La Manipulación

A las personas manipuladoras las recreo o reflejo, en  distintas circunstancias de mi  vida. Hay manipuladores en el trabajo, entre mis  jefes o compañeros de oficina, entre mis  amistades y sobre todo en mi familia.

Esto será una realidad ¡siempre y cuando yo está en la misma frecuencia!

La regla básica es: “ Sólo puedo ser manipulada, si yo aún me mantengo en el círculo de la manipulación”.

La manipulación es una mezcla de victimización, rabia y culpa por ambas partes, manipulador y manipulado. Es todo lo contrario  a la responsabilidad.

Es un circulo vicioso que se alimenta a sí mismo, somos manipulados porque estamos en la misma frecuencia, entonces al darnos cuenta de haber sido manipulados, no sentimos engañados y entramos nuevamente en la victimización.

La manipulación también se trata de CONTROL, mantener a las personas pendientes de mi salud, de mis cambios de humor y de mis quejas.

Cuando nuestra frecuencia esté en la responsabilidad sabremos reconocer cuando es necesidad verdadera y cuando no.

Cuando  tomamos el cien por ciento de la responsabilidad, nos es natural la  compasión, que es ese sentimiento de amor puro que me hace sentirme una con el otro, su alegría es mi alegría y su dolor es el mío, entonces tiendo mi mano como si me la diera a mi misma y ayudo o acompaño. Allí solo hay amor verdadero y no cabe el engaño.

Los aspectos de la manipulación son tantos y tan variados que muchas veces no nos damos cuenta.

Lo que si puedo decir con absoluta sinceridad es que siempre que he sido manipulada, mi intensión tampoco era  de amor sincero. O conecte con mi culpa, o quise sacar algún provecho para mi y cometí un error de calculo.

Para entender esto seria bueno entender el mecanismo de las emociones.

Las emociones como la alegría, el dolor, la tristeza y la rabia, son autenticas y llegan a mi como si fuera un rayo caído del cielo, de forma vertical. Simplemente llegan y es natural y saludable vivenciarlas, y luego soltarlas.

 Cuando lo que llego a mi en forma vertical, yo lo convierto en horizontal y constante, sucede que:

 si la alegría se convierte en euforia, deja de serlo,

si el dolor se convierte en un motivo de queja constante, lo acreciento;

si la tristeza se convierte en pena, es como revolcarse en la baba de un caracol y no es otra cosa que culpa;

 y si la rabia se convierte en enojo, es neurosis.

Invariablemente las personas saludablemente responsables, cuando les toca vivir un momento de prueba, buscan salidas y soluciones.

Si no tengo trabajo, trato de hacer pequeñas actividades por la puedo recibir una remuneración, lavar carros, limpiar casas, pasear perros, etc. No hay limite a la creatividad cuando verdaderamente deseo trabajar, es mas,  muchos de los grandes inventos han surgido de la necesidad.

 Eso me recuerda mis tiempos de periodista, una vez entreviste a un pintor  peruano muy conocido que radica en Francia, él también es conocido por su afición a la cocina; cuando le pregunté como había comenzado esa afición me contesto; ”de la necesidad” Cuando solo tienes los mismos dos o tres ingredientes cada día, te vuelves creativo y varias su combinación.

 En cuanto a la enfermedad, si me dedico a quejarme y a relatar mis dolores y mis síntomas por todos los medios, no hago otra cosa que fortalecer esa misma enfermedad, ¿recuerdas? “ allí donde va mi atención, va mi energía”

La tristeza es otro tema. La pérdida de un ser querido, una separación, un fracaso, nos causan tristeza y es valido y saludable vivir un tiempo de  duelo, pero si pasa el tiempo y me establezco en la pena, ya es otra cosa, la “pena” es culpa, es el constante cuestionamiento,” si lo hubiera previsto”, “si no hubiera hecho esto o aquello”, etc., el termino “me da pena” esconde un “me siento culpable”, y cuando me preguntan “¿no te da pena?” inmediatamente lo traduzco en ¿no te sientes culpable?, la verdad:  ya no.

He cambiado la culpa por la responsabilidad y acepto mis errores y trabajo en corregirlos.

Finalmente la rabia:  puede ser que un hecho o una situación imprevista me cause rabia y en ese momento la experimento y después la suelto.

 Pero si se convierte en enojo constante, entro en la neurosis, será ese motor oculto que me empuja a criticarme y criticar, a agredirme y agredir, a hacer pataletas de adulto porque las cosas no salen como yo quiero, a deprimirme.

El ho´oponopono me ha liberado,  tomar el cien por ciento de responsabilidad es lo mejor que ha podido sucederme, porque al ser responsable de cualquier cosa que llega a mi vida estoy en la capacidad de cambiarlo.

 

Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo uno, te entrego mi tendencia a controlar y manipular para que tu la transmutes en luz de amor y compasión

¡Y así se ha hecho!

Lo siento, por favor perdóname

Te amo

Gracias

Ana María

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