Todo en el universo tiene un orden y una forma de funcionamiento, nosotros los seres humanos hemos sido dotados de una mente consciente, ( Uhane, o La Madre para los hawaianos) , y es la que tiene la capacidad de elegir.
Tu y yo hacemos uso del libre albedrío.
El libre albedrío es la habilidad que tiene cada individuo para tomar sus propias decisiones.
Todos los días, a cada momento estamos eligiendo, entre posibilidades infinitas.
Seguramente has escuchado sobre la Física Cuántica, que es la ciencia que estudia esas posibilidades.
Cada vez, se descubren más aspectos sobre este tema, y junto con el avance en esta ciencia, también crece la polémica entre los diferentes estudiosos, que se cuestionan, hasta qué punto, existe una libre elección.
En Ho´oponopono sabemos, que las elecciones que hacemos cada día, están condicionadas por nuestras memorias ancestrales.
Nuestra elección, generalmente va hacia lo conocido.
En este mismo instante has elegido leer este texto, y también podrías ahora mismo, elegir cerrar tus ojos y no leer más.
Yo he elegido escribir lo que estoy pensando y me uno a ti que haz elegido leerlo, tú y yo, estamos haciendo uso de nuestro libre albedrio.
También se confunde el libre albedrío con la voluntad. La voluntad es un acto y el libre albedrío es una facultad.
San Agustín decía:
“El libre albedrío designa la posibilidad de elegir entre el bien y el mal”.
A mí, personalmente me gusta más, la descripción que alguna vez leí:
“El libre albedrio es el poder que Dios me da, para que por mi propia voluntad regrese a EL, una y otra vez”
En la filosofía Hindú, se dice que desde el momento que llegamos a ese plano de existencia estamos obligados a la acción o karma, esta palabra “karma” no es ni buena ni mala, tan solo significa acción.
Pero al estar envueltos en la acción, estamos condicionados a los resultados de esa acción: la ley de causa y efecto.
¿Cómo conectar esta realidad, a la practica del Ho´oponopono?
Sucede que cuando digo “te amo, gracias”, lo que estoy haciendo es, por así decirlo, “autorizando” a lo Divino para que se haga cargo: ENTREGO
¿Qué sucede entonces? Lo divino interviene, desde su omnisciencia (conocimiento absoluto) , ya no, condicionado por ninguna memoria, y los resultados siempre serán sorprendentes.
Pero hay algo más, al haber entregado, ya no estoy dentro de la ley de causa y efecto, al dejar mi destino en manos Divinas, ya no genero mas karma.
Entrega, es dejar el control.
Cuando verdaderamente entrego, es como ir en un avión, dejo de preocuparme y de dar indicaciones, sólo me dejo llevar confiadamente.
Cuando vuelvo a sentir ansiedad, miedo, o quiero volver a controlarlo todo, con mi capacidad limitada, repito una vez mas, “te amo, gracias” y me conecto al estado de entrega, continuo en piloto automático, dejándome conducir.
En el libro “Los ciclos del alma” de Sharon Koenig, dice:
Existen cuatro niveles en la forma como puedo relacionarme con Lo Divino.
No creerle
Temerle Pedirle
Entregarle
Llegar a este ultimo nivel, es lo que he aprendido con el Ho´oponopono, ya no pido, tan sólo entrego.
He elegido actuar con humildad, dejándome conducir, sin expectativas por un resultado, porque entonces ya estaría dirigiendo al “conductor”.
Esto no quiere decir que me abandone y deje de actuar; la acción sigue siendo mía, pero el resultado siempre es, ha sido y será de lo Divino.
Vuelvo al ejemplo del avión, la nave esta siendo llevada a destino por el piloto, y yo dentro de la nave, me muevo, converso, leo, etc.: continúo con mi acción.
A este punto de mi vida, he hecho uso de mi libre albedrío para elegir: abandonarlo, prefiero ser conducida en una entrega constante y en un repetir una y otra vez :
TU VOLUNTAD, NO LA MIA.
Divino Creador, Padre, Madre, hijo, los tres unidos como solo Uno. Te entrego todas mis memorias, de ansiedad, de miedo y de control, para que Tú, las transmutes en luz.
Que se haga siempre en mi vida: Tu voluntad, no la mía.
¡Y así se ha hecho!
Lo siento, por favor perdóname
Te amo, Gracias
Ana María¡
Aloha Ke Akua
“Dios está dentro”, “Dios es Amor” “Dios Es YO SOY”