“Las chispas que emanan del fuego no son diferentes de él ni
idénticas a él. Así también, el individuo, no es diferente de Dios
ni idéntico a Él…
(…)El individuo y Dios se vuelven idénticos sólo cuando se
alcanza la liberación. Hasta que alcanza el mar, el río
permanece como río, con diferente nombre y distinta forma.
Así también, el individuo, cuando se envuelve en la cubierta
física, los sentidos, la mente y los instrumentos de la
consciencia, no se funde en Dios, permanece separado”.
Sai Baba
Es cierto que tú y yo somos chispas divinas, gotas de Dios, pero
también es cierto que hasta que no lo realicemos verdaderamente,
hasta que no vivamos coherentes a esa verdad, tendremos la
sensación de estar separados, y en ese estado es que buscaremos
la forma de llegar a la Unidad.
Para llegar a este estado de Unidad, será necesario dejar muchas
de las formas y costumbres comunes en la sociedad.
Siempre hemos escuchado hablar de la presión social, y muchas
veces nos comportamos al ritmo del “qué dirán?”, o repetimos el
“¿qué tiene de malo, si todos lo hacen?”, cuántas veces nuestra
conducta está condicionada a estar con la mayoría , aunque esa
mayoría sea totalmente impersonal, ya que muchas veces las
masas se mueven por el miedo y cuando somos movidos por el
miedo, cada persona sólo piensa en defenderse a sí misma y para
nada en ayudar a otros.
¿Nos atreveremos a ser diferentes?
Ser diferente es ser coherente, que mi pensamiento, mi palabra y mi
acción vayan en la misma dirección.
Es cierto que todos somos emanaciones divinas, pero como dice el
encabezado, hasta que el río no llegue a ser uno con el mar,
seguirá siendo tan sólo un río.
Nosotros, mientras nuestra consciencia individual no se una a la
consciencia universal, seguiremos siendo “individuos”.
El primer paso para poder unirnos a esa consciencia universal es
atrevernos a ser diferentes. Dejar de seguir a las masas, dejar de
ser esclavos de la moda, del qué dirán, dejar de tener miedo a los
que también están asustados, enfrentarnos cara con nosotros
mismos y aceptarnos, toda transformación comienza con la
aceptación.
Cuando era muy joven un día leí un artículo del escritor peruano
Julio Ramón Ribeyro, en donde relataba que estando en una de las
entradas al metro de París, había observado que todas las
chicas se vestían igual, y su comentario era que estas chicas en su
afán por seguir la moda y hacerse notar por ello, conseguían todo
lo contrario, se transformaban en un ejército de uniformados!
Si el mundo va en una carrera loca de buscar lo sensual, de
alimentar los sentidos que son insaciables, tú y yo podemos
detenernos y avanzar en otro sentido, buscando la unión con el
espíritu, que es lo único que nos da verdadera saciedad.
¿Tienes miedo a ser diferente, que los demás digan de ti que eres
raro o rara? ¿Tienes amistades que realmente no te agradan?,
¿Haces cosas con la que no estás de acuerdo? ¿Invitas a quienes
deseas demostrarles lo que tienes?
O te relajas siendo auténticamente tú, con un grupo limitado de
amigos o familiares que hacen lo mismo, fluyen con sinceridad y en
paz.
El noventa y cinco por ciento de la sociedad transita por el sendero del
miedo, le temen al silencio, a dejar de pensar, dejar de hablar, dejar
de llenar su intelecto con información y más información.
Podemos tener una inteligencia racional privilegiada, pero si no
tenemos inteligencia emocional, no podremos abrir el sendero que
nos conduzca hacia una vida en armonía física y espiritual, es decir
una vida en paz.
Para ti y para mi será bueno pertenecer al cinco por ciento que ha
trascendido el miedo y vive en paz.
No le temas a ser diferente, como dice la enseñanza Huna, que es
la Madre del Ho´oponopono, si lo que estás haciendo te da paz:
¡Quédate allí!
Pero si por el contrario lo que haces o con quien andas te alejan de
sentirte en paz ¿Qué haces allí?
Ten el valor de ser diferente en el buen sentido de la palabra, es
decir no ser una persona estrafalaria que por miedo trata de llamar
la atención, sino todo lo contrario, una persona de perfil bajo,
constante , armónica, sin aspavientos, ni escándalos, simplemente
una persona en paz.
Nadie te obliga a seguir la corriente del mundo sensorial, pero tú
si puedes por decisión propia seguir tu propia corriente interna y
moverte en coherencia con tu Ser, y cuando menos pienses la gota
se convertirá en el río y el río irá directamente al mar en donde la
Unidad prevalece.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo
Uno. Te entrego todas mis memorias de miedo y separación
para que Tú, las transmutes en luz.
Enséñame a dirigirme hacia Ti, que todos mis ríos busquen tu
Mar.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”