No le a digas Dios cuán grande son tus problemas, diles a tus problemas ¡cuán grande es Dios!
¡Que inútil es la preocupación! Si utilizo la lógica y me pongo a pensar qué gano preocupándome, llegaré a la conclusión que ¡ nada gano!
Este es un estado emocional sin beneficios, pre-ocuparme es ocuparme con anticipación y de verdad es inútil. Nada soluciono y finalmente tampoco es real!!
Si me toca vivir un momento de prueba, lo único real, es que tendré que vivirlo. Finalmente y a estas alturas, ya entendí que sea lo que sea que aparece en mi vida es una memoria que se me muestra para ser limpiada.
De pronto, sucede que, estoy trabajando en limpiar memorias negativas y las cosas parecen ponerse muy complicadas y me pregunto ¿qué pasa?
Lo que pasa es que puedo estar soltando memorias de rabia, dolores físicos, miedos, tristeza, etc., y se me muestran porque están listas para ser limpiadas. Suelto la preocupación y dejo a Dios actuar.
Preocuparme es lo que hacía antes, entonces atraía más problemas. Alguna vez oí decir que nunca viene un problema sin que otros dos lo acompañen, o sea que vienen en tríos. Siempre y cuando, yo los vea como problemas y no como oportunidades para limpiar.
Hoy día sé que “a lo que me resisto, persiste, lo que acepto se transmuta”
Entonces entro en aceptación y me dispongo a vivir lo que sea que estoy creando y se inicia la limpieza. Tomar esta responsabilidad es evolución. Si veo la enseñanza que esta detrás de cada problema, probablemente nunca volverá a repetirse esa situación.
De verdad que esto es poner en práctica la ley del mínimo esfuerzo, ¡aceptar las cosas como son!
Morrnah Dijo: “Que siempre debemos de estar atentos, en que dirección fluye el agua e ir con la corriente.
Cuenta la leyenda que, Plutón el dios de las pruebas y las grandes lecciones, se enamoró de la princesa Perséfone. Cada vez que subía a la superficie, la contemplaba mientras dormía, escudado en la invisibilidad que le daba su casco. El, en la superficie era un ser oscuro y temible.
Plutón decide raptar a Perséfone cuando ella casualmente al estar recogiendo flores en su jardín, lo despoja de su casco y se encuentra cara a cara con esta visión terrorífica,! lanza un grito de desesperación, trata de escapar, se resiste!, pero Plutón no la suelta.
El, la sube en su carruaje y la conduce al submundo, en donde en contacto con la oscuridad se transforma en un ser luminoso y bellísimo y Perséfone lo acepta y se llena de tranquilidad, es entonces cuando se da cuenta que ha sido raptada por un Dios que la llenará de bendiciones y sabiduría.
Esta leyenda enseña que muchas veces nos resistimos a las pruebas que nos pone la vida y dejamos de ver la enseñanza que ellas traen. En el momento que nos derrotamos, llegan las bendiciones.
Aprender las lecciones de la vida, es vivirlas en paz, y hasta que no las vivimos así, éstas se repetirán una y otra vez.
El ho´oponopono me ha dado la herramienta de la entrega, ahora en lugar de preocuparme ¡BORRO!
Entonces se que la solución o la transmutación viene en camino.
El ho´oponopono es guía y protección, nunca sabré cuantas situaciones dejaron de manifestarse en mi vida gracias a la limpieza continua y ya no lo harán, ni para mi, ni para las personas que están en mi realidad.
La Divinidad, es la única que puede abrir ciertas puertas, es ella quien me coloca en lugar adecuado, en el momento perfecto, para eso es la herramienta de la entrega. Para permitir que Dios me traslade de un lugar a otro sin lastimarme.
“Hay que ser como los gatitos a la gata, cuando una gata quiere trasladar a sus gatitos, estos se sueltan como “trapitos” y la gata los traslada sin lastimarlos; en cambio cuando esa misma gata quiera atrapar una rata, ésta se resiste y la gata ¡la destroza!”
He tenido la creencia que todo hay que conseguirlo con lucha, sin embargo ahora sé que puedo llevar una vida fácil. Eso quiere decir que ¿dejé de actuar?, todo lo contrario, quizá hoy hago mas que nunca antes, pero mi accionar dejó de tener la connotación del esfuerzo, sino mas bien es entrega, feliz y voluntaria.
Hoy sé que soy un instrumento de Dios y doy lo mejor de mí, porque me siento utilizada por Sus amorosas y divinas manos.
Te deseo paz más allá de todo entendimiento
Ana María
LPDY