Las lecciones nunca dejan de presentarse, este mes yo había planeado viajar nuevamente a Hawaii para asistir al mismo seminario que fui el año pasado, nuestra inscripción, la de mi esposo y la mía, ya estaban pagadas y las circunstancias no se dieron para asistir. Cuando se repite el seminario solo es necesario estar presente la primera vez, todas las veces siguientes se puede hacer virtualmente. Pero de todas formas yo quería estar presente.
Cuando le escribi a mi instructora hawaiana para avisarle que no asistiría, me respondió: “nosotros nunca sabremos el porqué se dan o no se dan las cosas, lo único de lo que podemos estar seguros, es que todo es perfecto”
Bueno la aceptación es la base del Ho´oponopono y mi vida se desarrolla dentro de esa aceptación
Por lo tanto, reprogramé los talleres y sigo adelante, este camino está lleno de sorpresas. Veamos que viene…
El Ho´oponopono cada vez toca a mas personas, cuando compruebo en cada taller, que los asistentes que llegan son más y más. De diversos países y regiones, edades y ocupaciones, creencias y religiones, etc.
Me doy cuenta que verdaderamente estamos comenzando a vivir la era del amor.
Ese amor que nos insta a buscar, a sentir que avanzamos, que crecemos y que estamos realizando aquello para lo que fuimos creados: Para realizar nuestra divinidad.
Si, fuimos dotados de este cuerpo humano para vivir la experiencia física y dentro de esa experiencia descubrir que somos una parte de Dios, que somos seres espirituales viviendo una experiencia material.
En el mes que pasó tuvimos experiencias muy gratificantes durante los talleres de sanación del Niño Interior, ocurrieron algunas sanaciones espontaneas que, cuando las personas que las experimentaron deseen compartirlas, yo estaré encanta de publicarlas en la web, y si no es así, respetaré su decisión.
Yo no dejo de sorprenderme con aquello que se produce luego de haber hecho la meditación y el contacto con el Niño Interior, todo el ambiente queda saturado de una energía tan reconfortante que no la puedo llamar de otra forma que no sea PAZ.
Decido vivir octubre en armonía, comenzando por la aceptación y eso significa aceptar que las cosas no tienen porque salir como yo quiero, serán como más me conviene, aun si yo no me doy cuenta, ¡es así!.
Siguiendo a la aceptación viene la entrega, una vez que acepte que sea lo que sea que estoy experimentando, es la repetición de una memoria mía, entonces puedo entregar aquello a la Divinidad para que sea transmutado.
En Ho´oponopono no se pide, se entrega. La diferencia es grande, pido desde la necesidad y entrego desde la fe y la confianza, es por eso que hasta la necesidad misma puede ser entregada y deja de serlo. Ya que, en manos de Dios se transmuta en luz.
Para terminar quiero compartir contigo una antigua oración que he repetido durante años en cada lugar en donde he vivido y si bien es cierto no se trata de una oración de ho´oponopono es casi como si lo fuera.
Estoy segura que te conmoverá y te provocará incluirla dentro de tus oraciones.
PLEGARIA DE CONSAGRACION DEL HOGAR Y LA FAMILIA A LA MADRE UNIVERSAL DE TODAS LAS RAZAS Y LAS RELIGIONES
-Oh, Madre Universal, bendice nuestra casa para que sea el hogar del amor, de la paz, de la armonía, de la comunicación y de la vida.
-Bendice la puerta abierta, como dos brazos extendidos que le dan la bienvenida a toda persona que llegue en nombre de Dios
-Bendice las ventanas que dejan entrar el sol a raudales cada mañana proporcionandonos salud y alegría y por donde se asoman las estrellas cada noche, que son luces de esperanza y fe en el amanecer que viene.
-Bendice los muros que nos defienden del viento y del frío, nuestros amigos en las horas que pasan y mudos testigos de toda vivencia.
-Bendice nuestra mesa y los alimentos que ella ponemos, los sitios de trabajo para que nos ayudes y el lugar de reposo para que nos guardes de todo mal y peligro.
-Bendice el techo que nos cobija en los afanes de hoy y en los sueños de mañana y que guarde siempre entre los vivos la memoria sagrada de los que se han ido a la paz del Señor.
-Bendice a la Madre que es la luz de la casa, al Padre que es la fuerza y el aliento. Benditos sean los hijos, vida y esperanza del hogar.
-Bendita sea toda nuestra familia y gracias por las horas que disfrutamos junto a ellos nuestros seres queridos.
-Bendice nuestros pensamientos para que sean puros, nuestras palabras para que sean rectas y precisas, nuestros actos e intenciones para que ellos nos conduzcan a ti
-Bendice nuestras horas de paz y silencio, para que así fortalezcamos nuestro Espíritu en armonía con nosotros mismos y a nuestro alrededor.
-Bendice nuestros dolores y nuestras alegrías porque son parte de la vida y el eje familiar
-Bendice nuestros sentimientos, la ternura, el amor y los anhelos con la mente limpia y el corazón puro que florecen en nuestras vidas.
-Bendice a nuestros amigos y enemigos, a nuestros semejantes y a cuanto ser viviente, animado o inanimado, nacido o por nacer sobre la faz de este planeta Tierra, así como la armonía y la vida en el universo.
¡Oh Madre Universal, Madre Cósmica, quédate con nosotros bajo nuestro techo y en nuestras vidas!
Infinitas gracias te damos por escucharnos y acceder a tu gracia
Lo siento, por favor perdóname
Te amo
Gracias
Ana Maria