Después de muchos años de práctica espiritual, me era imposible llegar al estado de entrega. Mi ego se resistía y aunque podía entender en qué consistía la entrega, se me dificultaba ponerla en práctica,… hasta que llegó a mí, el ho´oponopono.
Algo que había estando intentando con gran esfuerzo, se hacía simple con sólo poner a funcionar la fuerza creadora de la palabra y a su vez estar en un constante estado de entrega.
Entender y poner en práctica la entrega es fundamental.
Muchas veces nos acercamos a diferentes disciplinas con la esperanza de solucionar los problemas de una forma casi mágica. Eso es irreal.
Cuando entendemos que en ho´oponopono no se pide sino que se entrega, habremos iniciado el verdadero camino para poder vivir con la aceptación que es: “que se haga Tu voluntad y no la mía”
Lo sorprendente es que cuando estamos en control, nos limitamos a ejecutar sólo lo que esta almacenado en nuestra memoria, es decir aquello que conocemos y que repetimos una y otra vez obteniendo siempre los mismos resultados.
Si estos resultados son favorables entonces nos quedamos satisfechos, sin percatarnos que quizá existen mejores resultados que no están dentro de nuestro marco de referencia: o sea nuestras memorias; cuando los resultados no nos agradan, seguimos intentando una y otra vez con los mismos instrumentos, ilusamente, esperando resultados diferentes.
Cuando asistí a mi primer taller de ho´oponopono, Soledad mi querida maestra quien compartía su conocimiento con nosotros, nos puso un ejemplo.
“Es la historia de un hombre que todos los dias se demoraba tres horas para llegar a su trabajo, viendo su fastidio, un amigo le sugiere que comience a hacer todo su esfuerzo para conseguir su propia movilidad para ir a trabajar. El hombre de la historia se empeña con todos los medios a su alcance y al cabo de un año consigue el carro, entonces ya no demora tres horas para llegar a su trabajo sino dos horas, tal vez si hubiera entregado su dificultad, se le hubiera presentado una solución diferente, como por ejemplo ¡conseguir un trabajo a pocas cuadras de su casa¡
Esta anécdota contiene la enseñanaza pura de lo que es la entrega. Entregar no es abandonar el esfuerzo, ni tampoco dejar nuestras metas.
Entregar es dejar de ser el “hacedor” para convertirte en el instrumento.
Es decir , seguir con nuestra actividad pero con la consciencia abierta a recibir nuevas probabilidades, ya que al haber entregado la situacion a la “mente Universal” que no tiene limites, las soluciones para esa mente universal son infinitas.
Nosotros con nuestra pequeña mente, sobre-poblada de memorias usadas y desgastadas, no permitimos que entre la luz de la inspiración que siempre es nueva, que viene directo de la mente universal, para recibir esa luz es necesario que estemos en capacidad de VERLA, OIRLA y PONERLA EN PRACTICA.
Si sólo estamos usando nuestras memorias viviremos eternamente atados a la repetición.
Cuando abrimos nuestra consciencia, dejamos que la inspiración oriente nuesro camino.
Lo curioso es que vivimos muchas experiencias de entrega en nuestra vida diaria. Nos dejamos conducir por el chofer del autobus sin dudar ni por un momento que tomará la ruta adecuada.
No embarcamos en un avión contentos y confiados que seremos conducidos a la ciudad correcta.
Vamos a un restaurant y comemos lo que se nos sirve sin haber controlado ni por un momento como se elaboraba el platillo.
Entonces no digamos que no sabemos entregarnos, !claro que lo hacemos¡
Pero entonces para qué, cuando se trata de Dios, la Divinidad, La mente universal o el Cosmos, queremos dirigir el camino.
No hay nada mas maravilloso que esa sensación de no estar solo, de estar siendo sostenido, acompañado, dirigido hacía lo que es mejor para uno mismo.
Cada vez que el temor o la duda tocan mi mente, repito “Te amo , gracias” y me embarco en el vagon de la entrega, tal vez tenga que hacerlo cien veces en un día, pero el resultado bien lo vale. Finalmente me encuentro en paz.
Comenzaré esta semana con más bríos en mi entrega, con más confianza, con más humildad, pero sobre todo con más aceptación
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como sólo Uno, Te entrego todas mis memorias de desconfianza y control para que Tú, las transmutes en luz.
Enséñame a aceptar y a reconocer la inspiración cuando este mostrándose ante mí.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”