrollan en mi cabeza, me producen sensaciones y esos pensamientos

que tengo siempre están sustentados por mis memorias. Sólo puedo pensar en

lo que tengo almacenado en mi memoria.

 

Si mis pensamientos me están produciendo sentimientos desagradables y

éstos a su vez me mantienen en estado de ánimo negativo, es momento de

pensar en cambiar esta secuencia que nada bueno aporta a mi vida.

 

¿Qué es un estado de ánimo?

 

El estado de ánimo no llega a ser una situación emocional, no es algo

que podamos describir con precisión, es más bien una forma de estar o

permanecer, que puede ser pasajera o tener una larga duración.

 

Mi abuela Alejandrina tenía una forma de describir cuando estaba sintiéndose

disconforme sin saber por qué, ella me decía “hay hijita, es que no me hallo”.

 

Hoy cuando recuerdo esto, me doy cuenta de lo precisa que era su

descripción, se sentía perdida dentro de si misma, no hallarse, es no estar

conectada con tu verdadero ser, con tu YO SOY, estar a la deriva…

Los estados de ánimo se podrían comparar con las olas del mar, tienen una

variación constante, según los vientos y las mareas, pero en el fondo el mar

siempre se mantiene en calma. Eso vendría a ser la conexión con el YO SOY.

 

De la misma manera nuestros estados de ánimo pueden variar de acuerdo a

los acontecimientos, ya depende de nosotros, del conocimiento que tengamos

de nosotros mismos para mantener un estado de ánimo bien equilibrado.

 

No oscilar entre la euforia y la depresión, sino encontrarse siempre en el justo

medio, que vendría a ser la serenidad.

 

Nos referimos al estado de ánimo como el “humor”, “estoy de mal humor”,

podríamos decir, o “estoy de un excelente humor”…

 

“Según algunos psicólogos como Robert Thayer, el estado de ánimo es

una relación entre dos variables: energía y tensión. Según esta teoría, el

estado de ánimo fluctuaría entre un estado energético (de más cansado

a más activo) y un estado referido al grado de nerviosismo (entre más

calmado o más tenso), considerándose el mejor un estado calmado-

energético y el peor un estado tenso-cansado”   WordPress

 

Si observamos esta teoría, veremos que el estado calmado- energético es el

favorable.

 

La energía en Ho ́oponopono la tomamos de la respiración “Ha”, para los

hawaianos la energía que tomamos con la respiración se llama “Mana” y si

hacemos acopio de mana antes de la oración de entrega “te amo, gracias”, la

oración se potenciará tremendamente, pero también nos proveerá de mayor

energía.

 

Siguiendo con los estados de ánimo, podríamos decir que cada estado influye

en las cosas que hacemos y en la creatividad.

 

Cuando estamos en un estado de ánimo positivo estamos abiertos a la

inspiración y podemos ser muy creativos.

 

Podríamos decir que el uso de memorias negativas, nos genera pensamientos

negativos y éstos a su vez generan nuestros estados de ánimo.

 

La inspiración Divina llega a nosotros por los pequeños espacios vacíos, en

donde no hay una memoria.

 

La diferencia entre las memorias y la inspiración es que la inspiración es

siempre nueva y las memorias están gastadas, ya han sido usadas una y otra

vez.

 

Entonces cuando nos mantenemos entregando y limpiando memorias, cada vez

son más amplios los espacios que se liberan y dejan entrar a la inspiración, y

con ello nos mantenemos llenos de luz.

 

En ese estado no hay los cambios bruscos de estado de ánimo, que son muy

perjudiciales.

 

Nuestro estado de ánimo afecta a quienes nos rodean. Si convivimos con

alguna persona que tenga estado de ánimo inestable, lo podremos

comprobar. En todo caso esto también, es fruto de nuestras memorias.

 

Siempre es saludable y necesario tener en cuenta que sea lo que sea que está

en nuestra realidad primero es adentro y luego se manifiesta fuera de nosotros.

 

Un buen estado de ánimo, es el reflejo de un buen equilibrio emocional, físico y

espiritual.

 

El entrenamiento para cambiar nuestro estado de ánimo de negativo a positivo

es con el método que ya conocemos.

 

Reconocer, admitir y corregir.

 

Primero reconocemos que estamos experimentando un mal estado de ánimo.

 

Luego admitimos que ese estado es fruto de alguna memoria negativa

que hemos activado.

 

¿Qué memoria? difícil saberlo, ya que cada segundo estamos utilizando

quince millones de memorias diferentes.

 

Lo único que podemos comprobar es que si activo memorias negativas, mi

realidad se torna dolorosa.

 

Finalmente corregimos, y ¿cómo lo hacemos?, primero entregando: “ Dios mío

te entrego aquello que hay en mí, que está ocasionando este mal estado de

ánimo”.

 

Para terminar con un “Te amo, gracias”.

 

Si te das cuenta en ningún momento me he resistido, y es allí en donde radica

toda la eficacia del Ho ́oponopono, dice el principio:

 

“A lo que me resisto, persiste, lo que acepto se transmuta”.

 

En la aceptación y la gratitud se produce el cambio. El secreto más hermoso

que se nos ha mostrado, es que nada está equivocado y cada experiencia

tiene un” para qué” y ese “para qué” es el motor que nos empuja a ser cada

día mejores, es por eso que agradecemos, y cada vez que agradecemos

purificamos lo que sea que estamos viviendo.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todos mis pensamientos paralizantes y tormentosos, para que Tú, los transmutes en luz.

 Enséñame a mantenerme estable y creativa, orientada al servicio y la alegría.

 ¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo, Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


 

Si quieres ver todos los artículos anteriores, los encontrarás en www.hooponoponoperu.com

 

 

 

¿Infidelidad?

¿Cómo enfocar este tema?, haré lo posible por hacerlo desde los

principios del Ho ́oponopono…

 Cuando recién comenzaron a hacerse populares los reproductores de discos,

las palabras que se usaban para realzar una marca o modelo, eran:

 “Es de alta fidelidad” (HI-FI)

 Eso quería decir que el sonido que reproducían era muy parecido al sonido

real, era un sonido nítido, una reproducción acorde a la realidad.

 Entonces en esos términos musicales podríamos decir que nuestra vida

puede ser de “alta fidelidad”, cuando es un conjunto de notas que suenan en

hermosos arpegios y cuando podemos transmitir con nitidez, con verdad, esa

música de vida .

 Qué es la infidelidad entonces? una nota disonante? ¿un sonido estridente?

 Es así como se percibe la infidelidad, es algo contrario a la verdad, es como un

estruendo que resuena hasta lo más profundo de nuestro ser.

 Pero, ¿por qué ese sonido estridente sólo lo escuchamos cuando creemos

haber sido traicionados por alguien más?

 ¿Nos estremecemos igual, cuando somos infieles con nosotros mismos?

 Cuando nos sentimos traicionados es como el sonido de mil cristales

rompiéndose, y que cada partícula se alojara en algún lugar de nuestro cuerpo.

 ¿Y qué pasa cuando nos traicionamos a nosotros mismos?

 Cuando sabemos que estamos llevando nuestra vida por caminos peligrosos,

cuando los excesos se van apoderando de nosotros, cuando nos repetimos

“nunca más lo volveré a hacer” y luego caemos una vez más.

 Entonces nos llenamos de disculpas: es que me siento solo/a, es que

estoy muy tensa necesito divertirme…. al fin y al cabo no es tan grave…

 

Hay mucho de victimización, pero la verdad es que siempre tendremos en

nuestra realidad lo mismo que sucede en nuestro interior, nunca es afuera,

todo sucede primero por dentro.

Si tenemos activada la memoria de la traición, en algún momento nos tocará

experimentarlo, y al sentirnos traicionados, enfilamos todas nuestra armas “al

traidor”, al que no supo cumplir su palabra, al que cometió el error.

 

La infidelidad duele, ¡SI!

 

Quizá digamos: “me dolió en el alma”, pero no es cierto, el alma no duele, el

alma no sufre, siempre está en serenidad y armonía.

 Lo que duele , lo que se rompe es el Ego. Esa necesidad que tenemos de estar

en control, de ser reconocidos, apreciados, valorados.

 El alma no tiene necesidades, está siempre en paz.

 La traición y la infidelidad duelen porque nos arrepentimos de nuestra propia

ingenuidad, nos cuesta reconocer que perdimos el control que teníamos sobre

la otra persona, nos sentimos disminuidos, sin valor y lo que agrava mucho

más las cosas: nos sentimos CULPABLES.

 

En el fondo de nuestra mente nos sentimos que fallamos en algo, que no

fuimos suficientemente buenos, la verdad es que si hubo un error y fue el

haber activado mis memorias equivocadas, pero los errores se corrigen, las

culpas vuelven siempre sobre lo mismo sin encontrar nunca una solución.

 Para poder perdonar es necesario primero haberse perdonado uno mismo.

 Eso no quiere decir “borrón y cuenta nueva”, ¡NO!

 

Una traición deja una huella, ya sea porque deja -y siempre lo hace- una

enseñanza, o porque deja una cicatriz muy marcada, en ambos casos,

podemos aprender a utilizar la enseñanza para avanzar y la cicatriz como

referencia de aquello que no queremos repetir.

 Cuando la infidelidad es dentro de una relación sentimental, tomar el ciento por

ciento de responsabilidad, sería reconocer, que fuimos nosotros y nadie más

quienes elegimos esa pareja y cuando lo hicimos, lo hicimos “sabiendo” quién

y cómo era.

 Recuerda: sólo repetimos lo que conocemos.

 

Luego será necesario preguntarnos ¿puedo perdonarme y perdonar?, ¿puedo

utilizar esta experiencia como una lección en mi vida?, ¿estoy dispuesta a

tratarlo con mi pareja sincera y abiertamente? si es así : comienzo con un

nuevo enfoque, entregando memorias y corrigiendo errores.

 Pero de ninguna manera me condeno y condeno a los demás a vivir en una

vida llena de reproches sosteniendo el error como arma de ataque y defensa.

 

Si se trata de una deslealtad entre amigos o socios, lo primero como siempre

es tomar el ciento por ciento de responsabilidad, perdonarme y si lo hago

sinceramente, en automático habré perdonado, sigo trabajando en entregar

la memoria con la que hemos repetido algo que ya conocíamos, y si somos

coherentes, la separación o la restauración de la amistad se dará de manera

espontánea.

 

La rabia en ninguno de los casos es saludable.

 Culpar, odiar, resentir, es como tomar una taza de veneno y esperar que el

otro se muera.

 ¡Es ilógico! Sólo me hago daño a mí misma.

 

Tanto la deslealtad como la infidelidad son el incumplimiento de un

compromiso, ya sea legal, moral, o amoroso.

 Y la constante en ambos casos, es que se hace en secreto, en algún lugar

oculto a la luz de verdad.

 Muchas veces cuando nuestras memorias negativas en este campo están

muy fortalecidas, será necesario paralelamente a la entrega constante, la

instalación de memorias de lealtad, y fidelidad de manera mecánica, ya que

la forma natural está demasiada arraigada y tomará un tiempo en culminar su

transmutación.

 

Eso quiere decir entrenarnos para ser veraces, sinceros y coherentes con

nosotros mismos. Allí radica la base para toda relación, en la relación conmigo

misma.

 Yo sé que este tema es delicado, he recibido muchos correos que me

preguntan por este tema en particular, y creo que ha sido bueno tratarlo desde

su esencia y con un enfoque que tal vez no le habíamos dado, para así, poder

liberarnos y optar ( siempre por propia elección) por una vida llena de

paz.

 Nuestro libre albedrío siempre está en funcionamiento, y ser feliz, vivir en paz

es una elección.

 

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.

 

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de deslealtad e infidelidad para Tú, las transmutes en luz.

 Guíame hacia el amor, la gratitud y el perdón

.¡Y así se ha hecho!

 Lo siento, por favor perdóname

 Te amo,

 Gracias

 Ana Maria


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”