Conduciendo en la Ciudad

Hoy he decidido no hacer mas comentarios negativos sobre el transito, como tu también lo habrás notado, es el comentario obligado en cada reunión y lo único que hacemos al repetirlo una y otra vez es  fortalecer y acrecentar el problema.

“Allí donde va mi atención, va mi energía”

Hoy he decidido agradecer por tener una movilidad propia, y si no la tuviera agradecería por poder movilizarme de un lugar a otro.

Manejar en la ciudad es como conducir nuestra vida, ¿cuantas veces nos enfocamos solo en lo negativo?

Nos quejamos por todo, nada es suficiente y la critica está a flor de piel.

Cuando algo me incomoda, he aprendido a preguntarme. ¿ que hay dentro de mi que estoy viviendo esto como algo negativo?, porque si el trafico,  tanto como  la bulla que hacen mis nietos, el comportamiento de mis hijos o los comentarios de mi marido me molestan, es porque el problema no esta afuera. Esta dentro de mi.

El conflicto siempre está en  mi interior.

Entonces hoy decidí que habrá gratitud en vez de critica. Gracias por el sol, gracias por la bulla, gracias por las flores, gracias por equivocarme, gracias por pensar, gracias por darme cuenta:

¡ GRACIAS POR VIVIR ¡

Acá,  a continuación va  un link, se trata de un dibujo animado muy antiguo de Walt Disney, “Goofy al volante”.

http://www.youtube.com/watch?v=dX94usHYYqw

Lo recordé hoy,  cuando después de haber hecho mis oraciones de la mañana, salí muy relajada y espiritual, para encontrarme con las calles por donde paso normalmente, totalmente congestionadas, la hora pasaba y se me hacia tarde para reunirme con una amiga para tomar un café, ¡y de pronto!, la gordita pacifica y espiritual,  se convirtió en una guerrera vikinga que quería bajarse del carro y cortar cabezas.

En ese momento pude VER,  me  detuve para hacerme  la pregunta de rigor ¿qué está pasando en mí, que estoy viviendo esta situación?.

 La sola pregunta y el tomar la responsabilidad me volvió a la calma.

 ¡Estaba con pataleta!, porque las cosas no salieron como yo quería. Volví a tener tres años y me comporté,  intolerante y demandante.

Fueron   dos minutos,  no más, pero fueron suficiente para recordarme que no deseo vivir en ese estado nunca más. 

 Gracias a esta herramienta maravillosa del ho´oponopono y la disciplina de tanto tiempo: me perdoné, y retomé la serenidad. Llegué diez minutos mas tarde pero muy contenta conmigo misma.

Mi cuello estaba relajado, sentía mi corazón henchido de alegría y disfruté la reunión al máximo.

No hay mejor estado, que el de la gratitud, la serenidad y el contento. Y  eso solo depende de mi elección.

Puedo elegir engancharme en la inmadurez o tomar el camino de la tranquilidad. Los dos caminos están disponibles y solo depende de mi decisión.

No  le puedo cargar a nadie,  ni a nada por mi  estado de animo.

Yo decido molestarme, resentirme, competir o quejarme, entonces viviré con lo que yo escoja.

No puedo dejar de pensar, pero si puedo cambiar el contenido de mis pensamientos.

Pero: ¿ cómo es que llegamos a vivir en  paz?.

El primer paso a una vida en paz, es la aceptación. Aceptar que las cosas no saldrán como yo quiero, pueden salir mejores, peores o simplemente diferentes.

Aceptar que habrán situaciones con las que yo sola no podré lidiar, es entonces, (y siempre) que recuerdo que tengo un socio vitalicio y todopoderoso, es aquel que mantiene la tierra dando vueltas, el sol suspendido en el firmamento y el día y la noche sucediendo desde siempre.

¿Porqué,  si  El puede hacer todo eso, no va poder con mi pequeño, domestico e insignificante problema?

Acá viene el segundo paso; La entrega

Entrego lo que sea que me esta molestando a este poder, energía, orden, universo, Divinidad: EL

Esta sensibilidad con algo superior a mí, es cuestión de sintonía. Si igualo mi frecuencia interna con la frecuencia de Lo Superior, allí está, allí lo veo , lo escucho, lo conozco.

Hasta el día que entienda,  que El es mi energía vital y eso me hace invencible.

”El agua no horada la piedra por su peso, sino por su constancia” GB

 

Se lo entrego todo a El y me relajo, ya está en buenas manos, por eso cuando termino diciendo ¡Y así se ha hecho!
, estoy diciendo ya esta en tus manos a mi ahora me corresponde seguir con la acción, el resultado siempre es y será tuyo.

Hay algo que es muy importante; en el universo existe la ley de causa y efecto, a una acción corresponde una reacción igual y de sentido contrario: Karma

Pero esta ley no funciona cuando la entrega ha sido verdadera, ya no acumulo karma, porque ¿recuerdas?; Ya no soy yo, el hacedor es EL.

 

Gracias por permitirme compartir contigo estas experiencias, gracias por haber aprendido a observarme y contrastarme. Gracias.

Nada es tan importante que merezca perder la serenidad.

Divino Creador, Padre, Madre, hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias de urgencia, apuro y descontrol,  para que Tú las transmutes en luz..

Que la serenidad este presente a cada momento en mi vida

¡Y así se ha hecho!

Lo siento, por favor perdóname

Te amo, 
Gracias


 

Ana María
 


Aloha  Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”


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