Son los nombres japoneses de los tres monos sabios —Mizaru,
Kikazaru, Iwazaru— significan «No ver el Mal, no escuchar el
Mal y no decir el Mal»; la historia de estos monitos tuvo su
origen en la traducción del código moral chino del santai, la
filosofía que promulgaba el uso de esos tres sentidos en la
observación cercana del mundo y el mantenimiento de la paz.
En Ho’oponopono aprendemos a no criticar y no juzgar, es el inicio
de una vida en paz, es una disciplina que cuesta mucho aprender
porque somos rápidos en la defensa antes de ser atacados.
Pero, ¿quién nos podría atacar?, No será que nos sentimos
culpables y disminuidos por eso creemos que tenemos que estar
alertas al ataque.
Detrás de una persona agresiva, se esconde un ser temeroso y culpable es por eso que lo mejor es observarnos, en que aspectos de nuestra vida respondemos agresivamente y ver qué es lo que en
realidad nos activa nuestras memorias de culpa.
Algo muy interesante para observar en los tres monos sabios de la
tradición japonesa, es cómo describen la actitud de ese pueblo
maravilloso.
En los últimos desastres naturales que arrasaron gran parte de su
territorio, ellos lejos de detenerse a lamentar por la destrucción,
pusieron su mirada en lo bueno, en la reconstrucción y en poco
tiempo volvieron a edificar y mejorar.
Cada uno de nosotros ha pasado por “desastres naturales
personales”, ya sea por una gran pérdida o un fracaso, y la actitud
correcta es levantarse poniendo nuestra atención en lo bueno y
seguir adelante.
La enseñanza huna que dice:
“ allí donde va mi atención, va mi energía”
Si se trata de enfermedad, no es bueno describir una y otra vez mis
síntomas, lamentándome y dándoles vida, sino que me enfoco en
el tratamiento con fe.
Si son problemas familiares, hijos con problemas, relaciones
conflictivas, me enfocaré primero en agradecer que mis seres
queridos estén vivos y tienen la oportunidad de levantarse y
corregir, si por el contrario se trata de una pérdida, es natural pasar
una etapa de duelo, pero también aceptar que lo que ya no está
entre nosotros es su cuerpo, ya que somos seres eternos, y aunque
no podamos verlos físicamente, estamos coexistiendo con todos
ellos.
Cuando no vemos lo malo, no oímos lo malo y no decimos lo malo,
comenzamos a ver lo bueno, oír lo bueno y a decir y hacer lo
bueno.
Hoy hay una orientación muy marcada a buscar los alimentos
naturales, orgánicos, que no contengan contaminantes ni químicos.
Es bueno esto, pero es aún mejor que comprendamos qué alimentos son en primer lugar nuestros pensamientos, y si estos pensamientos son el producto no sólo de lo que comemos, sino también de todo aquello que entra por nuestros sentidos.
Descartar la contaminación en los alimentos, es bueno, pero es
mejor aún descartar nuestros pensamientos de rabia y de crítica.
“Pono”, significa en hawaiano rectitud, pero también significa
flexibilidad, un buen ejemplo de esto sería el acero que es recto
resistente y flexible, y es de allí que obtenemos su gran utilidad.
La base del Ho´oponopono es la aceptación, todo se acepta bajo el
concepto de que:
“a todo lo que me resisto, persiste, lo que acepto se transmuta”.
De allí la compatibilidad de la rectitud con la flexibilidad.
La crítica es un rechazo, y lo es: no a lo que otra persona haga o
diga, es un rechazo a aceptar que ¡basta que yo pueda reconocerlo
para que yo lo tenga!
Sólo criticamos o rechazamos aquello que no hemos podido
superar en nosotros mismos.
Entonces será mejor comenzar a seleccionar lo que vemos,
decimos o escuchamos y de esa manera no activaremos memorias
negativas.
Que tengamos paz, más allá de todo entendimiento.
Divino Creador, Padre, Madre, Hijo, los tres unidos como solo
Uno. Te entrego todas mis memorias de crítica y juzgamiento
para que Tú, las transmutes en luz.
Enséñame a aceptar que todo aquello que puedo reconocer es
porque está primero en mí, y con esa aceptación entregártelo
todo a Tí.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”