SACRIFICIO sin VICTIMIZACIÓN

Durante nuestra vida nos encontraremos muchas veces con la necesidad o el
deseo de hacer un sacrificio. Esta palabra puede ser malinterpretada como
algo negativo sin embargo es una ofrenda de amor.

Sacrificio es una entrega con amor.

Para nada es algo que nos víctimice. En el lenguaje espiritual se habla mucho
del sacrificio, y uno de los sacrificios más conocidos está en el Génesis 22, y
es la historia cuando Abraham estuvo dispuesto a sacrificar a su propio hijo
cuando Dios se lo pidió.

Sacrificio es entrega sin victimización.

Si hay algo que aprendemos en Ho´oponopono es a tomar el cien por cien de
responsabilidad de nuestra vida. Tú y yo hacemos uso constante de nuestro
libre albedrío y cada acción que realizamos es producto de nuestra decisión.

Traemos con nosotros una completa información genética que hace que cada
parte de nuestro cuerpo funcione de manera constante, que nuestra sangre
lleve el oxígeno necesario a nuestro cerebro y que tengamos emociones y
sentimientos. A toda esta información genética los antiguas hawaianos le
llamaron “memorias” .

Hay memorias activas y memorias latentes. Las memorias activas son como
magnetos que atraen más de lo mismo.

Si mis memorias activas son en su mayoría negativas, memorias de violencia,
rabia, agresión, crítica, etc., entonces eso es lo que tendré en mi realidad.

Una forma muy fácil de observar qué memorias tengo activas, es observar mi
lenguaje, según lo que diga así estarán mis memorias activas y por supuesto
esa será mi realidad. Y cuando me refiero a mi lenguaje, es a mi lenguaje
interno también.
Es importante observar “Qué me digo”, porque allí es que comienza todo, si mi
lenguaje es de crítica y juzgamiento, primero me he criticado yo y me he
juzgado yo.

Y no nos confundamos, auto juzgamiento no es lo mismo que auto
observación, o autoindagación. Esto último es necesario para poder
contrastarnos y mejorarnos a nosotros mismos.

Pero volvamos al sacrificio, ¿tú crees que podrías hacer un verdadero sacrificio
si estás rabioso o frustrado?

La elección de cómo sentirnos es personal, yo elijo sentirme frustrado o debato
con mis memorias negativas y me doy cuenta que lo mejor es elegir por el bien
mayor.
“Quiero dormir, pero mi bebe tiene hambre, sacrifico mi sueño y lo alimento”.

Ese es el sacrificio, una entrega hecha con amor.

“Quiero ir a la reunión, pero mi trabajo está atrasado”, elijo trabajar y en esa
elección hay mucho amor, porque la responsabilidad es una expresión del
amor.

La victimización anula el sacrificio, porque la victimización es egoísmo, está
exenta de amor.

Una vez más quisiera recordar qué es el egoísmo: es la identificación con el
Ego. Y ¿qué es el ego? el ego es la identificación con el cuerpo y los sentidos,
es decir, creer que mi verdadero YO es mi cuerpo con sus cinco sentidos y sus
apegos.

Cuando en realidad mi verdadero YO es mucho más grande, YO SOY una
parte de Dios y hago uso de este cuerpo y sus sentidos para tener la
experiencia de vivir en este plano de existencia.

Puedo disfrutar esta experiencia plenamente, siempre y cuando me mueva
dentro de la rectitud y la rectitud es cuando mi pensamiento, mi palabra y mi
acción van en la misma dirección.

Volvamos una vez más al sacrificio…

Mi pensamiento auténtico siempre sabe lo que es correcto, si llevo mi acción y
mi palabra por el mismo camino, lo que obtengo es satisfacción.

Un sacrificio verdadero, nos llena de satisfacción.

Hace un tiempo, estaba atravesando una situación muy dolorosa y comencé a
orar, y en mi oración decía. “Dios mío aceptaré lo que tengas reservado para
mí”, hasta allí aparentemente era una buena oración, pero cuando observé mi
actitud me di cuenta que lo que estaba diciendo era falso, ya que estaba
resistiéndome al dolor y no sólo eso, ¡ estaba tratando de manipular a Dios con
actitud de falsa entrega!
¡Fue un momento de iluminación!

Pude verme y ver que mi palabra, mi pensamiento y mi acción estaban
desfasados y entonces me di cuenta que estaba resistiéndome al dolor y no
sabía cómo hacer…
Mi oración cambió así: Dios mío , te entrego este sufrimiento, no quisiera
estarlo viviendo pero lo acepto y estoy dispuesta a vivirlo”.

Fue liberador, aceptar sin resistir, entregar sin esperar.

Esa forma de entrega es el sacrificio.

Hoy te agradezco por permitirme compartir contigo mis reflexiones, hay un
largo camino por recorrer y es muy bello hacerlo contigo.

Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno. Te entrego todas mis memorias y tendencias a la victimización para que Tú, las transmutes en luz.

Enséñame a seguir en la misma línea con mi pensamiento, mi palabra y mi acción.

Y Asi se ha hecho


Lo siento, por favor perdóname
 


Te amo, Gracias



Ana Maria



Aloha Ke Akua



“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”
 


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