Las raíces mantienen al árbol firme en la tierra, las raíces que cada uno de nosotros, echa sobre la tierra que pisamos, nos mantienen firmes y con un sentido saludable de pertenencia.
Hacen muchos años conocí la importancia del arraigo, de esa sensación de pertenecer a un lugar, y en todo este tiempo he aprendido más, sobre los diferentes tipos de arraigo.
El primer arraigo que es bueno cultivar es el sentido de pertenencia a la existencia misma: a Dios.
Dice el libo “Un Curso en Milagros”, que el pecado original, no es otra cosa que creer que fuimos separados de Dios, ese sentimiento de desarraigo es lo que nos hace creer que estamos solos y es la raíz del miedo.
Luego, desde pequeños nos enseñan que pertenecemos a un país, y es bueno amar la tierra donde hemos nacido, pero todos nosotros hemos nacido en la misma tierra, en este planeta que es la matriz de todo lo que conocemos.
La divisiones territoriales son líneas imaginarias y muchas veces nos llevan a la separación.
Por alguna razón que desconozco y agradezco, he experimentado el compartir con diversas culturas y en diferentes países, y te puedo decir que todos los seres humanos, pertenecemos a la misma raza, a la raza de la humanidad.
Eso no quiere decir que las raíces en el suelo que nacimos, no sean importantes, ya que siempre serán nuestra referencia, pero así como un árbol tiene una raíz principal y otras secundarias, nuestra raíz principal se nutrirá mejor, si se hunde hasta lo más profundo en el terreno espiritual.
Mantendremos siempre una conexión con el lugar donde hemos nacido, pero es importante echar raíces estables en el lugar donde vivimos.
Eso seria la mejor practica de vivir en el presente.
Agradezco, acá y ahora, este espacio que me regala la tierra, lo bendigo y trabajo por el.
Si estamos viviendo fuera del lugar en donde nacimos, es porque allí nos corresponde estar, he conocido personas que no terminan de aceptar este hecho y pierden la gran oportunidad de disfrutar su nuevo hogar con lamentaciones y añoranzas.
Podemos guardar un sentimiento de gratitud y amor patriótico que no tendría porqué ser excluyente.
La enseñanza del Ho´oponopono, también se puede aplicar sobre este tema:
El primer principio Huna dice: “El mundo es lo que tu piensas que es”
Este principio se explica con esta anécdota:
Es la historia de un forastero que llega a un pueblo con intención de quedarse a vivir allí. Y pregunta a un sabio sentado a la entrada del pueblo:
Forastero: (al maestro) ¿Cómo es la gente de este pueblo?
Maestro: ¿Cómo es la gente del lugar de dónde vienes?
Forastero: Oh, son mentirosos, estafadores y dañinos
Maestro: Exactamente así son este pueblo
El forastero se va y al rato llega otro y formula la misma
pregunta:
Otro forastero: ¿Cómo es la gente aquí?
Maestro: ¿Cómo es la gente del lugar de dónde vienes?
Otro forastero: Ah, son amables, serviciales y corteses
Exactamente así son este pueblo (contesta el maestro)
El discípulo que acompaña al maestro se sorprende y el Maestro responde, siempre hallarás lo mismo que hay en tu corazón.
Otro principio dice:“No existen limites, la separación es solo una ilusión”
Todos estamos conectados por una sola existencia, en esta época que nos toca vivir, cada vez mas esa sensación de conexión esta presente.
Has pensado como la red de internet nos ha acercado a todos, de una forma que no fue conocida hasta hoy, esa red hace que este mensaje que recibes, también ha sido recibido por mil personas más, al mismo tiempo, tan solo con un pequeño clic.
Bueno la red de la existencia, no necesita ni siquiera de ese pequeño clic, estamos sumergidos en ella y somos parte de ella, entonces ¿dónde está la separación?
También podemos aplicar este otro principio Huna: “Allí donde va mi atención, va mi energía”
Aplicar este principio al tema del arraigo es fácil, si mi atención va a las diferencias entre lugares y culturas, estas se harán más grandes, si me enfoco en las coincidencias y lo positivo, esto también crecerá.
El arraigo es importante, y si hasta hoy no habías pensado es este tema, hoy es un buen momento para hacerlo.
Terminaré con una de las enseñanzas más hermosas de mi amado Maestro
…No odien a nadie. Nunca critiquen la acción de nadie, ni le critiquen en razón de casta, raza, género, religión o comunidad. Hay una sola casta, la casta de la humanidad. Hay una sola religión, la religión del amor. Hay un solo idioma, el idioma del corazón….Sai Baba
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego mis raíces para que tu las nutras con tu amor y las llenes de luz.
Enséñame a tener, el sentido más puro y amoroso de pertenencia y de unidad.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana María
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”