En un cuadro en la pared del comedor del ashram (comunidad espiritual) en donde vivía cada vez que iba a la India, decía:
“Antes de hablar, piensa:
Si es necesario,
Si es Verdad,
Si es amable,
Si no hiere a nadie,
Sólo así mejorarás en la disciplina del silencio”
En los últimos días he recordado mucho esta enseñanza, porque he estado
observando muchas críticas a mi alrededor y acepto, confieso que si las
puedo ver fuera, es que yo las llevo dentro.
Enfocarse en lo negativo, criticar, juzgar y actuar sin cuidado debe estar en
mi naturaleza, lo acepto y se lo entrego a Dios para su transmutación , pero
paralelo a eso seguiré haciendo el esfuerzo para ver lo bueno, decir lo bueno y
hacer lo bueno.
.
Enfocarme sólo en mí, es la mejor manera de corregirme, alguna vez una
amiga me comentó que a ella no le gusta cuando escribo sólo en primera
persona, hoy te diré que hablar en primera persona es lo más honesto que
puedo hacer, porque en mi realidad, que es la única que conozco, todo
comienza y termina en mí.
Yo no puedo saber qué estás pensando, o sintiendo tú, sólo puedo confirmar lo
que pienso y siento yo.
Puedo re- conocer que sufres, así como puedo re-conocer que estás en paz,
porque esa memoria está en mí y también puedo sentirme unida contigo y
experimentar la verdadera compasión humana que nos une y nos engrandece.
Eso también comienza y termina en mí, yo puedo reconocer el sufrimiento y
la felicidad, pero sólo puedo hacerlo a través de mis memorias, ellas son mi
marco de referencia.
Hay un refrán que dice: “Todo es del color del cristal con que se mira”, de eso
se trata el marco de referencia de cada quien.
Un día vi en la televisión un reportaje que hacían a una ejecutiva hindú,
ella era gerente de una de las empresas más grades de computación en
Bangalore, y decía que a las cinco de la tarde cuando terminaba su horario de
trabajo, ella se despojaba de su traje de ejecutiva, vestía su sari y regresaba
a cocinar para sus hijos y junto con la familia comían descalzos y sentados
en el suelo, disfrutando de la simplicidad de lo tradicional. Entonces cuando
le preguntaban por qué prefería ese ambiente de pobreza, ella contestó:
¿pobreza? ¿comparada con qué?
Para mí es una satisfacción volver a mi familia y a lo simple, allí radica mi
riqueza, ¡todo depende del marco de referencia de cada quien!!
Este ejemplo es bueno para cuando queramos juzgar a otras personas, ya que lo
que estamos juzgando es simplemente del color del cristal que llevamos dentro.
Tomar el ciento por ciento de responsabilidad es la base del Ho ́oponopono,
sólo se trata de eso y nada más: es simple. Lo que lo hace difícil, es que nos
resistimos a aceptar ese ciento por ciento de responsabilidad.
Sucede que al hacernos responsables, nos liberamos. Nadie tiene el poder de
hacernos sentir mal o culpables, se rompen las cadenas que nos detenían.
Somos libres de hacer todos los cambios que queramos hacer en nuestras
vidas, somos libres de elegir vivir en paz.
El vivir en paz se hace fácil cuando lo que siempre hago es: ver lo bueno,
decir lo bueno y hacer lo bueno.
Si no puedo decir algo bueno de mi hermano, prefiero callar, si no puedo ver
lo bueno a mi alrededor, entonces regresaré a mi cuarto de oración y limpiaré
mis pensamientos hasta dejarlos cristalinos, si no puedo hacer algo bueno,
prefiero no hacer nada, no dañarme y no dañar.
Te puedo asegurar que esa es la forma más saludable de vivir.
Si te sientes débil, o vulnerable, apártate por un rato, hasta que retomes tu paz.
Hay una oración que es universal y que al repetirla nos limpia y nos activa
hacia el bien, y es la oración de San Francisco de Asís.
Este santo es el ejemplo mismo de la unidad, el practicó y enseñó sobre la
unidad con todo lo creado, y se entregó totalmente al servicio. Renunciando a
las comodidades mundanas.
Siempre he pensado que la pobreza que tanto amó San Francisco, debe haber
sido la humildad, el estar dispuesto a perderlo todo, para obtener un bien
mayor, pero principalmente el estar dispuesto a perder las ideas de rigidez e
intolerancia.
Hoy estoy dispuesta a abrir mi mente y mi corazón, dejar la crítica y el juzgar
con dureza y rigidez, y vivir en paz.
Que tengamos paz más allá de todo entendimiento.
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar.
Porque es: Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo,
Gracias
Ana Maria
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”