«La alegría y el amor son dos alas para las grandes acciones.» Goethe
La palabra alegría viene del latín alacer- alacris que significa estar vivo y animado.
Uno de las emociones mas naturales y bellas del ser humano es la alegría.
Solía confundir euforia con alegría, cuando era niña pensaba que hacer mucho alboroto era demostración de alegría.
El tiempo me enseño que la euforia lejos de ser saludable es desgastante, un momento de euforia en donde segregamos y consumimos adrenalina en cantidades, siempre es seguido por un bajón, el cuerpo demora en recuperar esa perdida excesiva.
Entonces no estaban completamente erradas las abuelas cuando decían:
“Si ríes mucho después vas a llorar”.
No era la risa lo que después traía el llanto, era la euforia la que era seguida de la falta de energía o depresión.
La alegría tanto como la serenidad son estados de baja expresión pero de alta luminosidad.
Mientras escribo esto ha venido a mi memoria, o mejor dicho, mi niño interior me ha recordado que en México tienen unos dulces tradicionales, que se llaman “Alegrías” y son hechos con unas pequeñas semillitas crocantes, burbujeantes y suavecitas, la primera vez que las vi pensé : ¡que justo nombre!, son tal y como es la alegría.
Cuando la relación entre los tres estados de consciencia es fluida y saludable , el estar alegre simplemente sucede, seguramente has escuchado la frase “ no hay santos tristes”, la santidad podría ser el equilibrio de las tres consciencias..
La alegría es el contento, el color, la música y el ritmo de la vida.
En algún taller hablamos sobre el esfuerzo y la connotación negativa que solemos darle. A veces con la palabra esfuerzo viene asociada la palabra sacrificio y con ella la victimización.
Esforzarse en el trabajo, esforzarnos en la crianza de nuestros hijos lejos de ser algo negativo es alegría.
En la acción esta la alegría, La alegría solo se puede sentir en el presente. HOY.
Lo puedo explicar mejor con este ejemplo simple, de pronto decido hacer una fiesta en mi casa, y voy haciendo los preparativos, compro flores, limpio y arreglo la casa, preparo la comida etc.
En todo ese esfuerzo he devenido alegría. ¿cierto?, quizá hay mas alegría en los preparativos que en la fiesta en sí.
He aprendido a reconocer que sea lo que sea que haga como servicio a “los demás” es para servirme a mi misma.
El juego de sacrifico y culpa lo jugué por mucho tiempo en mi vida.
Frases tan conocidas como “ si yo no lo hago, entonces quien lo hará”, “Yo que me sacrifique por ti…”, “te lo doy aunque no lo mereces” eran parte de mi vocabulario. Era el juego de hacer sentir culpable a otro para yo deshacerme de un poco de mi propia culpa.
Hoy sé, que si lo hago es por mi, si me esfuerzo es por mi, si doy es por mi. Cada acción de servicio que llevamos a cabo es simplemente para encontrar paz.
Podría ser que encuentre un ser desvalido en media calle, muriendo de hambre, el solo hecho de ver el sufrimiento de otro ser humano despierta en mi la compasión y la compasión es hacer mío el sentir ajeno, entonces doy abrigo, doy cobijo, alimento. Ver el alivio de aquel ser me dará paz.
Finalmente todo fue por tener paz yo.
Así como éste, podrías ponerte muchos ejemplos y siempre la respuesta final, es que hacemos lo que hacemos para hallar la paz.
Y donde hay paz hay alegría.
Tomar el cien por ciento de responsabilidad, es eso, saber que nada existe fuera de mi, que todo en mi realidad esta creado por mis memorias y si mis memorias son negativas, no podre tener alegría.
En el servicio esta la alegría, y cada vez que hago un servicio se que me estoy sirviendo a mí misma.
★Si yo tengo, razonablemente, pensamientos alegres y positivos, mi vida de hoy será feliz.
Si veo el lado bueno de los acontecimientos y de las personas, estaré alegre y tranquila.
Si acepto a cada uno como es, me alejaré de la ira y sufriré menos.
Si descubro en el antipático un reflejo de mis propias memorias, entonces sonreiré y me perdonaré.
Si el volcán de la ira iba a explotar por mi boca, respiraré hondo, y elegiré entregársela a Dios para ser transmutada y se apagará.
Si yo me acepto tal cual soy y procuro corregir mis faltas, ¡cuánto mejorarían mi carácter y mi hogar!
Si con los filósofos de Grecia, me convenzo de que las pruebas dan comprensión, fortaleza y paciencia, me enojaré menos.
Si yo dejo mi pasado en manos de Dios, estaré más tranquila.
Si yo confío mi futuro a la providencia divina, se acabará mi angustia.
La abeja saca miel de las flores; el alma puede sacar miel de las espinas. Pero esta fabricación está patentada en la aceptación.
(★ adaptación libre de los principios de Narciso Irala, “El misionero de la alegría”)
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te entrego todas aquellas memorias que me apartan de la alegría de existir para que Tú las transmutes en luz. Llena mi vida de contento, aceptación y paz.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te Amo
Gracias
Ana María