¡ Mi hermana me ofendió, mis hijos no me obedecen, mi jefe es injusto y autoritario y para colmo estoy mal con mi pareja!
“Pobrecita yo, todos me agreden”, esta es una conclusión común; pero no es cierta. La única constante en cada uno de esos conflictos, soy yo. Soy yo quien esta en conflicto y atraigo a mi realidad lo mismo que esta en desorden dentro de mi.
No es fácil llegar a esta conclusión porque es mas fácil victimizarse que asumir la responsabilidad.
La victimización es un mal habito que nos conviene dejar atrás.
Los antiguos practicantes del Ho’ oponopono, nos enseñan que la vida es una constante repetición de memorias, ellos le llamaban memorias a lo que ahora nosotros conocemos como código genético.
Sabemos que en este código genético traemos grabada la información de todo lo acontecido con la humanidad.
Es así como en el ho’ oponopono se explica que nosotros re- conocemos las cosas es decir que ya las conocíamos, por lo tanto cada ser humano es responsable de re-conocer la realidad que vive.
Estas memorias o códigos se activan con diferentes estímulos y traen situaciones a nuestra realidad.
Hoy quisiera referirme solo a una de las realidades que tu y yo vivimos cada día y que si re- conocemos nuestra responsabilidad en ella, estaremos capacitados en corregirla y traer mas paz a nuestra vida.
Se trata de los conflictos, todos y cada uno de los conflictos que experimentamos en nuestro día a día.
Es tan simple como re-conocer que si alguien me puso “el dedo en la llaga”, fue necesario que yo tuviera en primer lugar “la llaga”.
Esto quiere decir que cualquier conflicto que tenga , nace primero de un conflicto conmigo misma.
Siempre juzgo y catalogo a las personas desde mi interior, si yo estoy en paz, estaré rodeada de personas que están en mi misma frecuencia.
Yo se que no es fácil aceptar que siempre soy yo la del conflicto y no el otro. Y puedo tener mil argumentos para ponerme en el papel de victima.
En este momento quizá estés haciendo un recuento de las experiencias conflictivas que tienes en tu entorno, y pensar: “las cosas me pasan y la gente me ofende”.
En el ho’ oponopono no hay victimas y al no haberlas adquirimos una libertad sorprendente, cuando no hay victimización, no manipulamos y quien no manipula no puede ser manipulado ¡Maravilloso!
La manipulación implica culpa de ida y vuelta, al desaparecer la culpa actuamos desde nuestro corazón con empatía y compasión verdadera.
Hacemos aquello que verdaderamente queremos hacer sin estar coaccionados.
Para quienes practicamos el ho’ oponopono, solo hay una actitud responsable, es aceptar que todo nace de mi, de mis memorias activadas.
Eso me permite cambiar mi realidad, ¿no crees que eso es algo liberador?
Esta semana trabajare en asumir mi responsabilidad, me observare y buscaré que es lo que verdaderamente me está molestando, tratare de ser coherente y me liberare de las culpas
Y hecho esta’
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego mi falta de claridad para que me permitas ver lo que necesito limpiar en mí, y armonizarme y mejorar la realidad que me rodea.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana María
Aloha Ke Akua
Ana Maria, me alegra que haya vuelto a escribir, creo que tiene una forma especial de escribir sus articulos, siempre que los leo encuentro Paz y Tranquilidad. La sigo desde hace unos 2 años y no me pierdo sus comentarios cada mes, espero que sean constantes nuevamente porque son un verdadero oasis de sabiduria.
Gracias Luis Estos dos últimos años he estado sometida al «crisol del joyero Divino» pruebas de fuego, gracias al hoóponopono las he vivido mayormente en paz con pocas caídas, pero también he aprendido que nosotros no «hacemos» sino que se nos permite hacer. Los artículos son fruto de mi propio aprendizaje y mientras estuve en el «crisol» no fluían, Gracias a Dios volvieron, sigo compartiendo y me alegra que en algo ayuden
Mucha Paz
AM